El viento me agita el pelo mientras galopo por el bosque con Destino. Me siento tan libre... Veo a mi alrededor como dejamos los árboles atrás mientras corremos por un pequeño camino de tierra. El olor a flores y hierba es impresionante. El cielo se oculta tras la espesa nube de árboles y escucho el cantar de los pájaros. Siento como Destino galopa debajo de mí, con su larga melena negra al viento y cómo entiende mis indicaciones a pesar de no llevar montura ni cabezal. Solo estoy agarrada a su crin pero él sabe perfectamente a dónde nos dirigimos, a nuestro lugar especial, a ese maravilloso lago de aguas turquesas que brillan bajo el sol. Una vez llegamos desmonto de un salto y me tumbo en la verde hierba a la orilla del lago mientras él descansa y bebe un poco. Aquí se está demasiado bien y caigo rendida bajo la sombra de los árboles hasta que me quedo dormida...
¡Riiing! ¡Riiing!
¡Noo! ¿Por qué tiene que sonar el despertador justamente ahora? Era todo tan perfecto... Ojalá fuera realidad. Pero, en fin. Toca volver al instituto, cómo no. Anoche en cuanto llegué a casa estaba tan agotada que caí rendida nada más tocar la cama. Al final mi padre accedió a dejarme volver a la Herradura, no sé qué hubiera hecho si no pudiese volver a montar.
Esta tarde iré al centro de Jerez antes de ir a montar para comprar el material que necesito. Tan solo tengo el casco que me regaló mamá, así que me compraré unos pantalones de montar y unas botas, no creo que necesite nada más.
Tras despedirme de mis padres y coger el autobús me encuentro con Estela y le cuento todo lo que pasó ayer. Es tan dramática como siempre, cuando le cuento lo de los ladrones de caballos se pone peor que mi padre cuando me dijo que podía haberme pasado algo mucho más grave. Al menos no se lo he contado aún a mi madre, y tampoco sé si lo haré. De ser así haría que mi padre cambiase de opinión de la noche a la mañana. Ella siempre lleva el mando.
Cuando llega la hora del recreo recuerdo a la chica morena, la de la semana pasada que me dio el número de Bruno. Creo que se llamaba Nora, pero no la veo por ningún lado desde donde estoy sentada. El resto de la mañana pasa lento pero pronto llego a mi casa. No sé cuándo tuve más ganas de ir a montar si o hoy o ayer. Parece que cada día que paso allí más adicta me vuelvo a los caballos.
Después de almorzar, mi padre me lleva en el coche hasta las tiendas del polígono para que compre las cosas que me faltan antes de llevarme a La Herradura e irse al trabajo. Justo entre el supermercado y la librería hay una tienda para jinetes a la que siempre he deseado entrar. De pequeña me quedaba embobada cuando pasaba por el escaparate. Solía asomarme y ver las monturas, los cascos, las botas... Y, mira por dónde, hoy voy a comprar mis cosas aquí. Comienzo buscando un pantalón. Hay unos muy bonitos pero se pasan de mi presupuesto. El dinero que tengo es el que guardé de mi último cumpleaños, así que busco unos más baratos, al menos por el momento. Me decido por unos negros muy cómodos y paso a buscar unas botas. Encuentro unas botas negras también, que me quedan perfectas y hacen juego con mi casco. Lo pago todo y me lo llevo puesto. Después, entro en el coche con mi padre y nos ponemos camino a La Herradura.
No sé qué haré hoy, lo de ayer fue tan impactante... Iba a empezar a trotar cuando apareció Leona y asustó a Zafiro, y luego pasó lo de los ladrones, así que no sé qué habrá pensado Bruno para mí. Son cerca de las cinco, y ya estamos llegando. Antes de llegar a la entrada del centro veo pasar por la ventanilla el Bosque de Cristal y entonces recuerdo mi sueño, ese en el que aparecía galopando con Destino... Lo observo detenidamente y noto que todo es igual, como si hubiera soñado con este mismo bosque. Pero supongo que será una simple casualidad.
Al llegar a la entrada, mi padre para el coche y espera a que yo baje para luego ir al dentista, su trabajo. Llego caminando hasta la casa de Bruno y como no le veo por ningún lado decido llamar a la puerta, puede que esté dentro. Y así es, en cuanto llamo abre la puerta y me invita a entrar.
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Destino
Teen FictionMia ama los caballos. Su sueño siempre ha sido aprender a montar. Un día ese sueño por fin se cumple en el "Centro Hípico La Herradura". Queda fascinada ante los caballos que hay, pero más aún cuando conoce a Destino, el precioso caballo negro del...