3 años.
3 lentos años.
Encendió su quinto cigarro del día, desgraciadamente había vuelto a esa adicción que Austria muchas veces le advirtió que le mataría.
<< No me gusta el olor, México. Además, puede hacerte daño ¿sabes que podrías morir? >>
<< Lo dejaré, de verdad. Solo uno y ya. >>
Y lo hizo, pudo alejarse de esa dañina adicción. Hace apenas un año que había vuelto a fumar de forma incontrolada. Filipinas, que había estado pendiente a él por si podía ayudarle en algo, intentó hacerle ver el mal de su situación pero siempre parecía que al mexicano era lo que menos le apuraba.
Dio una calada y después de retenerlo durante unos segundos, expulsó el humo. Esmeralda se asomó por la puerta de su habitación, el mexicano descansaba en el balcón mientras una nube de ese adictivo humo le rodeaba. A veces él solía quedarse en ese balcón por horas y solo entrar cuando tenía hambre o recibía alguna carta de Francia, Urss o USA.
— ¿Señor México?
Él dio vuelta hacia la chica, le sonrió y se sacó el cigarro de la boca.
— Lo siento, ¿te molesta el humo?
— Oh, no no, no es eso. Esta es su casa, después de todo. Tome, acaba de llegar esta carta. — Ella le extendió el sobre, el tricolor apagó su cigarro y con un gesto agradeció a la chica, que se retiró enseguida.
México caminó hacia su cama, tomando su pequeña navajita para abrir el sobre cuando hubo leído el nombre de Urss en el sobre. Dentro había una carta con esa perfecta escritura del soviético, explicándole como iba todo por allá. Leyó con una risita que aquel hombre firme comenzaba a encariñarse más del gemelo alemán menor, parecía ser que su hermano de lentes era menos comunicativo así que no convivían mucho, por lo que su comunicación con el otro era mejor. Terminó de leer la carta y descubrió dos hermosos dibujos, uno hecho por los dos alemanes y el otro por los soviéticos.
Y así como hacía con todas las cartas, la guardó en un cajón al lado de su cama. Quizá sería buena idea visitarlos un día, uno solo para poder pasarlo con ellos. ¿Aceptaría su gobierno darle un día también para visitar a Austria?
Cansado, se levantó y se dirigió a su baño. Al quitarse la camisa y poder verse frente al espejo pudo darse cuenta de que realmente se veía mal, las ojeras debajo de sus ojos se prolongaban, pero al menos las cicatrices nuevas que la guerra le había dejado se habían cicatrizado bien. Se quitó el resto de la ropa y entro a la ducha, una relajante ducha caliente. Era reconfortante ese momento, quizá el momento más feliz de su día.
Mientras el agua pasaba por su cuerpo y terminaba en un charco bajo sus pies, su mente pensaba en lo que quería hacer. USA le había propuesto pasar unas vacaciones en sus territorios o en los territorios de alguno de sus "hermanos", tal como se llamaban entre si los latinos.
¿Debería hacerlo?
Suspiró y terminó de bañarse, no sabía a dónde, pero extendería sus alas y volaría lejos de ahí hacia el primer lugar que sus alas quisieran llevarlo. Guardó tres cajetillas de cigarro en su bolsillo del pantalón, no planeaba tardar en volver, quizá solo dos días y volvería, así que tres cajetillas serían suficientes.
Salió de la habitación y avisó a Esmeralda su repentina salida, pidiéndole que si alguien iba a buscarlo solo dijera que por motivos políticos había salido. Tan pronto se despidieron, salió de la hacienda y dejó que sus alas se movieran con el ritmo del viento. ¿Debería visitar a Filipinas? Quizá a Brasil.
Perdió la noción del tiempo y cuando menos lo esperaba ya estaba en un lugar conocido. Francia. El viento mismo le llevó hacia su amado Austria que aún era atendido por Francia.
Suspiró soltando una pequeña risita y aterrizó, después de la guerra la seguridad de los países había incrementado mucho, así que no le sorprendió ser recibido por soldados franceses pidiéndole identificarse hasta que lo reconocieron, hicieron una rápida llamada a su representación y por fin lo dejaron ir a la residencia de la francesa.
Francia le recibió con una enorme sonrisa, justo cuando iban a abrazarse fue que Francia hizo un pequeño gesto de molestia.
— ¿De nuevo fumando?
El tricolor había olvidado apagar el cigarro que encendió en cuanto fue autorizada su visita.
— Dime que ese es tu primer cigarro en 48 horas.
México soltó una risita, apagándolo y arreglando sus ropas.
— No lo puedo evitar. — pudo notar que la francesa haría otro comentario pero se apresuró a intervenir. — ¿Cómo está?
— Bueno, igual. Está bien, pero no logro ver señales de que despierte.
Ambos caminaron hacia la habitación en la que ahora el austriaco descansaba. Francia le contó algunas cosas sobre el territorio de Austria, aún no podían establecer de nuevo el orden por completo y menos si su representación seguía sin despertar.
— Israel pudo despertar hace dos días, ¿sabes? Solo faltan Polonia y Austria. Que Israel pudiera despertar nos da esperanzas de que ellos dos también lo logren.
Israel no estaba bajo el cargo de Francia, pero la noticia de que reaccionara recorrió a todo el mundo. Cuando entraron al cuarto, la francesa permitió un momento a solas entre ellos. En cuanto la puerta se cerró, México se acercó y lo contempló durante unos segundos.
—Hola, príncipe. Te he extrañado mucho ¿sabes? — tomó asiento a su lado, trató de buscar algún tema de conversación pero no llegaba nada. Buscó en su bolsillo su cajetilla casi desesperadamente, pero paró en seco cuando su mirada volvió al austriaco. — Oh... Si, a ti te desagrada el humo. Lo siento, volví a eso. Pensé que solo sería uno ¿sabes? Pero entonces fue otro, y otro, y otro...De pronto ya no pude parar.
Soltó un pesado suspiro y quedó en silencio. Durante esos tres años apenas y había podido verlo, quizá esa apenas era su sexta vez visitándolo en todo ese tiempo.
— ¿Recuerdas al pequeño Rusia? Te he hablado de él y de sus hermanos antes, lograron llevarse bien con los pequeños alemanes. ¿Sabes? Rusia te dibujó en la carta que acaban de mandarme. Me sorprende que te recuerde bien, digo, solo es un niño. Él sigue deseando poder ser el mejor amigo de nuestro hijo. ¿O quizá una niña?
Sonrió ante esos pensamientos. Siguió hablando, no sabía si realmente estaría siendo escuchado, pero esperaba que si, tenía esa esperanza. Cuando llegó la noche se despidió de él y de Francia, agradeciendo los cuidados y pidiendo que cualquier noticia le fuera notificada.
—Cuídate, México. Y trata de dejar el cigarro, no me gustaría asistir a tu entierro.
Rieron y el mexicano finalmente emprendió el vuelo hacia su hogar, esperando que quizá la próxima vez que fuera de visita, Austria estuviera esperándolo.
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||° Ya casi se acaba el libro :,)
Muchas gracias a quienes siguen aquí con las actualizaciones! Se les quiere mucho ^^ <3
Y ahora, algo así como un rápido spam en mi propio libro xd, vengo a invitarlos a asomarse a la nueva historia que publique. Es de una serie de one-shots de countryhumans, y claro que veremos AusMex ahí también así como más ships y más countrys. Denle un vistazo ;) no se pierde nada.
¡Gracias por leer! Nos vemos en la siguiente actualización.
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Quédate conmigo. [ México x Austria ]
FanficMarzo-1938 La Alemania Nazi desea anexar a la nación austriaca, quien sufre por ello al saber que no tiene salida de esa terrible pesadilla. Austria no se espera la llegada y el ferviente deseo de parte de cierto mexicano para protegerlo, aún cuand...