Capítulo ¹⁵

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›⟩ Último Cumpleaños ⟨‹

Mi cumpleaños número 5.

Feliz Cumpleaños Mi Rayito de Sol!-mamá entro a mi cuarto con un pastel pequeño en mano y con una velita.

Ella venía caminando hacia mi mientras yo reía emocionado y aplaudiendo. Mamá siempre entraba haci en mis cumpleaños.

-Gracias mami-agradeci levantándome de la cama y corriendo a abrazarla con todas mis fuerzas.

Ella se bajó a mi altura y comenzó a darme vueltas mientras yo reía a carcajadas.

-Mi bebé cada vez es más grande-me dio muchos besos en la cabeza.-Te amo Bastián, nunca lo dudes-susurro dejando un beso en mi frente.

Posandolos ahí, vi sus ojos aguarse y frunci el ceño. No me gustaba que mamá llorará.

-¿Porque lloras mamita?-pregunte triste.

-Solo lloro de felicidad mi amor-me regalo una sonrisa, esa sonrisa que hacia siempre cuando quería ocultarme su tristeza.

Siempre me oculto sus tristezas.

-M-mama-susurre jugando con mis manos nerviosas-Hoy n-no q-quiero ir a la e-escuela

-Oh, pues hoy no vamos porque hoy es tu cumpleaños-dijo dándome una sonrisa.

Sople las velitas pidiendo un deseo.
Ese deseo que siempre pedía.

«Que mamá, papá y yo siempre nos amemos»

Bajamos las escaleras para llegar a la cocina, mamá me iba a preparar sus deliciosos Hot Cakes, esa receta que solo mamá y yo conocíamos.

-Y bueno mi amor, este es el plan del día de hoy-mamá se sentó a un lado de mi dejando un plato de 3 Hot Cakes derramando mucha miel maple, a mamá y a mi nos encantaba.-Primero terminaremos de desayunar, nos daremos una buena ducha, y... tu escojes el lugar a dónde quieras ir.-

Me sentí como el niño más feliz, siempre quise ir a ese lugar donde los niños siempre están brincando y saltando por todos los lugares. Ese lugar al que nunca pude ir, el que siempre lo veía a través del cristal, pero papá decía que era un lugar de mierda y aburrido.

-Quiero ir a Jumping mami-dije alegre.

-Oh, a papá no le gusta ese lugar-murmuro haciendo una mueca-Pero podemos ir a escondidas tu y yo, pero sshhh-susurro en voz baja llevando su dedo en medio de sus labios.

-Yo no diré nada-hice un cierre imaginario con mis labios y tire la llave lejos.

Lo que no sabíamos era que Mark, ese hombre cruel y frío, papá del pequeño Bastián entro a casa después de una desvelada a causa de fiestas, mujeres y alcohol.

-Hazme de desayunar y tráeme una Aspirina que esté puto dolor de cabeza me está matando-la voz demandante del Hombre pelinegro resaltó en la cocina.

Ese hombre con ojeras rebosantes y barba canosa se hizo presente causando una tensión en el lugar, un miedo y una mala energía inundo el cuerpo de Bastian.

CELESTIAL©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora