VII

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-¿Ya había pasado? ¿sabias sobre esto?

-En ese momento no lo sabíamos, y no queríamos preocupar a nadie. Solo decidimos esperar y todo se resolvió, pero ahora...

-¿Estas diciendo que mi hermano es un loco y no lo mencionaste? ¡¿simplemente decidieron omitir esa parte?! - Gritó Laura, atacando a Giselle. Sus palabras rasgaron el aire, como si el tiempo se hubiese detenido. Controlaban el tiempo y esto le daba al piso de linóleo y las lámparas fluorescentes un temperamento más chocante.

El tiempo volvió a su flujo normal. Respiraron aire de nuevo, con un amargo tono de tensión cuando un médico se les quedo mirando; la mitad de sus motivos eran la desaprobación del escándalo que estaban armando, la otra mitad era para dar noticias.

Con el regular flujo del tiempo, Lydia se levantó.

Giselle se subió la cremallera de su abrigo y quedó a la expectativa. La vez anterior, el médico había dicho que solo hablaría con un familiar.

Lydia se acercó al mostrador, donde el médico revolvia unas carpetas buscando un papel en especifico.

-Dr. Larkins... - Dijo Lydia.

-Daniel llevaba meses sin venir a mi consulta.-Dijo el médico sin mucho cuidado-Esto pudo haber comenzado hace meses y no lo ubieses notado.

-Yo creí que el estaba asistiendo, lucia más tranquilo.

-Debo hacer la pregunta de nuevo. ¿Daniel tiene algún familiar con antecedentes de episodios psicóticos, o conducta equizoide?

-No hasta donde yo sé.

El Dr. Larkins hizo un silencio incómodo. Delatante. Lydia notó la decepción del Dr. Larkins ante la negativa respuesta y se sintió, también decepcionada.

-No puedo hacer un diagnóstico con tan poca información,-continuó el Dr. Larkins- pero los síntomas tampoco me permiten hacer un descarte...

-¿Es una forma de decir que no sabe lo que hace?

El Dr. Larkins se detuvo y medito su siguiente movimiento con cautela. Parte de su trabajo era ganar la confianza de su paciente, o en su defecto, la de sus familiares, y como sus pacientes siempre estaban en su mayor defecto... Siguió fingiendo buscar algún examen entre el montón de historiales, pensando en como decir con cautela la parte más importante del diagnóstico: no tener diagnóstico exacto. Luego consiguió, inesperadamente, un folleto, en forma de tríptico titulado "Como lidiar con la esquizofrenia". Apareció repentinamente.

Lydia cubrió su boca con sus manos al ver lo que el Doctor trataba de decirle. Sintió desde atrás la ansiedad de Giselle y Laura, que la esperaban desde los bancos.

-Es una forma de decir que, por más que pueda equivocarme, es tiempo de tratarlo como una posibilidad. Creo que es esquizofrenia, así que lo trataré como tal. Lo siento mucho.

Lydia volvió a donde estaban Giselle y Laura. Las lágrimas en sus ojos contaban la historia por si mismas, y cuando trato de hablar y explicar todo, se quebró por completo.


-Es... Daniel tiene esquizofrenia. - Dijo Giselle.

Sorprendentemente Marcus estaba en casa. No portaba una bata blanca, ni su carnet del hospital, ni mucho menos un buscapersonas; su celular del trabajo estaba apagado, aun así corría el peligro de que alguien marcara a su número personal. Marcus estaba en casa un día de semana sin nada de que preocuparse, algo sorprendente en un día lleno de cosas sorprendentes, hasta que llegó Giselle.

A Marcus, le pareció extraño que Giselle ni se inmutara de que él estuviese en casa en ese momento.

- Cariño ¡estás en casa a esta hora! ¡que sorpresa!- le dijo de manera alegre y a modo de broma, a Giselle, mientras fregava la vajilla, indicándole la reacción que el estaba esperando.

Y luego de unos minutos, minutos en los que Marcus ya empezaba a preguntarse si habría algún problema, Giselle, con voz inexpresiva, respondió con lo que el Dr. Larkins había dicho. Cansada, confundida y sin saber que hacer. Estaba sentada en la silla de una de las encimeras de la cocina viendo a Marcus que estaba de espalda a ella. Marcus se tragó sus palabras. Giselle continuó inerte, como si aun no hubiese dicho una palabra.

-Giselle... - Marcus cerró el grifo del agua, quedó goteando así que apretó un poco más la llave. Tomó una toalla y secó sus manos.

-Laura y Kathleen están en el hospital con Lydia. El Doctor no quiere que nadie entre a verlo. - Su voz comenzaba a quebrarse pedazo a pedazo, tenía la mirada gacha.

-¿Qué pasó esta vez?-preguntó Marcus mientras se sentaba en la silla próxima a ella.

-Tuvo otro ataque psicótico.

Un teléfono celular empezó a sonar, era el de Marcus, pero lo dejó pasar.

-Creí que estabas en el trabajo.

-Fui al trabajo, pero cuando llegué Jordan me dijo que Laura había estado llamando. Está molesta porque nunca le hablamos del primer ataque psicótico de Daniel.

-Espera, ¿que hace ella aquí?

-La próxima semana es la misa de recordatorio de mi tío. Decidió venir una semana antes. Marc, ¿quieres atender tu teléfono?

-Esta bien, esta bien. Lo estoy ignorando.

-Te doy un minuto.

Cogió el teléfono y le dio una mirada rápida. Vio quien llamaba.

-Es mi madre, todo está bien. Continúa.

-Sí, responde.

-Continúa tú.

-¿Quieres responder?

-No tengo que... - El teléfono siguió sonando. Hizo un silencio de algunos segundos y continúo. Entonces Marcus lo tomó y empezó a hablar.-Si, está bien, te llamaré luego. - Cortó lo más rápido posible.

- ¿Está todo bien?

-Si... - silenció su voz unos segundos y volvió a hablar- Dímelo tú.

-Marc, te necesito aquí, o no te necesito. Solo digo que si debes irte, estaré bien.

-Estoy aquí Giselle, sigo aquí. Me quedé. Por ti, por nuestra cena de aniversario cancelada, por lo de tu hermano.

-Si ¿pero porque? Marc, no te necesitaba tanto el año pasado. Pudiste haberte ido, no se porque no lo haces ahora.-Le dijo Giselle.

-¡Estaba preparándome para nuestro aniversario y no lo iba a abandonar porque era importante para mi!

-¿Nuestra cena era más importante para ti que asistir al velorio de tu padre? ¿Por eso te quedaste?

-¡Para poder apoyarte! ¡Pero tu solo tratas de apartarme! -La voz de Marcus se empezaba a poner ronca con cada palabra.

-Marc, ¡estoy intentando lo mismo también! No trato de apartarte, solo quiero saber que pasa contigo.

El teléfono celular de Marcus empezó a sonar de nuevo, pero esta vez, no dudo en atender la llamada.

-Este es mi teléfono personal, por favor llame después a mi línea de trabajo.-dijo Marc al oír que lo llamaban doctor. Explicó que estaba fuera de sus horas de trabajo y que no estaba de guardia, pero era uno de sus pacientes quien llegaba muy grave a emergencias, por lo cual se vio en la necesidad de ceder.

Marc colgó el teléfono.

-¿Un paciente?- preguntó Giselle.

-Mira, - Dijo ignorando la pregunta anterior- podemos hablar después, pero después...- Giselle murmuró algo entre dientes que el no llego a escuchar, probablemente alguno de sus comentarios sarcástico. Marc colgó la toalla con la que se había secado las manos y salió de la cocina. Tomó su bata blanca, sus llaves y dijo: -Debo irme.

-Marc no te... -Que no se fuera estaba por decirle Giselle, pero Marc la interrumpió.

-Me necesitas aquí, o no me necesitas, tu escogiste. - se marchó, dejando detrás de si nada más que el retumbar de la puerta del apartamento golpeando contra el marco al cerrarse.

Giselle (#Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora