hibris | dix

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Kim Taehyung

Dejando que el vaso se mueva entre mis manos, el poco líquido dentro toma forma ondulante. Aun cuando sé que está hablando sin parar, me concentro en el lienzo frente a mí. Había algo que, pese a ser ciertamente hermoso, faltaba para que fuera perfecto.

—¿Entonces te fotografía desnudo?—la pregunta indecente no me toma desprevenido, era esa clase de cuestionamientos que tienen el nombre de Yoongi.

—No es esa clase de trabajo, Min—aclaro, pongo el vaso sobre la pequeña mesa alta para poder tomar el pincel delgado. Juntando dos colores diferentes, intento acercarme al color de sus labios.

Lo miro de reojo justo en el momento que alza ambas manos, mostrándome sus palmas, haciendo un vago ademán de paz. Acomodándose sobre el sillón, me mira con atención y una sonrisa descarada sobre su boca. Sabía lo que venía, no necesitaba esperar a que lo dijera, sin embargo, le doy la oportunidad de hacerlo. Yoongi es como aquella persona chismosa que quiere sacar la información no importa el medio.

—Estoy interesado en cierto punto de tu grandiosa historia—empieza con aquel tonillo que le agrega seriedad fingida al asunto, permitiéndose ser un personaje que intenta reflejar superioridad con tan solo unas palabras. Si no supiera que no sabía realmente algo, me hubiera preocupado en cierta medida desagradable—, permitiste que alguien te viera, cuando realmente eres un paranoico con esos asuntos. Además de, por pura casualidad, dejarte chantajear para tomarte unas fotos. No sabía que fueras tan considerado.

Bufo sin gracia. Reajustando mis gafas, y una vez aprobado el color rosado, me acerco al lienzo sin terminar. Presiono las cerdas sobre el lugar donde van los labios y dejo que el color le empiece a dar la bonita forma que tienen en la vida real.

—Lo haces ver como si lo tuviera planeado, y eso es demasiado espeluznante incluso para mí—hablo sin siquiera mirarlo, aun sin hacerlo sabía que había puesto los ojos en blanco—, en serio, solo sucedió.

Riendo con incredulidad, prosigue: —Pues para ser tu punto débil, estás demasiado calmado.

—Ella no hablará, parece un cachorro recién nacido.

—Ajá, sabiendo eso, aun así fingiste que te atrapó para ayudarla.

Dejo la pintura en segundo plano para verlo. Ciertamente, ese era un punto demasiado válido. Porque aunque ella hablara, nadie le creerá semejante historia, y mucho menos cuando mi reputación como alumno destacado resaltaba como si tuviera brillantina de colores. Abro la boca dispuesto a soltar lo primero que me sirviera como excusa, pero mi celular vibró al recibir un nuevo mensaje. Dejo el pincel de lado para contestar, y una vez recibido otro como confirmación, me levanto de la silla.

—Tengo que irme, ella quiere hacer otra sesión—anuncio aliviado, tener que darle explicaciones a Min Yoongi es como dárselas a una pared. Sabía que no las escucharía incluso por más empeño le pusiera en la veracidad de mis respuestas.

—La pintas y corres apenas te manda un mensaje, ¿será este tu fin como hombre soltero?—frunzo el ceño en su dirección, no era el caso. Claro, era bonita, pero no me gustaba. No es como si de alguna manera perversa, hubiera planeado todo para que yo terminara en la situación en la que me encuentro junto a ella.

Arqueo una ceja con interés, incluso después de meter mi celular en mi bolsillo, pregunto: —¿Cómo sabes si es ella?

—Tomando en cuenta que dibujas a lo que te mantiene con cierta sensación de inquietud, no dudo que sea ella, ¿me equivoco?—lo miro unos segundos antes de salir por la puerta, su risa resuena por toda la habitación, demasiado escandalosa para que desde el pasillo alcance a oírse.

Una vez abajo, le hago un ademán a Ice para que detenga su, seguramente, formación para seguirme. Indicándole desde mi lugar, y con gestos que se me antojan vagos, le hago saber que no se acerque demasiado. El auto estacionado no es de gran ayuda, cuando realmente el pequeño espacio donde se toman las fotos está relativamente cerca.

En el callejón en el cual siempre me meto para restar camino, una figura alta y algo robusta, se encuentra recargado en la sucia pared. Me detengo unos segundos antes de volver a caminar, sabía, por alguna extraña razón, que una cosa así podría suceder. Mi sentido de entrometido me ha llevado a varias situaciones en las que, afortunadamente, he salido casi ileso. Pero en el que los problemas quedan como una ficha en mi expediente para el libro familiar de mi padre.

Justo al pasar al lado, la persona se separa y camina en mi dirección. Suspiro cansado cuando un empujón fuerte me lleva a retroceder. En la vida había dos clases de personas, la primera era la que entendía que si algo era para ti, no tenías que forzarlo. Las segundas son las que desechan esa frase, y creen que obligar a que algo suceda cambiará algo. Jeon Jungkook era asquerosamente la clasificación dos, por la manera en la que Moon parecía huir de él, me da unas pistas demasiado claras para saber que el chico dulce que muchas creen ver, no es lo que parecía.

Conocí muchas mujeres que al igual que Moon, no eran capaces de mantenerse cerca de lo que fueron su "pareja", el miedo era algo que sin duda pone muchas trabas para seguir. Ayudarla ese día en la cafetería salió tan natural que después de que el pelinegro se levantará hecho una furia, digerí sobre mis acciones descuidadas. Los labios suaves fueron, sin embargo, como un dulce premio que no me molestaría en probar.

—¿Qué crees que haces? No creas que me creí el cuentito de su relación—brama, el enojo en sus facciones sin duda eran de esas caras que no quisieras tener.

—¿Crees que eso me importa? Lo creas o no, es tu problema—contesto calmado, alterarme en esta situación no sería lo más lógico. Jeon ya lo estaba mucho por los dos—, no quiero problemas, métete en tus asuntos.

Suelta un risa sin nada de gracia antes de tomar la tela de mi camisa con algo de torpeza y fuerza bruta.

—Ella es mi problema—corrige sin detener alguna piedad sobre la tela de mi camisa—, no entiendo qué es lo que buscas, pero Gyuri es mía.

Poco sorprendido y harto de la situación, tomo sus muñecas para separarlo con el mismo cariño que él me ha mostrado, es decir: con brusquedad. Sacudo mi ropa, a la vez que relamo mis labios, acciones que no hacen más que enfurecerlo mucho más.

—Las personas no son una propiedad, no me importa qué pasó entre ustedes, pero me importa lo que ahora está sucediendo. Mi limite es demasiado pequeño, Jeon. Espero no tener que decírtelo dos veces, aléjate de nosotros, sobre todo de ella.

Riendo con descaro, habla con acidez, con aquel sonido que te enerva la sangre—¿A caso te dejó amordazarla para que estés así? No eres el primero...

No era mi problema, ni mi intimidad. Pero que revelara un asunto tan privado de aquella manera hiriente, era tan bajo que no medí mis acciones y solo golpeé su cara con mi puño. Su sonrisa solo me confirmo algo: hice lo que quería. 

...

Hace dos días les agradecía por los 19k, ahora por los 20k. En serio ustedes son sorprendentes. Las amo 💛

Actualización casi seguido, ahora sí, no puede haber quejas.

Ig: yahshesuni 

Hibris: Moira | K.TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora