Capítulo 4

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§𝔑𝔲𝔢𝔳𝔞 𝔞𝔩𝔦𝔞𝔡𝔞§

En su visión se podía ver a el Dios que se encontraba frente a ella, en un pasillo oscuro que a sus espaldas tenía una salida donde se miraba una bella y cálida luz, el peliclaro la miraba sonriente y le tomó de la mano derecha, para alzarla hasta la comisura de sus finos labios y depositar un beso en el dorso de la mano.

Aquella escena duró menos de un segundo, el cual la desconcertó y provocó que diera un paso atrás, con sus manos abiertas para intentar tomar algo si llegaba a caerse, y sus pies separados para intentar mantener el equilibrio lo mejor posible.

— ¿Un bajón de azúcar? — preguntó dudoso.

— No... — respondió, con un tono un poco más agudo, orientándose nuevamente — Pero, ¿me darías uno? — preguntó, ya que deseaba probar el placentero dulzor del azúcar.

— Claro, ¿cuál? — respondió de inmediato, cosa que confundió un poco a la castaña — ¿Qué?.

Buddha, era conocido por su arrogancia y su engreído carácter, además de su pasión por los dulces y sus puntos de vista sobre la vida, que aunque tuviera una actitud de mierda era buena persona y siempre buscaba el bienestar del prójimo, claro que sin descuidar el suyo propio; algo que también lo caracterizaba, era que no compartía sus dulces con cualquiera, solo con gente con quien el simpatizara.

— N-nada nada, un chocolate estaría bien... — sonrió suavemente mientras a pasos lentos se acercaba a él.

Luego de la respuesta de la castaña, Buddha empezó a buscar un chocolate para darle, omitiendo inconscientemente sus favoritos, sin embargo, cuando la femina se sento a su lado se sobresalto un poco, pero lo esperaba, una vez encontró un chocolate, de una buena marca, se lo extendio a la diosa, quien lo recibio agradeciendole. Lo abrio con cuidado y dejo la mitad de la barra al aire, mientras que la otra mitad aun estaba en la emboltura de plastico.

Lo dividio con ayuda de las divisiones que ya de por si tiene el dulce, se echo dos cuadritos a la boca, para empezar a jugar con ellos dentro de su boca para asi disfrutar el manjar que estaba degustando, una sonrisa sincera fue inevitable, aparte de un suspiro de satisfaccion y una leve risa.

— ¿Te gusto? — le pregunto, ya que se miraba fasinada con un simple chocolate de marca desente.

— Hace bastante que no comia dulces modernos... — confeso, poniendo el dorso de su mano frente a su boca para que no se viera lo que tenia en la boca — Solo dulces tradicionales de la India, aunque son igual de buenos estos me relajan más — termino por tragar lo que tenia en su boca.

— Ah — respondio, para abrir un nuevo dulce y echarselo entero en su boca.

— ¿No te atragantas? — le consulto preocupada, pero al ver su grueso cuello se lo pensó otra vez y además le llamó la atención.

— Nho — contestó con simpleza, para luego dedicarse a masticar.

<<Es simpático y amable... >> pensó, mientras volvía a poner unos cuantos cuadros del dulce en su boca y los saboreaba mientras ambos miraban el orisonte, en un cómodo silencio que los acogió durante unos minutos, ninguno se atrevió a cortarlo.

Por el lado personal del varón, se sentía algo intranquilo por la presencia de la Diosa, ya que hace unos momentos fue la única que se alzó a en voz alta y segura para defender el destino de la humanidad, y luego la Valkyrie llega y propone una idea para salvarlos, era relativamente sospechoso, ya que las declaraciones habían sido el mismo día y con el mismo objetivo.

No era el único que pensaba así, las demás deidades pensaban igual, entre ellos el dios del Engaño Nordico Loki, quien estaba junto con Zeus para conformar la lista de los luchadores del Ragnarok.

— ¿Estas aliada con la Valkyrie? — preguntó después de tragar.

— No. — respondió al terminarse el chocolate, y levantarse de su lugar.

Buddha volteo a verla, admirando los músculos desarrollados de sus piernas para luego mirar su perfil, fino y delicado, idéntico a Kali. Sin embargo, ya no tenía aquella actitud tan amistosa y abierta, sus parpados calleron un poco y la suave curva de sus labios desendio hasta que lo habia curva alguna.

— Nos vemos luego, gracias por el chocolate Buddha — se retiro a un paso rapido, ya que se sentia algo avergonzada por partir de una forma tan innesperada.

<<Ira con ellas... se nota en su actitud>> penso el peliclaro, quien puso sus manos en su nuca con los codos alzados para apoyarse en el tronco del arbol y tomar una gran bocada de aire para soltarla y relajarse. La observo alejarse y en su mente se despidio <<Es agradable>>. Curvo sus labios un poco, sonriendo por otra aliada que la humanidad tendría.

Momento. ¿Cuando le dijo su nombre?.

Los sonidos de sus pasos sonaban por los pasillos en busca de la semidiosa que desencadeno el Ragnarok, paso por aquel laberinto que era el consejo, pero al no encontrarla decidió guiarse mas por su videncia que le había proporcionado una corazonada sobre su ubicación, y volvió a caminar.

Avanzó y dobló por varios minutos, hasta llegar a una puerta un poco mas pequeña y oscura que las demas, por cortesia y respeto al que se encontraba dentro toco la puerta con su mano derecha, pasaron unos segundos antes de que la Valkyrie de cabellos lila abrió la puerta nerviosa y salto aun mas aterrada al verla con esa expresión seria del otro lado, además de que la diferencia de altura la hacia ver mas intimidante.

—H-hol-ola — pudo articular aquello con mucho esfuerzo — Se-s..s.s

— Tranquila, querida — dijo la castaña sonriendo amablemente a ojos cerrados e incandose para quedar a una altura mas igualada con la de la pequeña — ¿Esta tu hermana?, Puedo hablarte de tu ¿cierto? — ladeo un poco la cabeza.

— S-si.. y si, esta — respondio un poco mas tranquila, cuando iva a voltear, Brunhilde ya se econtraba detras de ella — ¡oh!.

— Señorita Indira, que placer — dijo mirandola.

— Señorita Brunhilde, digo lo mismo — dijo levantandose y poniendose derecha, pasando por un par de centimetros a la Valkyrie — ¿Podemos hablar?.

— Claro — respondio, tomando por los hombros a la menor y mirarla —, Esperanos acá adentro.

Dicho eso, ambas salieron de la sala al pasillo, bueno, la semidiosa salió y la deidad solo retrocedió unos pasos, para conversar en el vacío espacio que las rodeaba.



Compañeros - Buddha [Pausada Temporalmente] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora