hibris | onze

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non sunt nisi dulcia basia

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-Ambos sabemos que si alguien tiene que irse, eres tú, Kim.

Aprieto los labios cuando noto que la tensión en el ambiente se hace lo suficiente nauseabundo como para querer correr y esconderme en un rincón. Incapaz de permanecer junto a ellos, tomo una pequeña porción de tela de la camiseta de Taehyung, acción que es vista por todos como una patética y absurda anticipación de lo que podría ocurrir.

Trago con fuerza, y tomando una profunda respiración, hablo con algo que intento con firmeza:-Tiene razón-la sonrisa de Jungkook se ensancha, pero antes de que pueda vanagloriarse con un triunfo equivocado, agrego con rapidez-, deberías irte, Jungkook. No entiendo qué haces aquí, no hay motivo.

Una risa poco disimulada se escapa de los labios de mi acompañante, y en un intento de que esto no se agravara, golpeo su costado con mi codo. El pelinegro incapaz de aceptar mis palabras, se acerca más de lo debido a nosotros. Su ceño fruncido y su latente malestar no hace más que pronunciar las heridas que no parecían superficiales. ¿Estaba sorprendida? Claramente, porque Taehyung era la clase de persona que observas y asegurar que prefería ignorar a golpear a alguien de forma casi brutal.

-¿Te estás escuchando Gyuri?-pregunta ofendido.

-Lo hago perfectamente, algo que no puedo decir de ti.

Hace semanas, cuando estaba perdida en lo que creía era una relación normal, hubiera callado y aceptado todo lo que me decía. Pero está vez, mi poca paciencia y el delgado hilo de mis nervios, me estaban dando aquel impulso para decir lo que quiero sin pensar en las consecuencias. Además que, por alguna extraña razón, la presencia del moreno al lado mío, me daba esa seguridad que nunca tuve con el que era mi novio.

-¿Sabes lo patético que te ves?-de forma adusta y sin algún tinte de que indique miedo, se dirige Taehyung a Jungkook-, te sigues arrastrando por alguien que está dejando más que claro que te quiere lejos, ¿qué necesitas para entenderlo? ¿unas pegatinas de brillitos?

-Sigo sin entender que hacer aquí, esto es entre ella y yo.

-Lástima, pues ahora será cosa de los tres-pasando su brazo por mis hombros, tal como había sucedido frente el doctor, Taehyung le da una muestra de quién era que sobraba. Con aquella actitud que fingía ser desinteresada pero que también cargaba una intensidad casi abrumante, el moreno enfrentó a Jungkook, que parecía estar a punto de perder los estribos-, es mi chica, todo lo que tenga que ver con ella es de mi incumbencia.

Entorno los ojos cuando el sonido del rechinido de los dientes de mi expareja sonó hasta donde me encontraba. La fuerza que estaba empleando en su mandíbula hacía que la vista de su persona fuera casi grotesca, y temí de que la vena de su cuello fuera a explotar en cualquier momento.

Los pasos relajados nos hizo a todos voltear, SeokJin con una sonrisa y calma se dirigía hacia nosotros, por supuesto, hasta que se percató de la presencia del pelinegro. Parando bruscamente, sus bonitas facciones se convirtieron en unas completamente serias. Siendo espectador de la forma deplorable en la que se encontraba Jungkook, una sonrisa genuina apareció.

-Jeon-escupe apenas se encuentra lo suficientemente cerca. Colando ambas manos en su chamarra, me da una breve mirada antes de volver enfocarse en su persona menos favorita.

-Kim.

Sí, esto estaba resultando ser peor de lo que pensaba que sería.

-¿Pasa algo, Jin?-pregunto, rogando al cielo que esto terminará de una vez por todas, porque estaba segura que mis piernas estaban temblando de los nervios. Siseo sin casi poner voz, una clara indicación para que actuará, y nos llevará lejos del pelinegro. Confundido por mis indicaciones ridículas, mueve sus labios y ojos de forma casi divertida. Haciendo movimientos casi imperceptibles, logro que capte.

-Tus padres los esperan-menciona con ese tono tentador y que burbujea cierta burles. Era demasiado evidente que estaba disfrutando mencionar a mis padres cuando sabía que era un tema que a Jungkook le cabrería, pues él conoció a mi familia una vez y esa única ocasión fue suficiente para que mis padres rechazaran al que era mi pareja-, la comida que tu padre cocinó especialmente para hoy, no puede esperar, tortolitos.

Rio incómoda, pero agradecida de, que pese hacer la peor excusa, poder salir del embrollo en el que sin querer fui metida. Me remuevo, obligando a Taehyung a quitar su brazo, pero al contrario de lo que pensaba, tan rápido como cayó sobre su costado, entrelazo nuestros dedos, dándole un suave apretón a su mano, acción que es correspondida de la misma manera.

Respiro hondo, y sosteniendo la mirada incrédula y enojada, hablo:-Espero que sea la última vez que vengas de está manera, Jungkook. No quiero verte, ni mucho menos tenemos una relación para tener que darte alguna clase de explicación. Quiero que te mantengas lejos de mí y de mi novio, y que sea la última vez que intentas tocarlo-mascullo con brusquedad, dejándolo con la palabra en la boca, jalo de Taehyung para irnos.

Una vez lejos, escucho un suspiro proveniente de mi supuesto novio.

-Joder, creó que me he enamorado.

Giro mi cabeza para verle, una sonrisa casi boba está sobre sus labios lastimados. Su mano libre se encuentra sobre su pecho, dándole a lo que dijo un dramatismo tonto pero que me hace reír. SeokJin se nos une después de unos segundos, sea lo que le dijera a Jungkook no me importaba, pero tan pronto como camino a nuestro lado, no paraba de alabar el buen trabajo que hizo Taehyung en la cara del tatuado. Casi le rogaba que le enseñara a patear el culo de la gente de esa forma, cosa que no hizo más que hacer reír de forma descarada a la persona que tuvo más alabanzas en segundos.

Nos detenemos justo donde se encontraba su auto, ostentoso y lujoso que provocó sonidos de asombro por parte de mi amigo. Tan pronto como nos acercamos, dos hombres se presentaron, reconocí a uno, al que le dio las llaves a Taehyung al salir del hospital, y que si no era olvidadiza, se llamaba Ice.

-Señor, su padre lo espera en el despacho-el moreno los mira por leves segundos, antes de asentir con algo de brusquedad.

-Vayamos primero a casa, tengo que cambiarme.

-De acuerdo, señor.

Ambos hombres se alejan hasta llegar a una camioneta negra, apenas desaparecen de nuestro campo de visión, Taehyung se gira hacia nosotros y sonriendo de una manera que podría tomarse como cortés si no lo conociera, separa nuestra manos que habían estado unidas todo este tiempo.

-Creo que esa comida tendrá que esperar-inclinándose un poco, y quedando a la altura de mi rostro, me permite apreciar esa intensidad que lo caracteriza y que me hace retener la respiración-, espero que la siguiente sesión pueda tener mis diez minutos del trato, novia.

Abro la boca sorprendida por el nuevo apodo, pero quedo sin palabras cuando de forma descarada, deja un casto beso sobre la comisura de mis labios.

-Nos vemos, fisgona.

Tan pronto se van, un SeokJin sorprendido y con su rostro sonrojado, se para enfrente de mí.

-Joder, Gyuri.

...
Nos leemos en días, semanas o meses...

No es cierto, trataré de actualizar seguido. Muchas gracias por todo ✨♥️

Hibris: Moira | K.TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora