《34.⅔

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—Lucas... Tú... ¿trabajas aquí?

Jackson mira con nervios al chico sobre el suelo, quién por otro lado, le mira con nervios, con miedo.

Dándose cuenta de que el muchacho sigue sobre el suelo, rápidamente le extiende una mano, pero Lucas no la agarra y por el contrario se levanta con temor.

—¿Qué demonios haces aquí? Vete, no te quiero ver, no te quiero cerca, vete por favor, si regresaste aléjate de nosotros o te demandaré.

Jackson queda sorprendido.

Lucas, el chico siempre dulce, amable, tranquilo y que hablaba a todos con respeto y dulzura parecía no existir y por por contrario, estaba un chico con voz firme, molesta y que le miraba con recelo.

Su corazón dolía, pero sabía que él merecía ese trato y no podía recriminar nada.

—Yo... Bueno, nosotros te fuimos a buscar antier... No estabas y tu novio dijo que los miércoles era tu día libre... Solamente queríamos saber como estaba Xyān.

—¡Maldición cállate! ¡No digas su nombre! ¡No tienes ningún jodido derecho a preguntar por mi hijo!

La grave y fuerte exclamación de Yukhei rebotó por aquella sala del local. Personas que pasaban por fuera de la tienda volteaban sin disimulo por unos segundos.

Y Jackson miraba con sorpresa a su contrario.

—¿Tu hijo? Lucas no... Él no es tu hijo, tú, bueno, técnicamente es mío aún... Bueno, en realidad—

—Maldita sea Jackson... Por favor cállate, cállate, cállate o te daré un puñetazo... No soporto vete, no quiero escucharte y menos si vas a decir tantas estupideces, lárgate, lárgate y no vuelvas. Sigue con tu estúpido plan de irte, de abandonar a ese niño, no te preocupes, mi hijo está en un buen cuidado ahora.

Ambos chicos se envuelven en una atmósfera incómoda, peligrosa y saben que en cualquier momento van a explotar.

—Lo siento Yukhei... De verdad lo siento, pero conoces a Shuhua y ella no querrá irse hasta no hablar contigo y saber qué pasará con Xyān...

Lucas azota su mano contra la barra y camina con rabia hasta tomar el cuello de la camisa del chico y azotar al mismo contra la pared color rosa pastel.

—Escúchame con mucha atención, imbécil. Ustedes no son bienvenidos en mi hogar, no son bienvenidos en mi vida y mucho menos en la vida de ese niño que ahora es mi hijo. Si tuvieron las bolas para abandonarlo con un idiota estudiante de medicina, tienen que tener las bolas para alejarse y olvidarse de él.

Jackson está asustado, jamás había visto a Lucas ponerse así, ni siquiera podía reconocerlo.

—¿Sabes lo mucho que sufrí? Me cagaron la vida, abandoné mi carrera, abandoné mi vida normal para dormir dos horas, para llorar con Xyān cuando enfermaba o cuando no podía dormir, para ver por él y su salud, para aprender todos y cada uno de sus hábitos, sus llantos y sus risas, para darle el amor que ustedes dos buenos para nada y cobardes de mierda no pudieron darle.

—¿Dónde demonios estaban cuando lo abandonaron y se fueron dejando una estúpida carta? ¿Dónde estaban cuando fui a registrarlo a ciudadanía como mí hijo porque ni siquiera registrarlo como ciudadano pudieron? Son unos sinvergüenzas de mierda, los odio y son unas asquerosas personas. Larguense de mi vida, de la de mi hijo y si pueden de este país antes de que los denuncie por abandono y maltrato infantil.

Lucas exclama y escupe aquellas palabras con rabia, sus dientes están presionados con fuerza así como sus puños en la ropa del que antes llamó mejor amigo, este por otro lado, le mira con miedo y tristeza.

Sabe que merece todas esas palabras, pero no hace nada más que sujetar sus manos y tratar de quitárselo de encima pensando qué decir o qué hacer.

—Yukhei... Lo siento mucho, de verdad lo siento...

Sus murmuros son casi inaudibles, sin embargo, el moreno los escucha escucha y suspira con molestia soltando su camisa y abriendo la puerta del local.

—Lárgate ya.

Torpe y sin desobedecer, Jackson camina hasta la puerta antes de voltearse.

—Perdón, perdón. Haré lo posible por alejarnos de ustedes, pero conoces a Shuhua y... Lo siento mucho.

Cansado de escuchar, se limita a cerrar la puerta y dirigirse a la cocina dónde sabe que su única forma de aliviar su ira, además de comer, es golpeando el fondant y así lo hace.

Se siente mal, le duele el estómago y tiene miedo, mucho miedo de lo que pueda pasar y su mente de fantasía no ayuda, no quiere que le separen de su hijo, no quiere que Xy termine en brazos de esos irresponsables.

Recuerda las palabras de Kun cuando mencionó que dos chicos habían ido a buscarlo. Ellos saben que no está la mayor parte del día, saben que trabaja y quien cuida del bebé es un niñero temporal que toma papel como su novio.

Título que hace que sus mejillas se sonrojen porque no lo habían pedido aún.

Pero, de haber sabido que no era Tzuyu ni Yangyang, él hubiera dicho a Kun que negara el seguir viviendo ahí, lo que sea por cuidar de su pequeño.

Molesto y habiendo pasado unas horas del incidente, se dispone a llamar a Kun.

—Hola cariño, ¿cómo va todo en el trabajo? No sabes lo que acaba de suceder, bueno, es una sorpresa.

La dulce risa de Kun se cuela por la bocina, así como los gritos emocionados de Xyān.

Aquello hace que su corazón lata con fuerza pero también que un nudo en sj garganta se forme con rapidez.

No quiere perder a su pequeño.

—¿De verdad? No puedo esperar a llegar entonces...

—Hey... ¿Qué sucedió? Te escuchas raro.

—Los verdaderos padres de Xyān volvieron, fueron las dos personas que recibiste y quieren hablar conmigo, Jackson dijo que ambos querían hablar conmigo para decidir qué pasaría con Xyān y creo que quieren quitármelo. Tengo mucho miedo, Kun.

Al otro lado de la línea, aquellas palabras le caen como un balde de agua fría a Kun.

Su mirada está en el pequeño y regordete infante que juega con su juguete de aguacate y la máquina de burbujas que le regaló Ten el día de hoy.

Sus gritos de felicidad y emoción le llenan el alma y no puede imaginarse su vida sin él.

Su corazón duele y no puede evitar pensar como se siente su amado.

Xuxi... ¿Qué fue exactamente lo que pasó? No pueden hacer eso, ¡puedes demandarlos! Más rápido irán ellos a prisión que ellos te quiten a Xy. Tú eres su padre legalmente ante la ley.

Puede escuchar a Lucas sorber la nariz tras de la línea y sabe que está llorando.

Y en efecto, Lucas está sentado sobre el suelo de la recepción llorando y tratando de calmarse. No quiere que ni su jefa o algún cliente le vea así, sería despedido y no pude soportar más.

Por favor llama a Hendery, yo... No tardo en salir y por favor cuida mucho a Xyxy y no le abras a nadie que no sea alguno de los chicos.

single dad;「lukun。」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora