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-Empiezo a pensar, que debemos decirle a mamá y papá. - Dijo Kathleen de camino a Maracay. Iba sentada en el asiento del copiloto, mientras circulaban por la Autopista.

Pasaron una señal de tránsito que prevenia acerca de fuertes vientos. Giselle veía la señal aproximarse y ya había bajado la velocidad de 90 a 64 km/h, los automóviles en el canal lento empezaban a amontonarse tras de ella y a tocar las bocinas mientras intentaba adelantarle por el canal rápido. El bajón tan repentino de velocidad hizo que se inclinaran hacia adelante de sus asientos. Giselle miró a Kathleen, y enseguida comenzó la discusión:

-No, Kathleen. - Dijo Giselle.

-Daniel va a tomar medicamentos costosos, y lo hará de por vida. - Intentó aclarar Kathleen, pero no fue mucha la atención que recibió de sus hermanas.

-Como si mamá y papá tuvieran que enterarse de nuestras compras mensuales.-Respondió Giselle.

-No todo se va a resolver con dinero Giselle. Mientras no esté hospitalizado, necesitará compañía las 24 horas. Puede tener recaídas, los medicamentos pueden dejar de hacer efecto o tener efectos secundarios. ¿Qué piensas hacer si algo de eso pasa?

-Supongo entonces que le ayudaremos a Lydia por un par de días. - Sugirió Laura.

-¿Y piensas que esto va a durar un par de días? El año pasado estuvo internado por dos semanas.

-Pensándolo bien- dijo sarcasticamente Laura como solo ella lo podía decir- si ya mintieron por un año no será tan difícil continuar por un tiempo más. ¿No?

-Laura, vamos en serio. No quería...-Decia Giselle hasta que fue interrumpida.

-Quizá debamos hablar luego.-Dijo Kathleen

-Hagamos algo mejor. Yo finjo no saber nada y así ustedes podrán seguir con la farsa a diestra y siniestra. Suena bien ¿no?

-O quizá debamos hablar luego- Repitió Kathleen mientras Giselle aumentaba la velocidad y se adentraban en el túnel.

Pronto llegaron a Maracay. Dejaron a Kathleen en el hospital donde trabajaba y Laura, pese a sus insistencias de quedarse en casa de sus padres, se fue a la casa de Giselle.



-¿Marc?- Preguntó Giselle al llegar a casa. Su llamado fue respondido por el ruido del viento que se escurria por la ventana. No había nadie en casa.

Laura entró y se instaló inmediatamente en el sofá.

En casa no habían señales de Marcus. No estaba su maletín, ni su bata blanca, ni mucho menos las llaves de su auto, a pesar de que cuando dejaron a Kathleen en el hospital no vieron el auto de Marc parqueado por ninguna parte. Inmediatamente Giselle tomó su teléfono para llamarlo. Notó que no tenía batería así que fue a la sala, lo conecto al toma corrientes que estaba cerca del sofá, y se sentó junto a su hermana. El sueño atacaba los ojos de Laura.

Giselle encendió su teléfono y empezó a llamar a Marc. Pero este no respondió.

-Estoy llamando a Marc, pero me desvía al buzón de voz. - Le comentó a su hermana, pero esta no le prestó atención. - Hay un pasticho en la nevera. Por si es que tienes hambre. -Ofreció Giselle.

-Gracias, estoy bien. - Dijo rechazando el alimento.

-¿O si quieres ordenar por teléfono mejor?

-No, no tengo hambre, hermana.-Respondió Laura.

-Esta bien. - Dijo mientras tomaba su teléfono para seguir llamando a Marcus. La contestadora del buzón de voz le respondió por quinta vez, pero esta vez le dejo un mensaje preguntándole en donde estaba. Colgó y dejo su teléfono cargando.

Giselle (#Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora