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Un joven extranjero

Finalmente puede respirar en paz. Apenas se bajó del avión estuvo a las corridas, que la empresa, que la junta, que su padre. Entre tanto lío no pudo ni llegar al hotel todavía. Odia a su familia por haberle obligado a venir a este lugar, un país en el cual todo es diferente. No entiende nada, ni siquiera como comer. ¿¡Cómo siquiera puede esa gente agarrar fideos con dos palitos!? Imposible se repite en su cabeza una y otra vez. Decide ir a bañarse para relajarse un poco. Frente al espejo le recibe una cara completamente cansada. Sus ojos celestes están rodeados de ojeras y su pelo naranja está completamente despeinado. Suspira y sin más entra a la ducha.

No lleva ni media hora relajado en cuanto recibe una llamada de su asistente Penélope. Él tiene que ir a una fiesta con varios socios de la empresa. Con pesar se arregla y se dirige a un hermoso bar. El ambiente es refinado y reconoce a varias personas con las cuales hablo antes. Apenas llega le reciben alegremente.

— ¿Cómo te encontras Childe? Espero que estés disfrutando de tu estadía acá en Liyue— él le responde cortésmente y se mezcla en el lugar.

Se pasa un rato hablando con las demás personas, todos son reconocidos dueños de distintas empresas por la zona. Si tan solo esta gente supiera que lo menos le interesa es heredar la empresa de su padre. Pufff. Se pregunta cuando tardarían en desaparecer. Con una copa en la mano y un bocadillo, el cual agradece que no se tenga que comer con los palitos, ve entre la multitud a una persona que le llama su atención. Tiene un aire etéreo y se encuentra en la barra ordenando un trago. Se encuentra de espaldas y solo pude ver su pelo marrón, el cual se encuentra atado. Por un impulso sus pies se mueven hasta llevarlo al lado de esa persona. Ahí lo ve más de cerca, es un hombre y se encuentra sentado recto sobre la silla. Tiene un porte refinado y se encuentra vistiendo un traje muy elegante.

—Hola, ¿cómo te llamas? — el desconocido voltea para su lado y sus miradas se encuentran.

No puede escuchar la respuesta porque siente una presión que le impide respirar. Antes de que pueda reaccionar esta desaparece y se nota la mirada del extraño. Con disimulo tose un poco y retoma la conversación. Esta continua amenamente mientras ambas partes van contando cosas simples sobre sus vidas.

Le sorprende descubrir el hecho de que no es un dueño de alguna empresa, sino que un simple profesor de historia en una universidad local. Mientras más hablan, mas fascinado queda. Se nota que posee muchos conocimientos debido a la gran cantidad de información que suelta sobre varios temas y en una broma descubre que se encuentra en este bar porque tiene una relación estrecha con varios dueños. Gracias a que se suman otras personas a la charla puede descubrir cuál es su nombre.

Zhongli

Lo repite un par de veces en su mente y lo siente único. Antes de perderse en sus pensamientos escucha como alguien le pregunta una cosa. Él le responde cortésmente y entre charlas y risas se pasa la fiesta.

Al otro día se despierta temprano debido a que tiene que continuar con su trabajo. En si no es muy difícil porque es solo juntarse y hablar sobre proyectos y firmar alianzas. Pero a él le desgasta mucho, ya sabe cómo es el ambiente. Si no se ofrece algo, no hay nadie que te ayude. Desganado sale del hotel junto con su asistente y se ponen a seguir con la rutina. Tras muchas juntas Childe ya se encuentra agotado. Siente que le duelen los labios de tanto sonreír. Por suerte su asistente le avisa que ahora se dirigen a su último encuentro por el día. Eso le saca una sonrisa de verdad, tiene parte de la tarde y la noche libres para recorrer la ciudad.

Cuando se acercan al edificio él lo nota familiar. Lo piensa detenidamente hasta que se acuerda. Los verdaderos y más leales socios de su padre...la aclamada compañía Fatui. No entiende como una empresa como la suya que fabrica juguetes puede tener tan buena relación con una empresa de armas. Solo con pensarlo le agarra una sensación de incomodidad. El auto frena y él con su asistente se dirigen a la reunión.

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora