Capítulo 5

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§𝔏𝔞 𝔡𝔦𝔰𝔠𝔲𝔩𝔭𝔞 𝔡𝔢 𝔖𝔥𝔦𝔳𝔞 𝔭.𝔲𝔫𝔬§

El ambiente tenía un intimidante dote frío y sombrío, ya que ambas mujeres divinas estaban de brazos cruzados y con rostros con emoción totalmente ausente, ambas luciendo sus cabelleras largas y brillante, sus ojos mirándose figamente y sus altas figuras derechas e imponentes.

— ¿Me diría por qué? — preguntó después de oír lo que la deidad deseaba, alzando su vista a sus ojos.

— Los humanos están podridos, lo reconozco —  cerró sus ojos, tomando la fuerza para dejar salir un poco de su intención real —, pero los dioses estamos peor, pienso que si sobreviven pueden mejorar y ser una especie que no haga tanto daño y que al mismo tiempo... Los dioses también.

Al escuchar aquello la Valkyrie se sorprendió, no esperaba una respuesta tan desinteresada por su propio beneficio, así que solo reconoció que a diferencia de las demás deidades, Indira era una visión objetiva del mundo, y que divisaba todo para relatar un cuento justo para ambos lados.

Solo bajó la vista un poco, viendo la falda carmesí con bordes dorados de la más alta, la cual se abría en ambos costados de su cadera y en aquella abertura de un centímetro y medio también descendía aquella angosta tela color carmín algo traslucida; suspiró y decidió aceptar su ayuda.

— De acuerdo — dijo, para volverla a mirar a los ojos —, gracias por su ayuda — terminó neutral.

— No tienes que agradecer nada, perdón si suena cruel pero... — advirtió, algo típico de ella ya que no le gustaba hacer sentir mal a la gente — No lo hago por la causa que defiendes o por ser buena, mi objetivo es que la humanidad deje de ser tan caótica y que pruebe su valor antes de matarla por sus atrocidades.

Era un punto de vista más profundo sobre lo que le había dicho momentos antes, que de alguna manera se oía un deseo egoísta que beneficiaria más a los dioses en teoría, ya que si la humanidad muestra valer es un punto neutral para los dioses, sin embargo, al poder crecer junto con la humanidad, los dioses podrían volverse más sabios y más venerados.

— Entiendo, aún así se lo agradezco — dijo con voz suave.

— ¿Ya tienes a los trece? — preguntó, intentando hablar y ponerse al día con ello para ayudar de una mejor manera.

— Si, planeo que primero vaya Lu Bu — respondió.

— Suena bien, conozco un poco de su historia — dijo amablemente.

— Indira.

Ambas voltearon para ver quién la llamaba, y se trataba se Parvati, una de las esposas de Shiva y cuñadas de Indira; la más baja tenía una mirada de desconfianza y las manos en el espacio entre sus muslos. <<Shiva la envío... no hace falta una visión para saber eso..... >> pensó, conociendo a su querido hermano como la palma de su mano.

— Dime, Parvati — giro uno de sus pies en dirección a la recién llegada, y girarse un poco, para poder dirigirse tanto a la semidiosa como a la diosa.

— Shiva te llama — dijo simplemente, dando un paso al costado.

— Entiendo — volteo a la azabache —, me voy y recuerda — dijo para empezar a caminar y pasar a su cuñada, con la mirada de ambas sobre ella — será muy complicado el primer combate..

Ante aquello la Valkyrie arqueó una ceja, puesto que sabía lo duro que sería, así que no le tomó  el peso suficiente que debía; por lo cual entró a la sala para prepararse para el primer combate de la batalla final, la que decidiría el destino de la humanidad.

Mientras tanto, ambas deidades Hindú caminaban a la par para dirigirse a donde se encontraba el Destructor, quien esperaba a su hermana solo en una sala, mientras caminaban la más baja miraba dudosa a la castaña, quien avanzaba sin siquiera mirarla, puesto que tenía una predicción de lo que le preguntaría.

— ¿Por qué hablabas con ella? — preguntó, acercándose un poco más a la ojicaramelo.

— Le daba consejos.

— ¿Piensas en beneficiarlos?.

— No — por primera vez en sus milenios de vida había dicho una mentira dirigida a alguien de su familia, y pudo sentir claramente una punzada fría en el centro del pecho —, solo no quiero que Brunhilde tire su reputación a la basura tan rápido.

Parvati se lo tragó y creyó cada palabra que salió de la boca de la mas alta, sonrió satisfecha para voltear y dejar que la otra siguiera su camino hasta la sala sola.

— ¿No irás conmigo? — preguntó volteando a verla.

— No, Shiva dijo que quería estar a solas contigo — tras decir eso solo se fue con las demás y su hijo, para acomodarse y ver el primer combate que estaba a poco menos de media hora de comenzar, pero las gradas siempre se llenan rápido.

Volteo de nuevo y siguió su camino, ni ella ni Shiva debían preocuparse mucho por el lugar entre las gradas, ya que al ser hermanos con mucha influencia, además de que el de tes morada peleará, tenían lugares apartados con una gran vista, no como Zeus, pero era sobre los otros y ya de por sí era un gran privilegio.

Cúando llegó a la puerta la abrió sin pedir permiso, ya que sólo se encontraba su hermano y conociéndolo no estaba haciendo nada malo. <<Huele bien y creo haberlo visto nervioso... ¿Qué planeará?>> pensó, sin embargo cuando volteó, se encontró con todas las mesas llenas de los más exclusivos manjares tradicionales de la India.

Ella era una gran amante de la gastronomía típica de su panteón y en su palacio tenía habitaciones dedicadas a la elaboración de aquellas comidas, pero tenía un gusto especial por los postres. Miró a ambos lados buscando a su hermano y lo encontró a su izquierda recargado en la pared, con sus pares de brazos cruzados y mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

Esto había pasado antes, varias veces, cada vez que ambos tenían una discusión que los alejaba con emociones molestas el se disculpaba con lo favorito de la menor y muy apenado, nunca en su vida se permitiría dañar a su querida hermana de ninguna forma, aunque fueran hermanos su lazo se volvió más fuerte gracias al hijo del mayor; Ganesha.

Compañeros - Buddha [Pausada Temporalmente] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora