hibris| quinze [+18]

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Bueno, ya saben. Contenido sensible, si no les gusta, por favor no lean y evitemos el mal rato. Ahora sí, cualquier error no duden en decirme.

.

Desesperación.

Deseo.

Locura.

Todo aquello parecía rondar y envolver nuestros cuerpos con una intensidad asfixiante. Comenzó con un simple roce, una caricia mínima que nos permitió un placer inexplicable, aquellas cosquillas que recorren todo el cuerpo hasta asentarse en la parte baja del abdomen. Cuando por fin sus labios toman los míos, el jadeo soltado por ambos fue suficiente para saber que aquello no bastaría para saciarnos del deleite creado por nuestros cuerpos.

Incapaz de permitir distancia, deslizo mis dedos por su cuello, ejerciendo presión para que su boca no se despegue de la mía. Las inseguridades y errores esfumándose de mi mente para dejarle el camino libre a las sensaciones placenteras que me proporcionaba con ímpetu.

─Para...─pido, temblorosa. Con una sonrisa en su rostro, humedece sus labios sin dejar de verme. La suplica ahondo en el juego propuesto para nuestro deleite. Soy una mentirosa y lo sabíamos, tenía que dejar de fingir ser una buena chica y mostrarle de lo que soy capaz, pero, ciertamente, este jugo me gustaba más.

Pasando ambas manos por mis piernas desnudas, deja apretones nada suaves de vez en cuando. Plasmando la silueta de su enorme mano, el color rojizo no es más que un indicio de lo brusco y áspero que es. Y quisiera poder afirmar que aquello no me sorprendía y agregaba cierto libido a mi cuerpo, pero estaría diciendo otro de mis tantos engaños.

─Mentir es malo...─susurra cerca de mi cuello, besando de forma húmeda y casta el largo, sigue subiendo sus manos hasta que la punta de sus dedos roza el borde de mi ropa interior, inhalo con brusquedad─, pero mentirme a mí es peor, cielo.

Lo sabía. Jodidamente sabía que Kim Taehyung sería mi perdición, y, justo ahora, era incapaz de pararlo pese a que todo se encaminaba para tener un final de mierda. Pero ahí me encontraba, con las piernas a los lados de su cintura, permitiendo que me toque sin pudor.

─No lo hago─ corrijo aún con mi voz inestable, de alguna manera me las arreglo para seguir hablando─, nunca miento.

Sopla en el rastro de besos húmedos, permitiendo a mi cuerpo temblar por el cambio de temperatura. Sin alejarse de la curva de mi cuello, puedo deducir que justo ahora una sonrisa ladeada se encuentra sobre sus labios.

─¿Eso es así?─ cuestiona, divertido─, ¿debería parar?

El maldito juego previo me estaba llevando al borde de la irracionalidad, y la desesperación mostrada en mis acciones por mantenerlo cerca de mi cuerpo parecía motivarlo a seguir atrasando lo que tanto habíamos querido. Acariciando suavemente mi centro encima de la delgada ropa, ahora con un rastro de humedad, se dedica a observar con cierta fascinación mi rostro y escuchar embelesado los bajos gemidos que inútilmente intento de retener. Cada una de mis extremidades las sentía arder, la lascivia no era más que un estímulo a sus toques sobre mí, y, justo en el punto de cumbre, entendía el lugar seleccionado.

Su mano libre tapa mi boca cuando un jadeo lo suficiente alto brota de mi garganta, la caricia que mantenía sobre mi centro aumento a una intensidad que no me permitía controlar absolutamente nada. Tiemblo aún más cuando dos de sus dedos van más allá, en el lugar húmedo que podía recibirlo sin tapujos. Sobrecargada con todos los estímulos, suelto su cuello para poder rodear su muñeca en un intento de tener unos cuantos segundos para poder controlar el intenso calor y presión bullendo con desesperación en mi zona.

Hibris: Moira | K.TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora