Prologo

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No me importa lo lejos que estés, no me importa el que seas un Omega, no dejare que nadie te lastime nuevamente, no dejare que te marquen otros Alfas, Mafuyu Sato eres solo mío, y no dudare en pelear por ti, porque sé que tú eres mi destinado.

- ¡Espera! –mi corazón dolía, mirarlo así, golpeado y lleno de lágrimas, ¿Qué clase de monstruo le había hecho eso a alguien como él? - ¡Sato! ¡Alto! –pude tomar su brazo, pude ver bien como estaba, pude sentir su temblor en su cuerpo.

-Estoy bien Uenoyama –esas palabras, me dolían, me dolían al verlo tan destruido, tan afectado –yo fui un tonto al no obedecer - ¿obedecer? ¿a quién? –él es quien manda no yo - ¿el? ¿el tenia pareja?

- ¿Quién es él? –pregunte rogándole a Dios que no dijera que no - ¿Sato? –se estaba poniendo pálido -¡Sato! ¡Mafuyu! 

Eres Solo MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora