Capítulo 9

3.4K 311 225
                                    

Rápidamente pasó la hora de almuerzo. Marcela y las del cuartel regresaron a la empresa:

- ¡Estuvo buenísimo ese almuerzo! - dijo Berta

- Uy sí y ese restaurante estaba divino. - dijo Mariana alegremente.

- Sí doña Marcela, yo creo que le va a tocar invitarnos más seguido. - dijo Aura María riendo.

- ¡Aura María, por Dios! No sea atrevida. - dijo molesta Inesita.

- No Inesita, no se enoje con Aura María. Ella tiene razón, tenemos que volver a salir la pasamos muy bien. - dijo Marcela

En ese momento se abrió el ascensor y llegaron Mario y Armando:

- Bueno muchachas, creo que deberían de regresar a sus puestos de trabajo. - dijo Marcela.

- Claro doña Marcela. - contestaron todas mientras se incorporaban a su puesto.

- Marcela, quiero hablar contigo ¿vamos a tú oficina? - dijo Armando

- Está bien, vamos.

Ambos entraron a la oficina:

- ¿Qué quieres hablar conmigo? Armando

- Marcela, desde que llegaste andas muy extraña conmigo.

- Es solo tú impresión. No me pasa nada.- dijo Marcela seriamente.

- ¡Marcela! Ni siquiera quisiste besarme y hoy te apareces con la misma ropa de ayer cuando me dijiste que ibas a dormir en tu apartamento. Además sé que ayer saliste con Betty, ¡CON BETTY! y hoy te vas a almorzar con las del cuartel ¿eso no te parece extraño? - dijo Armando enojado.

- Armando vivías diciéndome que no entiendias por qué yo no me llevaba con Betty y ahora qué estoy intentando tener una amistad con ella ¿vienes a reclamarmelo?- dijo Marcela intentando evadir las acusaciones de Armando.

- ... Perdón Marcela, tienes razón soy un tonto pero ¿por qué ese repentino interés en Betty?

- No lo sé Armando pero ¿no prefieres qué sea así? ¿O acaso hay algo qué Beatriz podría contarme? - dijo Marcela

- ¿Qué? No, no hay nada que contarte. Y pos supuesto que prefiero que se lleven bien y no estén peleando. - dijo Armando nervioso.

- Lo decía porque ella es tu asistente, obvio va a saber todo sobre ti, claro que te intimidaria que ella y yo seamos amigas.

- Pues no Marcela, no me intimida. No tengo nada que esconderte.

Mientras tanto Betty estaba en su oficina y le entró una llamada:

- Buenas tardes, presidencia de Ecomoda.

- ¿Betty mija?- dijo don Hermes

- Sí papá soy yo. - contestó Betty

- Betty la llamo para pedirle un favor.

- ¿Qué necesita? Papá

- Mire mija, es que quería pedirle que invité a cenar a esa señorita a Marcela.

- Y eso ¿por qué? - dijo Betty

- Pues porque ella nos dijo de que iba a volver a venir a la casa. Y usted sabe mija que ¡el diablo es puerco! Y después no va a querer venir.

- Papá ¿tanto le agradó Marcela? - dijo Betty riendo.

- Pues sí Betty, ella parece una muy buena muchacha, además es una de las dueñas de la empresa en la que usted trabaja, sería excelente que usted y ella tuvieran una amistad ¿no le parece? - dijo don Hermes.

Marcetty: Un amor súbitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora