Capítulo 10

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§¡𝕷𝖆 𝖈𝖚𝖘𝖕𝖎𝖉𝖊 𝖉𝖊 𝖑𝖔𝖘 𝖍𝖚𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘 𝖈𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆 𝖑𝖆 𝖈𝖚𝖘𝖕𝖎𝖉𝖊 𝖉𝖊 𝖑𝖔𝖘 𝖉𝖎𝖔𝖘𝖊𝖘!§

— ¡El padre de la humanidad! ¡Adān! — anunció Heimdall, mostrando al primer humano.

Por otro lado, la Diosa estaba saboreando sus dulces con una risa reprimida mientras acariciaba el hombro de su hermano, quien estaba a regañadientes molesto por el cambio repentino que el mayor de los dioses había echo, quien también comía unos pocos dulces por enojo.

— Maldito anciano creído... Era mi turno.

— Lo sé, lo sé.. — decía sonriendo, e intentando relajarlo - Cuando te toque a ti, lo harás mejor que el, ¿si? — intentó animarlo.

— Si... Mi pelea será la mejor del Ragnarok.

— Lo será Shivita.. Lo será —  el que mimaba, no era siempre el mayor.

Los sirvientes, mientras Zeus hacia su entrada dramática y especial junto a Hermes, corrían de un lado a otro para traerle más postres a los hermanos, en especial al mayor para que no descargará su enojo con ellos, también la menor les ayudaba, de lo cual estaban completa y eternamente agradecidos.

<<Huele a idiota nórdico... >> pensó el de tes morada, quien aspiraba un olor desagradable para el en su dulce hermanita, la cual siempre desprendía un olor dulce a cacao, <<Si el imbécil se le volvió a acercar lo voy a->> una palmada en su cabeza lo sacó de sus planes para hacer al peliverde puré de Loki, y miró a su hermana.

— Casi pulverizas el posa manos de tu trono, sin contar que tus brazos están más rígidos de lo normal — analizó mientras aún mantenía su mano sobre su cabeza — ¿Estas bien?.

— Si, tu tranquila yo nervioso... — dijo, volviendo a mirar al frente, donde el dios supremo maximizaba sus músculos — Con lo que sea que el te haga.. — lo último lo susurro para que no lo escuchará.

Cúando terminaron con su platica, ambos volvieron su vista a la arena, donde el dios supremo ya tenía sus músculos maximizados, aunque el rubio no muestra ni un poco de miedo ante aquel titan que lo amenaza frente a él, el mayor subestima a su oponente con aires de grandeza, sin embargo quedaría estupefacto ante su destreza.

Con ya el volund en vigencia la deidad no conecta ningun golpe y de sorpresa, Adān atraviesa su defensa y lo golpea repetidamente que los espectadores ensiendan sus emociones, las deidades estaban impresionadas de que un humano utilizará los movimientos de Zeus, el dios parece sorprendido pero no se abatido, dice que hace tiempo no tenía diversión.

Ya golpeado y su oponente sin un rasguño, solo provoca su propia desgracia causada por Adān y con los ojos del señor, mientras todos miraban como el humano acorralaba al dios, el mismo no podía creer que un humano lo dejo en el suelo tirado y perplejo, sentía como si de su propio reflejo se tratase, y de un solo golpe quiso desintegrar a su rival pero, pecaría de torpe.

— ¡El puño que fue capaz de superar al mismo tiempo-!

— Me gusta.

Superó todas las espectativas cuando copio instantáneamente ese movimiento, había esquivando por los pelos el golpe de Zeus y le devolvió su puño, el mismo dios de la guerra, Ares, había confesado que si entrenando mil años hubiera podido igualar su ritmo, con los dioses impresionados y los humanos celebrando, junto con las Valkyries.

— Gracias por esta técnica anciano, por eso te avise — dijo el rubio mirando a su contrincante.

<<Es el mismo hombre de siempre, me alegra>> pensó Indira, sonriendo al ver que el primer humano seguía teniendo el corazón de oro que ojalá todo humano y padre tuviera, un corazón leal y puro que estuviera dispuesto a ayudar a otros siempre, aunque sea por impulso o por reflejo, a consciencia o no, un corazón noble siempre intentará ayudar a la gente.

El dios a su lado notó la sonrisa suave en sus carnosos labios, sin embargo creyó netamente que se encontraba contenta de ver a él Dios supremo siendo golpeado, y más en sima por un simple y humilde humano, bueno, admitamoslo, ¿a quién no le gustaría ver a Zeus siendo golpeado?.

Mientras la mirada caramelo de la Diosa miraba el combate, tenía su atención fijada casi en su totalidad en el humano, siendo, como un tercer ojo del mismo, el cual le ayudaba a calcular mejor sus ateques y esquivos, Indira era la maestra de la operación cuando se trataba de pelear y aquello fue notado por alguien.

— ¿Por qué estas aquí, peleando contra los dioses?.

— Todo el mundo siempre me pregunta lo mismo, y ahora también tu, anciano — respondió, apretando un poco el puño de hierro — ¿Odio?, ¿Venganza?, no necesito ninguna de las dos, no hay otra razón para hacer lo que hago. Solo protego a mi desendencia.

Con esa frase, cada humano, incluso la misma Diosa que lo ayudaba, empezaron a sollozar debido a la honestidad y la nobleza del primer humano, el cual luchaba desinteresadamente por sus hijos, porque ningún hombre necesita una razón para proteger a sus hijos.

— Señorita Indira — murmuró una sirvienta a su lado, nerviosa, al oír una respuesta para que siguiera, dijo —, el gran señor Anubis desea verla.

Al oír ese nombre, sus ojos se abrieron como platos y empezó a temblar, Anubis, Dios funerario y maestro embalsamador, de la gran y distinguida mitología Egipcia, un gran conocido de la ojicaramelo y alguien a quien le tenía sumo respeto, sin embargo para que la llamara en medio del combate, debía ser algo sumamente importante.

Humillado y lleno rencor el dios se levanta, mientras toda la humanidad el nombre de Adān cantá.

En la arena de combate la agonía era insufrible y la presión abundante, los músculos que una vez estaban expandidos, ahora se estaban comprimiendo hasta el último centímetro, el rubio al sentir peligro se preparó, ¿en guardia?, el instinto normal frente a un diamante, el dios ahora preparado para sus golpes finales, listo a partirlo en dos, ¡la verdadera derecha de Dios!.

— Señor Anubis — hizo una reverencia, ante la prestigiosa deidad —, ¿Me mandó llamar?.

— Si, vi lo que haces. — dijo con una voz seria, haciendo temblar aún más a la Diosa — Pero no te preocupes, no diré nada.

— ¿Eh? — confudida levantó un poco la mirada, para ver esa máscara similar a la cabeza de un perro.

— Haz que la humanidad gane, Indira — y con eso, solo se retiró.

Compañeros - Buddha [Pausada Temporalmente] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora