Capítulo 10: Confesión

452 37 19
                                    


Desde aquel día Yuki no paraba de mandarme mensajes, llamadas, video llamadas y muchas veces vino a buscarme, pero jamás le conteste, el me traiciono, y termino de matar todo lo que había entre él y yo, sin embargo, por alguna razón, ya no me duele tanto, era lo más posible que me esperaba todo esto, pero no quería verlo, ni creerlo, pero como dicen por ahí, solo cuando uno se golpea aprende la lección.

-Ja, otra vez Akihiko –dijo Uenoyama viendo a su compañero de cuarto bañado en crema para picaduras de abejas –insisto, tu eres del área de reptiles no de abeja.

-Oh cállate, lo que paso fue que le ayude a una amiga –contesto Akihiko rascándose –cuando Haruki se enteró no paro de regañarme, diciéndome que lo dejaría viudo por mis descuidos.

-Y no lo culpo la verdad –dijo Uenoyama tomando asiento en el sofá –Oye, ¿Qué se siente amar a una persona? En sentido romántico.

-A qué viene la pregunta –dijo Akihiko viendo a su amigo con la cara roja, atinando a lo que estaba suponiendo –Oh ya veo, lo preguntas por Mafuyu ¿no? –ante aquello Uenoyama solo pudo ponerse más rojo de lo que ya estaba –sí, eso imagine.

-Maldita sea –contesto el chico –no puedo negar que me gusta, me siento cómodo con él, pero, sobre todo –suspira –siento que él es parte de mí, además, el maldito de su ex novio no lo marco –aquello llamo mucho la atención del mayor.

-Y eso es raro, lo más seguro es que el tipo nunca lo quiso y solo fue un juguete para el –contesto Akihiko –el día que comimos juntos, se le noto lo mucho que había estado llorando, no lo culpo, si me hicieran lo mismo y en mi casa, me hubiera puesto como el, luego de romperle la boca y el culo.

-Eso último se escuchó un tanto doble sentido –Akihiko solo pudo verle con molestia –como sea –suspira –me tengo que ir, tengo un paciente a las 10 am, y son las 9:40 am, así que nos vemos –dijo Ue para luego retirarse, no dejaba de pensar en Mafuyu, no podía dejar de pensar en cómo ese chico había conquistado su corazón, por muy cursi e irracional a su criterio propio, no dejaba de pensar en él.

Hospital Mental St. Mary

-Buenos días Lic. Uenoyama –saludo la secretaria del joven –ahí le dejaron los últimos documentos del paciente de ayer a y otros documentos que se los vinieron a dejar.

-Muchas gracias Reika –dijo Uenoyama entrando a su consultorio y revisar los documentos hasta que sus dos colegas entraron de golpe causando que Ue cayera al suelo.

- ¡UENOYAMA RITSUKA! –gritaron Yulia junto a Ivana - ¡TENEMOS ALGO QUE CONTARTE!

- ¡Rayos par de locas! –dijo Ue levantándose del suelo - ¿Qué demonios les sucede?

-Pues digamos que hoy tendremos más trabajo de lo usual –contesto Ivana arreglándose un mecho de cabello.

-Así es, Ugetsu y otros cuatro profesionales no podrán laborar por unos días –prosiguió Yulia.

- ¿Y? ¿Por qué no van a laborar? ¿Qué hay de sus pacientes? Recuerden que él tiene sus expedientes –contesto Uenoyama –así que tendremos el mismo nivel de trabajo de siempre.

-Ue, los documentos que tienes son de los pacientes de Murata, yo tengo los de Yamakawa, Yamada y Yulia los de Yamauchi –Ue al oír eso solo busco los documentos que su secretaria le había mencionado y justo como dijeron las dos chicas, ahí estaban los expedientes de Ugetsu Murata - ¿Ves?

-Oh cierren el pico –dijo Ue viéndolas - ¿Por qué tenemos que revisar estos documentos y no ellos cuando regresen de sus vacaciones o lo que sea?

-Primero no es por vacaciones semejante idiota –contesto Ivana –segundo tenemos que hacerlo porque ya hemos hecho esto varias veces y ellos igual cuando nos enfermamos.

Eres Solo MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora