El Protegido | Aidan Gallagher ✔

1. El nuevo cliente

El nuevo cliente

El camino del aeropuerto a la residencia de los Gallagher fue una tortura. Nunca había viajado desde tan lejos para proteger a alguien. Inglaterra de los Estados Unidos estaba muy lejos; 7108 km para ser exactos. ¿Pero quién notaba eso? Solo la Srta. Hallie Nicols Rose.

Justo cuando llegó a su destino, suspiró al ver la casa. No era grande, pero tampoco un departamento donde fuera solamente para una persona. La chica suspiró y camina hacia la entrada. 

Iba a ser sincera, no esperaba mucho. Había investigado al sujeto, otro chico que les gusta impresionar a las chicas con sus conocimientos, el chico prodigio, el que todo hace bien y el extremadamente lindo o sexy para tener a todo/as a sus pies. 

Tocó a la puerta y la madre de este apareció, con una sonrisa la invitó a pasar. Todo era parte del plan, el chico creería que sus padres habían contratado una asistente; los fanáticos ya crearían rumores en cuanto se supiera de ella. Por eso iba en cubierta.

—Espero que te sientas cómoda estando con nosotros —dijo la señora.

—Estoy seguro que así será Sra. Gallagher —sonrió amable. No quería verse como un robot parlante, aunque así la hubiesen entrenado.

—Oh cariño, dime Lauren —toma su brazo con delicadeza—. Ten enseñaré la casa y después iremos con Aidan.

Sin protestar, siguió a la mujer viendo cada rincón de esa casa; era de dos pisos, a su criterio las ventanas eran suficientes. La piscina era demasiado y muy peligrosa para su nuevo cliente, pero lo dejó pasar.  A lo que ella tenía entendido era que el chico haría su primera gira y no quiso cancelarla por un atentado que podría terminar con su vida.

Que inteligente. Pensó.

—No te preocupes por su horario, de eso me encargo yo; te los entregaré cada mañana para que acompañes a Aidan en cada una de sus actividades —ella asintió.

Escucharon una melodía en el piso de arriba, y se repetía una y otra vez. La mujer se detuvo a escucharlo por un segundo; para ella, su hijo era su mayor orgullo. 

—Cuando acabe el día, nuestro chófer te llevará a tu departamento —ella se mantuvo callada y empezaron a subir las escaleras—. Estoy emocionada que Aidan tenga a alguien aunque sea de compañía. Tiene demasiado trabajo siempre...

Lauren abrió la puerta de la habitación del chico y ahí estaba él. Tocando la guitarra, concentrado en lo suyo como siempre, aunque a veces le costara hacerlo. Ella lo miró, era muy diferente al porte que tiene en sus fotos y el ceño no está fruncido. Parecía tan normal, que no creería todo lo que investigó.

—Aidan, cariño. Te quiero presentar a una persona —dijo con una grata sonrisa. La chica trató de imitar el gesto, pero simplemente no pudo.

—Hola —dijo este alzando la cabeza en forma de saludo.

—Su nombre es Hallie Nicols Rose, será tu asistente —un silencio incómodo se formó en el ambiente.

—Un gusto... Aidan Gallagher —dijo tratando de estrechar su mano. Hallie lo hizo posible al estrecharla con él.

—Dejaré que se conozcan —comunicó Lauren para dejar solos a los dos jóvenes.