Corazones rotos
El amor. El desamor. ¿Qué diferencia hay de ambas? Incluso enamorado puedes tener el corazón roto.
Así se sentía Aidan, destrozado y solo. A pesar de que no había pasado mucho entre ellos, no habían compartido recuerdos lindos o tiernos. Que en su mente solo venían los vagos recuerdos de cómo ella lo acuchillaba o como le decía lo rota que estaba, o incluso como besaba a Elijah.
Pero a pesar de todo aquello su semana había ido bien, sin personas queriéndolo asesinar cada dos minutos. Y aun así no se sentía a salvo, aun con los hombres de Owen y el mismo Owen cuidando su casa por todos los perímetros.
—¿No comerás? —preguntó su madre, en un intento de que lo hiciera. Pero él negó—. Tienes que comer, Aidan...
—No tengo hambre —respondió de forma monótona. No le parecía hablar.
Ella suspiró y terminó de entrar a la habitación de su hijo. Se sentó junto a él proporcionándole un poco de calidez.
—Sé que es difícil que ella se fuera... Pero no puedes obligarla a que se quede —dijo ella.
—Lo sé... —un suspiro frustrado por parte de él se escucha por la habitación—. Pero... Quería que se quedara... Quería que eligiera lo nuestro.
—¿Quién dice que no lo hizo así? —preguntó ella—. Creo que vio que la mejor opción para ambos era alejarse. Sé que empezabas a sentir cosas por ella, pero por ahora no es posible...
—Ese es el problema. Nunca nada es posible —espetó. —Lo siento, mamá. Pero ahora estoy muerto, sigo estando muerto porque aquel hombre está suelto.
—Y pronto estará tras las rejas. Te lo prometo, ahora vamos a comer, ¿si? —él volvió a negar.
—Iré con Owen. Dijo que sí lo necesitaba, fuera con él —suspiró—. Y ahora lo necesito.
No tardó mucho en dar con él. Owen estaba inas cuantas calles estacionado con vista a la casa del chico. Caminó hacia al auto y entró en este.
Lyons miró a Aidan con confusión, y este mostro un par de sopas para ambos.
—Es Hallie, ¿no es así?
Aidan asintió un poco apenado. Sabía que ellos dos habían tenido algo y aunque nunca fue algo serio, podía ser incómodo. Pero aun así no podía dejar de pensar en ella a cada segundo.
—No quiero que se vaya...
—Ya somos dos... —susurró.
—¿Sabes dónde está? —éste negó.
—Su padre me dijo que ya no estaría en la misión y que siguiera yo solo. Pero ella no me habló, ni un mensaje, ni una llamada. Como si hubiera desaparecido —musitó.
—¿Y si le pasó algo?
—No. Probablemente haga más escandalo si le pasa algo o que no le pase nada —ambos rieron—. Es demasiado lista para dejarse engañar por cualquiera...
Ambos abrieron su sopa y empezaron a comer en silencio, pero la curiosidad de Aidan era mucho más grande que comer, y estaba casi seguro que Owen sabía lo que él necesitaba saber.
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El Protegido | Aidan Gallagher ✔
Hayran KurguEl famoso Aidan Gallagher recibe un atentado contra su vida; y sus padres están dispuestos a hacer lo necesario para mantenerlo a salvo. Una asistente con un doble cargo. Una enemistad. Un amor de doble filo. Pero sobre todo, nada es lo que parece...