《38.

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Los cuatro jóvenes se miraban con seriedad rodeados por un pesado e incómodo silencio.

Kun sostenía la mano de Yukhei con suavidad pero dando masajes con sus pulgares en el dorso de esta.

Por otro lado, Shuhua miraba con atención al médico a medias, notaba que había crecido y se veía mucho más cansado, demacrado incluso y con un nerviosismo notorio que le causó cierta gracia, al mismo tiempo, el chico a su lado le parecía maduro, neutro y tranquilo, pero la mirada que le daba denotaba molestia. Nada que le sorprenda.

Finalmente, estaban Jackson y Kun, el primero estaba nervioso, incómodo y ni siquiera miraba a los ojos al moreno. Kun, por otro lado, estaba sereno, miraba a ambos con molestia e incluso un poco altanero de solo pensar que por lo menos, Xy no estaría cerca de ellos por estos momentos.

—¿Qué es lo que quieren? —finalmente preguntó Lucas, sosteniendo con fuerza la mano de su pareja.

—Hablar contigo, ¿dónde está Xyān?—respondió serena la mujer.

—No tengo nada que hablar con ustedes y ustedes dos no tienen derecho a saber algo sobre Xyān así que... Si no van a decir nada o una simple explicación, quiero que se vayan de aquí.

Kun vió a la mujer abrir los ojos con sorpresa, sin embargo; rápidamente cambió su expresión por una mirada y sonrisa socarrona.

—¿Qué? No digas tonterías, Yukhei. Soy la madre de ese niño, te exijo verlo y seré directa: quiero pasar tiempo con él.

Aquellas palabras, para Lucas, encendieron una llamarada en su interior, una llamarada de ira, miedo y tristeza.

—¿Madre? ¿Tienes idea de lo que es una madre? Shuhua, tú lo último que eres es eso. Eres una horrible persona, una madre jamás abandona a su hijo de dos meses, una madre jamás desaparece dejando una carta de mierda donde solamente avisan que el niño es abandonado, una madre jamás se ausenta y regresa como si nada. Tú no tienes derecho a llamarte madre, no tienes derecho a exigir ver a mi hijo y querer pasar tiempo con él.

Los dos chicos que se habían mantenido en silencio, jadean en sorpresa y miran con impresión al muchacho que radiaba pesada ira. Por otro lado, la mujer le mora con molestia y vuelve a mostrar aquella sonrisa socarrona.

—¿Tu hijo? Por favor Yukhei, tú no eres su padre, no eres su sangre y mucho menos, te guste o no, Xyān es mi hijo, yo lo parí y es mi pura sangre... Tú, por otro lado, solamente fuiste su cuidador pero no te preocupes, ya no tienes que serlo, ahora volví y he vuelto por mi niño.

Yukhei quería llorar, lágrimas de rabia y miedo estaban brotando y queriendo salir, pero él no se permitiría llorar, debía ser fuerte y atacar con uñas y dientes si era posible, lo que sea por defender la dignidad de su hijo y protegerlo a toda costa.

—¿Sí? Uhm... Pues no creo que de pueda, Shuhu... Porque mientras ustedes fueron una asquerosidad de padres que ni siquiera tuvieron la decencia de registrarlo en ciudadanía, yo ya lo hice... Y frente a la ley, yo soy el único padre y tutor de Wong Xyān.

Kun pudo observar a la mujer tensarse en nerviosismo, al hombre mirar con miedo a Yukhei y sintió la presión en su mano de su contrario, por lo que se preocupó por dejar más caricias en su mano izquierda.

—Ese niño es mío, te guste o no, yo soy su padre, yo estuve ahí en las madrugadas donde Xy no podía dormir por infecciones víricas que ustedes par de imbéciles irresponsables provocaron por no cuidarlo bien, yo estuve ahí para aprenderme de memoria cada llanto y risas, yo estuve ahí en su primera palabra y he estado ahí ahí todo momento... Yo dejé mis estudios, dejé toda mi vida ya conocida para consumirme en aprendizaje de crianza, aprendí a ser el padre y la madre que ustedes no pudieron ser, he estado aquí siete largos y duros meses arrancando todo de mí para dárselo al niño, que ustedes seres asqueroso e inhumanos abandonaron como si no fuera un bebé.

Su garganta dolía, el nudo que le obstruía hablar cada vez era más grande, pero no se podía quebrar en esos momentos.

—Así que no, ustedes no son nada de Xyān, no tienen derecho alguno a venir a reclamar algo. Quiero que se vayan como lo hicieron antes, larguense antes de que llame a la policía y ponga una demanda por negligencia parental, abandono y maltrato infantil y terminen pudriéndose en una cárcel.

Shuhua le miraba con tanta molestia que podía sentir el aura de la chica envolverlo, Jackson miraba el suelo apenado, nunca había visto a Yukhei tan molesto y serio.

—Tú eres un pedazo de...

—Para. —exigió Jackson a su esposa, quién fue silenciada por él. — Tienes toda la razón Yukhei, tienes derecho en odiamos así como el hecho de que no tenemos derecho alguno en exigir algo... Y lo sabes bien, Shuhua. —miró momentáneamente a la mujer que le miraba incrédula.

—Sin embargo; seguimos siendo padres del niño... Lo seguimos siendo aunque no te agrade la idea y no queremos nada más que verlo... Quizá un par de días por semana... Podemos ayudarte monetariamente, hacer algo para acercarnos a Xyān... Hacer que él nos disculpe por lo que hicimos y...

—No.

Kun, quién se había mantenido sereno finalmente habló, ganándose la mirada de los presentes.

Presionó la mano de Yukhei una vez más y dijo lo que, sabía, su chico quería gritar.

—No tienen derecho a formar parte de la vida del niño al que ustedes abandonaron. Nadie necesita su estúpido apoyo monetario, eso debieron pensar antes de abandonarlo. Xyān ya no es un bebé pequeño, es un bebé que ya ubica quiénes son su familia, él ya le dice papá a Lucas. Ustedes sobran aquí y si no es mucha molestia, les pido que se vayan de aquí.

Yukhei suspira en alivio ante las palabras.

Shuhua quiere gritar y no se aguanta.

—¿Y tú quién demonios crees que eres? Tú no eres nada de Xyān, no nos conoces y mucho menos a Xy.

—Shushua, con diferencia tuya, yo he estado con Xyān desde que tiene dos meses, he pasado por todas sus etapas, he cuidado de él junto a Lucas y puedo afirmar, que incluso yo soy más padre de Xyān de lo que tú llegaste a ser entre ese mes y pocas semanas que estuvieron con él.

La mujer, molesta, se levanta para comenzar al buscar al bebé, su marido, rápidamente se levanta para sostenerla y tratar de calmarla. Kun, comienza a empujar a Jackson para sacarlos del departamento.

—¡Xyān es mi hijo y lo voy a recuperar, Wong Yukhei! Incluso si eso depende quitártelo, es mío. ¿Me oíste?

Kun cierra la puerta con cansancio y tratar de silenciar los gritos de Shuhua en el pasillo.

Pasan unos minutos más hasta que todo vuelve vuelve silencio. Es ahí donde Kun corre a abrazar al enorme chico que finalmente, llora en su hombro.

—No quiero perder a Xyān, Kun... No quiero.

El mencionado se encarga de dejar suaves caricias en la espalda del triste chico en sus brazos.

Aquellas palabras le entristecen, le duele en su corazón ver a su amado de esa forma.

—No lo vas a perder, mi amor... No va a pasar eso, yo no lo voy a permitir.

Y claramente eso no lo iba a permitir, dudaba mucho que las palabras de Shuhua se cumplieran, pero por lo que había escuchado y visto hasta ahora, tenía que pensar en llegar a un arreglo donde su familia quede segura y feliz.

Lucas y Xyān se habían convertido en su vida entera, no iba a permitir que nadie les hiciera daño, no a su familia.

single dad;「lukun。」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora