19. El plan

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El plan

Hallie Nicols Rose

—Primero que nada, lo lamento —digo como disculpa—. Mi actitud no ha sido muy buena estos días. He sido muy grosera y eso está mal; mi pasado no tiene porque afectar mi desempeño aquí.

Tanto mi padre como Owen me escuchan atentamente mientras los padres de Aidan como Aidan también están escuchando mi pequeño discurso.

Las cosas no han sido fáciles, los problemas que tengo y tanto la vida tan solitaria que llevo me hacen ser de una manera poco agradable para los demás.

—Pero..., todo está mucho mejor ahora.

O al menos esa era la seguridad que tenía.

Todo lo que había pasado me dejó deshecha, no creía que soportaría algo más que la verdad. Las mentiras me orillaron a todo esto y las cosas que pasaron en mi vida fueron destruyendome poco a poco.

Y no sé cómo sentirme ahora, a veces quiero creer que todo ya estará bien, a veces quiero pensar que mi familia ya no me tendrá más secretos, pero no lo sé y eso me inquieta.

—¿Quieres volver a la misión?

—La misión ha cambiado, sabemos que Elijah no quiere a Aidan, no realmente.

Volteo a ver a Aidan quien asiente ligeramente.

—¿Entonces qué quiere?

—Un espectáculo —responde Aidan por mí—. Quiere ver el mundo arder en sus pies. Eso le daremos.

—Aidan volverá a la vida —digo yo.

—Y ella y yo fingiremos estar en una relación —responde él.

—Así atraeremos su atención —finalizo.

Todo esto llevaba a un punto, todos lo hablamos. Aidan, mi madre, su equipo y yo...

(...)

Estar en un almacén "abandonado" me removia aun algunos recuerdos, pero era necesario estar aquí.

—¿Qué hacemos aquí?

—Este es mi cuartel general, donde opero desde las sombras —dice mi madre—. No como tu padre o Elijah que prefieren llamar la atención.

Un par de puertas se abrieron y el almacén se volvió en una base de operaciones muy bien equipada. Personas caminando de un lado a otro y otras entrenando. Todo era muy diferente aquí.

—¿Desde cuándo...?

Tu padre y yo nos casamos pero sabía que no podía confiar completamente en él.

No me sorprendía que mi madre no confiara en mi padre, ni siquiera yo podía hacerlo.

Recorrimos cada rincón del almacén donde habían varias áreas. Me tenía anonadada todo lo que mi madre había conseguido en tan poco tiempo y en las sombras.

—¿Y tú familia? —pregunté.

—¿Eso es lo que usó para que te pusieras en mi contra? —se mofó—. Es un hijo de perra.

El Protegido | Aidan Gallagher ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora