Cap 23

353 10 0
                                    

Tres idiotas.

Kylie....

Esto es enfermo, primero me secuestra, me esposa, hace que use lencería y ahora quiere que haga lo que él quiera. Esta mal.

— no haré tal cosa — protesto y sonríe maliciosamente

— sabía que dirías eso, por eso eh hecho reglas, castigos y premios.— pone sus manos detrás de su espalda y camina de un lado a otro en el mismo lugar — regla número uno. Obedecer al secuestrador, regla número dos. Darle placer al secuestrador. Número tres  portarte bien. Número cuatro bailar para el secuestrador. Número cinco gemir para el secuestrador. Número seis no intentar escapar, hacer escándalo, pedir ayuda o hablar con alguien que no sea tu captor. Número siete no protestar, pelear, discutir o llevar la contraria del secuestrador — lo veo con incredulidad con cada cosa que dice.

— estás loco...

— número ocho levantar la mano para poder hablar, ir al baño, o pedir permiso para cualquier cosa incluyendo llegar al orgasmo.

Abro mi boca de la sorpresa de aquello, es un idiota si cree que hasta para eso pediré permiso.

— ahora... si obedeces o acatas las reglas tendrás premios

Frunzo el ceño — ¿como cuales?

—orgasmos, placer, besos, comer, dormir,sentarte...

— las tres ultimas obviamente me las darás, morire si no

— pórtate bien — se encoge de brazos y se posa tras de mi — los castigos son... tortura sexual, azotes, humillación, trato como animal

— ¿Qué...?

— lo que oíste, ahora no lo entiendes, pero lo harás y más vale elijas un buen lado y seas inteligente para hacer lo que te conviene.

— no me lo puedo creer, de verdad has caído en la locura...

— recuerda que debes levantar la mano para pedir hablar...— advierte

— no haré ninguna de esas mierdas....

— te has ganado tu primer castigo

— ¡Uy! Que miedo... — digo sarcástica

Sonríe burlón y me toma del brazo para posarme en la cama boca abajo.

— suéltame — forcejeo pero obviamente tiene más fuerza que yo

— mala niña — dice burlón y me pone las esposas  por la espalda. Maldito.

— ¡suéltame!— me muevo inquieta pero él logra ponerme sobre sus piernas acostada boca abajo

— esto les pasa a las niñas que se portan mal — dice y me da una nalgada

— ¡Ah!

— debes obedecer zorrita — otra nalgada. Gimo y él ríe bajo— te daré más duro ya que parece que lo disfrutas y esto es castigo no premio — otra. Esta vez si que ardió.

— ¡Ya! — digo a la quinta nalgada

— ¿Te portarás bien?

— si....

De pronto siento como acaricia la raya de mi trasero, lentamente mete un dedo y lo baja hasta que toca ahí.

NADA SERÁ IGUAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora