6. No somos amigos

725 73 26
                                    

No somos amigos

—¿Pero qué mierda? ¡Aidan Gallagher suelta esa arma en este instante! —suelta el arma de inmediato y cae en la cama de ella—. ¿En qué rayos pensabas?

—No lo s-se —tartamudea temblando un poco.

Masajea sus sienes tratando de no asesinarlo en estos momentos. Inhala y exhala con fuerza, lentamente para recuperar la paciencia que esta acabandose. Pero está claro que estar los dos en una misma habitación sin que se mate con un arma será difícil.

Dios dame fuerza. Piensa ella.

—No vuelvas a tomar mis cosas, ¿oíste? —asiente y rueda los ojos—. ¡Pudiste haberte matado! ¡¿Lo sabes, no?!

—Tranquilizate un poco.

—Duérmete ya —demanda señalando su cama. Él frunce el ceño con ironía. Toma su arma de la cama—. Ahora.

—No.

Deja el arma en la cama y se acerca a él retandolo, o así lo sentía el chico. Él la confrontó, dedicándole una mirada seria y llena de cinismo. Ella solo resoplo y tomó al chico de la oreja jalandolo a su cama. Con sus manos lo empujó haciendo que cayera al colchón.

—Eso es trampa y abuso de confianza —reclamó el chico. A ella no le importó una mierda.

—No somos amigos.

—Yo no quiero ser tu amigo —respondió él, molesto como todas las ultimas semanas.

¡Al fin!

Pensó Hallie. Estaba harta de que el chico siguiera insistiendo e insistiendo sobre el tema. Ella no quería amigos, muchos menos alguien como Aidan, tan lindo pero tan molesto para la personalidad de la chica.

Creo que ninguno de los dos estaban listos para llevarse siquiera un poco bien. No se aceptaban; Aidan no quería un protector y Hallie no quería volver a tomarse con el llamado del amor inesperado.

Ella odia el amor y jamás recibió. Y cuando pensó que podía tenerlo se le fue arrebatado, desde ahí supo que su estúpida vida no le permitiría tener nunca alguien que la hiciera sentir especial o se pudiera acurrucar en su pecho.

Era una romántica empedernida, solamente no estaba en su mejor momento.

—Como sea, duérmete o sino te voy a disparar.

Eso hizo que Aidan temiera y no pudiera dormir por miedo que en verdad cumpliera su promesa. Pero si era su protectora no debía hacerlo, ¿no? Ya que tiene que mantenerlo a salvo y vivo.

[...]

A la mañana siguiente todo estuvo normal, o lo que se puede decir "normal", las cosas entre ellos eran raras. Ella parecía estar más molesta de lo normal y él solo temía porque le pusiera una bala en la cabeza.

En la noche no pudo dormir casi y pudo terminar el expediente de Elijah Kazh. Estaba impresionado por el número de muertes que había entre esas hojas. Se sentía mucho más en peligro que ahora.

—Dime que no le hiciste nada —rogó la madre de Aidan. Él la miró mal, que poca fe tenía en él.

Nicols Rose iba pasando por ahí mientras ellos esperaban ir al restaurante que estaba cerca del hotel para comer algo. Apenas empezaba el día y había mucho por hacer.

—Está bien, solo es la agente Nicols Rose siendo ella misma —mira a sus padres con seriedad.

—Queríamos decirte... —inicia su madre.

El Protegido | Aidan Gallagher ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora