Capítulo 12

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§ℌ𝔢𝔯𝔪𝔬𝔰𝔞§

— ¿Por qué siempre haces eso?.

— ¿Hacer que?

— Eso. Se supone que los dioses del silencio son así de silenciosos pero tu.. — se reincorporo, para hablar más cómodamente con el crusificado.

— ¿Vas con ella? — pregunto calmado, con las manos juntas en su espalda baja y una sonrisa calmada.

— No, voy al árbol. — respondió, con simpleza.

— Claro. — dijo, sabiendo el desenlace de la situación — Ten cuidado.

— ¿Eh?.

— Tu también estas en la mira de los Dioses de la Fortuna y de Loki, sería más prudente que permanecieras lejos de ella para no levantar más sospechas — aconsejo, preocupado por el bienestar de su amigo y conocida.

— Tranquilo Jesús, nadie podrá hacernos nada — le resto importancia, pues no le temía a ningún Dios en el universo.

— Si tu lo dices. Adiós, amigo — y con eso, solo se retiro. En silencio y calma.

Volvió a suspirar, para seguir caminando analizando las palabras de su amigo, tenía razón, ambos estaban en la mira y en la lista negra de aquellos peligrosos dioses, mucho más ella por pertenecer al grupo de deidades femeninas que tenían un mejor rango y mayor influencia, además de habilidades más concretas y que más aporta para el preservar del orden en la sociedad.

Indira era muy solicitada por el dios supremo, para verificar si las desiciones a tomar serían correctas, para asistir a distintos dioses de la guerra o varias veces en reuniones divinas solo para admirar su figura, cosa a la que siempre la acompañaba Shiva, para cuidarla. Era una de las diosas más concurridas para la toma de decisiones importantes y si cometía un error era rápidamente juzgada y declarada culpable de las consecuencias.

<<Debe ser estresante todo eso.... >> pensó, caminando a su destino original, mientras caminaba hiba analizando todo, mientras entraba al verde lugar concluyó que no deseaba alejarse de la Diosa castaña, todo lo contrario, quería estar cerca de ella, abrazarla, cuidarla, comer dulces con ella. Momento, ¿todo eso en apenas cinco minutos de conversación?.

No, era más que sólo cinco minutos, Buddha había observado a la hermana menor de Shiva desde hace milenios, pareciendole una Diosa codiciosa al principio, pero con el tiempo vio que en realidad quería lo mismo que el, el bienestar de los humanos.

— ¡Ay!, ¡Demonios! — escuchó a la distancia, sintiendo la tierra temblar un poco, lo que significaba que era ira de un ser divino, uno que tiene la voz más angelical del mundo para el.

Se apresuró un poco más al árbol donde se dio lugar a su primera interacción, y se asomo con una expresión divertida, para mirar a la Diosa teclear algo en un aparato parecido al de las Valkyries, cuando terminó lo lanzó a un lado y masajeó su cien frustrada, se miraba muy tensa y rígida, si antes estaba sentada mal, ahora sus piernas posiblemente se entumecerian.

Estaba sentaba sobre sus rodillas, estas estaban separadas no más de cuatro dedos, máximo una mano, su brazo derecho había ascendido a su cabeza para quitarse las telas que adornaban su cabeza y su brazo izquierdo estaba recargado en su mulso, por el cual también caía la tela transparente carmesí.

Fue cuando sintió la presencia del Budista, volteandolo a ver tranquila, luciendole tan despreocupada y desarreglada, pero sabía que por unos dulces no diría nada, unos mechones caían por su frente trazando líneas que dividían su rostro, otros más largos tapaban sus orejas callendo por sus clavículas, y sus ojos estaban brillantes pero... No el brillo de antes.

<<Está rara... >> pensó Buddha, sentándose junto a ella en la hierba fresca y suave, dejándo a la fémina a su lado sin palabras, solo una mirada fija en el y una expresión sorprendida, no se esperaba que optara por mantener silencio, más bien no le cuadraba.

— ¿Qué ocurre? — pregunto dudosa, peinando su cabello con sus dedos, empujando los mechones rebeldes hacia atrás.

— Eso te lo pregunto yo, casi rompes todo con ese grito — respondió despreocupado, mirándola serio.

— Solo libere estrés, muchos dioses lo hacen con gritos — se justificó.

— Que generan terremotos, claro — acotó sarcástico, mirando al frente, dejando a la Diosa castaña con las palabras en la boca.

Se quedaron el silencio un rato más, solo unos míseros dos minutos, hasta que la castaña volvió a hablar.

— Fuiste eljido para participar.

— Lo sé.

Ella volteo hacia el, con la mirada fija y determinada, y con un semblante desafiante.

— Si sabes que estoy traicionando a los dioses, ¿por qué callas? — pregunto directa, ya que pronto tenía que irse.

— Porque eres muy pequeña para el castigo — aquella respuesta ofendió un poco a la fémina.

— ¿Disculpa?, soy mayor que tu.

— Lo sé, pero tu hermano siempre te protege y ni el podrá salvarte del castigo — se apoyo en su brazo más cercano a ella, para acercarse un poco a su rostro — Es muy malo — susurro, prolongando la última vocal.

— Se lidiar con lo malo — susurro igualmente, alargando la misma vocal y meneando la cabeza.

— Si tu lo dices hermosa — le sonrió a labios cerrados, mirando sus labios y luego su llamativa frente para levantarse e irse caminando.

Se quedó pensando un momento, estática en su lugar, mirando al varon irse sin dar vuelta para mirarla, al recordar las palabras un calor extraño invadió la zona de sus pómulos, enrojeciendolos mientras sus manos empezaron a temblar y sus ojos se abrían más.

— Si tu lo dices hermosa.

<<Me... Me dijo hermosa... >> pensó, para luego sacudir su cabeza mientras gruñia, aquel ruido llegó a oídos del varon y viró su cabeza un poco para encontrar a la Diosa de sus sueños con el ceño fruncido, las mejillas sonrojada y los labios apretados mientras negaba fuertemente con la cabeza, eso lo hizo reír, pues le parecía tierna esa reacción a sus palabras.

Mientras se levantaba luego de controlar sus tonalidades, se tocó la frente, donde una joya hindu se encontraba encarnada, siendo rodeada por un rombo perfecto con bordes curvos color dorado, dándole un toque más sagrado y místico, el punto exacto donde Buddha miró antes de irse.

Trago duro, pues esa joya era un tesoro divino, el cual muchos dioses envidiaban y si era descubierta y la castigaban.... Iván a tomar esa joya.

Compañeros - Buddha [Pausada Temporalmente] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora