3. Noche

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Llegaron todos al hotel, y cenaron.
-Estoy muy cansada, y me duele la cabeza, me voy a la habitación.-Dijo Julia con voz cansada.
-Yo te acompaño, que también me duele la cabeza.- Le respondió Rafa.
Los dos subieron por el ascensor, y llegaron hasta el pasillo donde se encontraban sus habitaciones.
-¿Quieres pasar?-Le dijo Julia a Rafa.
-Vale.- Respondió Rafa nervioso.
Julia fue directa al aseo a lavarse la cara, y Rafa se sentó en un silla.
-¿Que tal el viaje de momento?- Le dijo Julia a Rafa desde el aseo.
-Bien, la verdad.
-Ay, que se me olvidaba, en la casa de Julieta te he comprado una moneda souvenir troquelada de esas que coleccionas tu.- Dijo Julia saliendo del baño.
- Muchas gracias, yo también te he comprado algo. Una bola de nieve de la casa de Julieta, como se que las coleccionas...
-Eres un cielo, muchísimas gracias.
Los chicos intercambiaron sus regalos muy contentos al saber que su amigo/a se acordaba de ella/él. Se dieron un gran abrazo repleto de amistad, pero cuando separaron sus cuerpos, los dos sintieron como una atracción magnética hasta el otro, y se acercaron, cada segundo un poco mas, entonces rozaron sus narices, y su abrazo amistoso se convirtió en un dulce beso de amor.
Al despegarse, los dos sonrieron a la vez, pero sus mejillas estaban sonrosadas. No sabían que decir, se quedaron sin palabras. Rafa por fin había conseguido su gran sueño, besar por primera vez y a su mejor amiga, de la que había estado enamorado desde aquel día que se conocieron en primaria, de la que había espiado tantas veces desde la ventana de su habitación que estaba a apenas 3 metros de la ventana de la habitación de Julia, con la que tanto había disfrutado los últimos años. Pero en cambio para Julia esto era algo inesperado, jamás había podido imaginar que sentiría tantas ganas de besar a su mejor amigo, ella no quería tener novio, todavía, para ella primero eran los estudios, y los novios, podían esperar, y nunca hubiera pensado que en este viaje iba a dar su primer beso, y menos con su mejor amigo.
Rafa desconcertado y eufórico no se le ocurrió otra cosa que decir:
-Me tengo que ir.

Va por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora