¡ Por favor, no me abandones!.

Capítulo 14: Asimilación

Bueno, cada vez más cerca del final y comienzan a llegar ideas para un Spin-off, todo al final.

- Tienes razón -

Dijo Zero mientras se levantaba y extendía su mano, para así, finalmente tomar la de su doopelganger.

- Estoy solo y así será, al menos me tendré a mi. -

Dijo apretando con más fuerza aquel agarre, todo mientras la oscuridad comenzaba a consumirlo lentamente, comenzando a alertar el sello y a Akihiko.

- ¡¡Zero, No Lo Hagas!! -

Grito el albino de forma inútil, pues la bruma oscura le impedía hacer algo para ayudar a su sucesor, no quería ver una vez más a alguien de la familia ser consumido por las oscuridad.

Mientras tanto, en la mente de Kurumi.
La pelinegra se encontraba en un hermoso sueño de ella y Zero, donde ambos habían logrado llevar su relación más lejos. Actualmente estaban en el altar, esperando a que el sacerdote que oficiava su boda, dijera las palabras mágicas.
No obstante. La oscuridad con la que combatía Zero, se filtro al sueño de Kurumi por su obvia cercanía a el en ese momento, provocando una disrupción en aquel hermoso y alegre sueño.

- Kurumi -
Dijo el Zero del sueño con una sonrisa, a lo cual la mencionada volteo a mirarlo con alegría.
Solo para comenzar a esfumarse frente a ella a la vez que todo aquel ambiente de la boda también desaparecía.

- ¡ZERO! -

Fue el grito que dio ella mientras tomaba la mano traslúcida del castaño, solo para que la suya atravesará a Zero como a un espectro.
Transformando aquella hermosa visión en un páramo desolado, donde ella se encontraba ahora, no frente a una boda. Si no a algo que le rompió el corazón, una visión de Zero, ya con unos cuantos años más encima, pero, lo que la destruyó fue ver qué tenía a otra chica a su lado.

No solo eso, si no que, incluso ya habían formado una familia. No sabía que sentir, ver a otra mujer al lado de Zero, besándolo de esa forma tan amorosa la rompió. Al inicio fue un shock tan grande que no supo que hacer, aunque, su primer impulso fue llenarse de una irá tan grande que sin importarle nada intento desesperadamente acribillar a la chica, para después, dedicarse a hacerle unas cuantas dolorosas preguntas a Zero.

Sin embargo, apenas apunto su pistola, un sin fin de cadenas aprisionaron su cuerpo, impidiendo que se moviera.

- Valla así que finalmente estás aquí.-

Fue la voz de la chica mientras aplaudía de forma divertida, extrañamente Kurumi no podía dislumbrar su rostro, pues solo veía luces rojas detrás de ella. Así que solo se quedaría observando como ella se acercaba.

- ¿Te gustó mi pequeña ilusión? -
Esta pregunta confundió a Kurumi que la observaba sin entender a lo que se refería.

- Oh vamos, ¿Enserio te lo creíste?. -
Pregunto la chica mientras chasqueava los dedos, apagando las luces rojas mostrando que todo era un cuarto oscuro, donde solo destacaba un charco de sangre en el suelo.

- Sueltame ahora o. -
Dijo Kurumi intentando sonar amenazante, pero su voz denotaba que aún estaba confundida por lo que veía.

- Claro, para que así puedas matarme ¿No? -

Cuestionó de forma capciosa la chica mientras reía y caminaba a un lado de Kurumi, a la vez que escendia una pequeña vela para iluminar solamente su malévola sonrisa.

- Pero, necesitas un verdadero motivo para odiarme para eso. -

Tras aquellas palabras, la mujer movió la vela iluminando el rostro de Zero. El cual se encontraba atado con cadanaa oxidadas, además de notarse que su rostro estaba demacrado.