Capitulo 4

1.1K 70 2
                                    

Un beso y un sangrado de nariz más un segundo ataque.

P.O.V. JOSELINE HERNÁNDEZ.

-- ¡Eso es malo! -- recalca él por quita vez y yo ruedo por quita vez los ojos.

-- ¡No! Lo importante aquí es que amamos al protagonista.

-- Pero lo que hace es malo. ¿Acaso amaría a alguien así?

-- Shh -- lo señaló con el dedo -- Calla.

Él sonríe y eleva un poco la cuchara.

-- Lo que la señorita diga.

Estamos en mi pequeño departamento, en el sillón, él sentado con mis piernas en su regazo, yo como cupcakes de fresas y él helado, cosas compradas por él.

-- ¿Por qué no fuimos al cine? -- pregunta.

-- Por que de lo que va de la película, hemos hablado. -- él ríe. -- Nos hubiera echado del cine.

-- Más con tu risa escandalosa.

-- ¡Mi risa no es escandalosa! -- le golpeó el hombro y él sólo rió más. -- Es una hermosa melodía.

-- Lo que tú digas. -- ruedo los ojos.

-- Para la próxima no te abro la puerta -- él ríe.

-- Oh, claro que lo harás.

-- No. -- termino mi cupcake.

-- Claro que si, por que sino no hay más cupcakes de fresa. -- se encoge de hombros.

-- Erso es un chantaje. Pero lo aceptaré.

-- Ha sido grato ver una película y media contigo, pero es hora de marcharme, ya es de noche. Además mañana tengo que salir -- levanta mis piernas para poder levantarse él -- Prometo venir mañana.

-- Mañana tengo clases. -- hago una mueca.

-- Pero si quieres ser alguien en la vida, la debes terminar.

-- Qué filósofo de tu parte. -- ambos reímos.

-- Me voy antes que se haga más tarde. Iré a recogerte mañana después de tu trabajo.

-- ¿Llegarás a tiempo?

-- Siempre llego a tiempo.

-- Mañana salgo a la media noche -- hago una mueca.

-- Con más razón de ir a recogerte.

-- Lo que tú quieras. -- me levanto y lo acompañó a la puerta.

-- Quiero hacer algo antes. -- dice nervioso y yo lo miro confundido.

-- ¿Qué cosa? ¿Algo malo? Desde ya te digo que si quieres matar a alguien no te ayudaré a esconder el cadáver, me da miedo ver uno. Matarlo, tal vez te ayude, pero hasta ahí son mis límites -- él ríe.

-- No es eso.

-- ¿Entonces que... -- no termino de preguntar cuando él me toma el rostro con sus manos y acerca sus labios a los mío.

¿Qué?

¿Me está besando?

No alcanzo a seguirle el beso cuando se separa y sale de mi departamento cerrado la puerta detrás de él. Me quedo parada ahí mismo, mareada con lo que acaba de pasar.

-- Mierda -- llevo mis manos a mi rostro. -- Él acaba de besarme.

Dios, ¿Por qué? Es decir, no soy una gran chica, yo pensé que solo quería que fuéramos amigos o eso quiere. Bueno, si eso quisiera no me hubiera besado.

Mi frágil y hermosa humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora