¿Qué plan?
Kylie...
Me senté en mi cama y el frente a mi, por su cara se que le cuesta decirlo, estoy asustada, las manos me tiemblan y él lo nota, no dice nada, supongo porque he de tener razón para temer.
— Kylie... cuando te cuente todo esto... no querrás volver a saber de mi— tenso la mandíbula — y por ello te pido que no me interrumpas y escuches todo.
Asiento con la cabeza y él baja la mirada.
— Kylie, he hecho cosas horribles, y lo peor es que no me arrepiento de nada — una punzada en mi pecho se hace presente.
— Tyler, me estás asustando.
— Debes estarlo.
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Tyler...
Se lo tengo que decir, de lo contrario no dejará de molestar con eso, le diré solo lo que tengo planeado, le contaré solo lo necesario, tanto para que me crea como para que me tema, sospecha cosas lo sé, pero solo le diré un poco de mi vida, de mi pasado,no del oscuro obviamente, pero si de algunas cosas que debe entender.
Debo hacer lo que sea para mantenerla a mi lado, no permitiré que nadie, ni nada la aleje de mi, eso me incluye a mi mismo, no dejare que mi lado bestial salga y la lastime.
Traga grueso— Tyler... ¿Qué cosas has hecho?
— yo he... — ahora trago grueso yo — Kylie, soy un asesino.
Abre los ojos en grande y su temblor en su mano se hace más evidente.
—¿Qué...? — tartamudea
— Lo que has oído, he matado, soy un asesino.
— ¿A-quién mataste?
— A un hombre.
— ¿Por qué? — se encoge un poco y su respiración es agitada. Sus ojos muestran curiosidad y miedo. Miedo hacia mi.
— Por ser él amante de mi madre.
El maldito recuerdo sigue en mi mente, viene y va todos los putos días.
Flashback...
Yo estaba viendo el paisaje en nuestra casa del campo, todos los veranos íbamos, Jessica había venido de visita desde el internado al que fue llevada, estaba sentada en su teléfono viendo las fotografías que me obligó a tomarle.
Todo normal.
Hasta que vi a ese hombreLlegó, vestido de pans y sudadera, vi a mi madre recibirlo con un cordial saludo, ella le sonreía de una manera que me intrigó de inmediato, ya que no la veía sonreír así, con nadie más sonreía así, descubrí que era su entrenador de pilates.
Desde luego me pareció una mamada que ella decidiera tomar clases de esa mierda. Los veía normal, él venía tres veces a la semana, mi padre no lo tomo a mal, simplemente no sospecho nada, y yo tampoco.
No a un grado extremo, pero después de verlos muy contentos y que él le tomara la mano mientras nadie veía, eso si me extrañó mucho.
Maldigo el momento en que se me ocurrió seguirlos hasta el gimnasio.
Ahí estaba mi madre, recargada de la pared con aquel hijo de perra dentro de ella empujando una y otra vez.
Lo primero que sentí fue asombro, después coraje y por último... decepción.
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NADA SERÁ IGUAL
Подростковая литератураNada será igual Kylie una chica de dieciocho años, quien está por empezar la universidad, y sus planes no saldrán como lo esperan, ya que al llegar a los dormitorios de la universidad se da cuenta que es compañera de cuarto de un chico, chico que h...