CELESTIAL©

Capítulo ¹⁴

›⟩ Sentimientos ⟨‹

Continuación de la 1er parte del capitulo 13...

El viento helado de la mañana de hoy me pegaba en el rostro causando un enrojecimiento en mis mejillas y nariz. Estaba manejando hacia la mansión de Nikklas después de dejar a Gideon con la niñera que había contratado hace una semana, la última semana.

Sorbo de mi nariz cuando siento un moco salir de ahí. Mis nudillos se encuentran rojos a causa del frío.

Tomo mi celular y me meto a Spotify, Life Is Worth Living de Justin Bieber se reproduce, lo dejo en el asiento de a lado y regresó mi vista al frente.

Aceleró cuando el semáforo se vuelve a verde y continúo mi caminó.

Pasados 15 minutos llegó a la mansión y cierro la puerta, paso inmediatamente hacia la bodega en la que escucho jadeos de dolor y gritos desgarradores. En cuanto entro, un olor a sangre llena mis fosas nasales causando asco en mi sistema, solo a pasado una semana y esto me está empezando a dar asco.

Un hombre con cara de degenerado y parecido al personaje de Toy Story, que se roba a los juguetes para venderlos  se encuentra amarrado con unas cadenas oxidadas de pies a cabeza, gotas de sangre oscura están regadas por el suelo de cemento, está sin camisa dejando ver su abdomen sin forma -mas chichón que Kim Kardashian-.

El cuerpo de Nikklas se voltea y suelta un bufido en cuanto me ve.

—¡Por fin! Jodido Bastián, dijiste 15 minutos y tardaste 1 hora, te voy a despedir—exclama dramático.

—Ya deje que te divirtieras, me toca—digo poniéndome a lado de él y empujándolo lejos.

Una sonrisa malicioso aparece en mi rostro cuando veo el rostro de el hombre mirándome con miedo. Tan solo una semana que no mato a nadie y ya me siento ansioso de volver a hacerlo.

—Pero que tenemos aquí—suelto un silbido—¿Tu negoció de vender juguetes no te funcionó y ahora le haces de delincuente?—suelto una carcajada—Mala decisión, yo que tú me mataba por ser tan inútil.

Una risa sale de la boca del idiota y tenso mi mandíbula.

—Haci solía llamarte tu padre ¿cierto?—su asquerosa voz se hizo presente en mis oidos.

Recuerdos llegan a mi mente pero rápidamente los alejo.

—¿Recuerdas esa vez que te ayudo a matarte?—pregunta con sorna—¿Recuerdas la cicatriz que te dejo marcada en el cuello?—aprieto los puños con fuerza— ¿Recuerdas al amigo de tu padre? Rodrick recuerdo que se llama...—

No termino de hablar porque enseguida fui al estante que estaba a lado de él y tome un cuchillo enterrandoselo en la pierna derecha, un grito ensordecedor hizo eco en la bodega.

Una sonrisa apareció en su rostro pero siguió soltando quejidos de dolor.

—Entonces si lo recuerdas—solto una carcajada—¿No te das asco a ti mis...?

—¡¡Cierra la maldita boca!!—grite lastimando mi garganta.

Nikklas volteó a verme confundido y yo solo quise salir de ahí.