⟩ ¿Y tú Mary Jane? ⟨Después de saber que el pequeño niño del que había sido golpeado por su padre es mi hermano decidí ir en busca de él, no iba a dejar que se quedará en ese lugar del que estoy seguro que no lo tratarán bien, así que salí de la mansión y me dirigí a mi carro.
No había visto por ninguna parte a Diana así que supuse que se había ido con el hijo de puta de Alexander.
Nikklas me había dado la dirección del internado en el que se encontraba así que la puse la directamente en Google Maps y conduje hasta el lugar.
Después de aproximadamente 1 hora con 20 minutos el mapa decía que había llegado a mi destinó, baje del auto y volteé la mirada.
El internado se encontraba en medio de un baldío llena de pasto, se veía un ambiente agradable, tenía un paisaje que desde aquí se podían ver montañas, alrededor no había nada más que cosechas de maíz y arboles de manzana. El local no estaba ni tan grande ni tan pequeño, pero se veía agradable, la fachada estaba pintada de blanca y tenía dibujos de animales jugando, arcoiris, flores y un sol sonriendo.
Una risita se escapó de mi garganta porque me hizo recordar a Sunny Side, la guardería de Toy Story.
Me encamine hacia la puerta grande, era transparente y con un anunció que decía »Open«.
Abrí la puerta y al entrar un olor a cloro lleno mis fosas nasales, tape mi nariz con mi mano–odio el olor a cloro, pero odió más a Alexander–frente a mi vista vi un mostrador, estaba totalmente ordenado y limpió, a lado de mi había una mujer con un uniforme y estaba limpiando los vidrios, carraspe mi garganta tratando de llamar su atención.
—¿No hay alguien que atienda aquí?—pregunte dirigiendo mi vista a la mujer de la limpieza.
Volteó hacia mi asustada.
—Si joven, déjeme la llamó—respondio llendose por el largo pasillo.
Unos minutos pasaron cuando una mujer entro meneando las caderas con una falda de tubo y una camisa desabotonada del pecho, tacones rojos y labial del mismo color.
La mujer me sonrió de forma coqueta y me extendió su mano para estrecharla. Me le quedé viendo pero no la estreche ¿Para que?
—Mucho gusto, soy Gabriela, ¿En qué puedo servirle?—pregunto sonriendo.
—Si, hola, ¿Aquí se encuentra un niño llamado Gideon Volkmann?—pregunte serio.
La mujer frunció el ceño sin reconocerlo.
—Ammm, tengo una foto de él—saque la foto que Nikklas me había dado y se la enseñe—Su mamá perdió la memoria y lo trajeron aquí—le expliqué tratando de que recordara.
La mujer se quedó pensando.
—Aaah, claro el pequeño Gideon—dijo divertida.
Levante las cejas dándole a entender una explicación.
—Si claro, ¿Quieres verlo? Nadie visita al pobre, excepto una señora, muy linda por cierto—dijo
Me quedé confundido pero no le tome importancia, de seguro fue algúna tía o familiar, yo que sé.
—No, osea bueno si quiero verlo, pero me lo quiero llevar—dije dando un paso atrás porque la mujer se estaba acercando mucho.
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CELESTIAL©
RomanceEn algún momento de mi vida me negué a enamorarme, y no por alguna decepción amorosa, o por algún trauma, simplemente por la inseguridad de que en algún momento de mi vida me irian a lastimar o que yo lo iba a hacer. Mi vida antes de él era normal...