CAPITULO 6

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Cuando me desperté inmediatamente recordé lo de anoche. Las imágenes del encuentro con Bruno, y de nosotros coqueteando me inundaban dejando una
sensación caliente en la boca del estómago. Sonreí cuando pensé en verlo otra vez hoy.

Yo estaba realmente bastante entusiasmada por verle de nuevo, aunque sería con toda su familia allí.

Di una vuelta para mirar la hora y ahogué un grito. Santa mierda, ya pasan de las doce, él estará aquí en menos de una hora y media! Salté de la cama y me lancé escaleras abajo buscando a mi mamá.

No tenía ni idea de qué usar para una boda; yo asumía que unos jeans y una camiseta serían algo impropio.

--Mamá, voy a una boda esta tarde, ¿qué debería ponerme?-- Grité cuando irrumpí en la cocina a toda velocidad.

Mis padres sonrieron y me miraron confundidos.

--Buenos días a ti también.-- se rió mi papá.

--Cierto, lo siento, buenos días chicos. Mamá, que debería ponerme?--Repetí, mirándola suplicante.

--¿Vas a una boda? ¿De quién es? Yo no sé de nadie que vaya a casarse.-- Ella frunció el ceño y me miró como si yo hubiera perdido el juicio.

--La hermana de un amigo se casa. Su cita se retractó en el último momento, entonces él me preguntó si yo podría ir con él a cambio.-- mentí, encogiéndome de
hombros.

Yo no podría decirles exactamente que era el barman que conocí en el club y con el que salí a escondidas la noche pasada mientras ellos pensaban que yo estaba
en un maratón de películas en casa de Giny.

--Ah, de acuerdo. Bien, que te parece si tomas prestado mi vestido sin tirantes, el que tiene piedreria en él y que usé para el Bautizo de Yao.-- ofreció ella.

Jadeé y la miré con los ojos bien abiertos. Wow, ese vestido es hermoso.

--¿En serio? Me encantaría.-- salí entusiasmada, tratando de no dar brincos sobre el piso.

Yo estaba bastante segura de que tenía los mejores padres en el mundo. El gusto para vestir de mi mamá era imponente.

Agradecí a las estrellas lo afortunada que era de que tuviéramos la misma talla, porque más a menudo que no, yo usaba
más su ropa que la mía.

--Ve y prepárate. Lo arreglaré para ti.. ¿A qué hora te vas?-- ella preguntó, levantándose de la mesa.

Mi papá se levantó también y sirvió un vaso de jugo, ofreciéndomelo cuando pasó caminando, besando mi frente.

--Gracias, papá.-- Me volteé atrás a mi mamá.

--Bruno llegará aquí para recogerme a la una y media.

Me bebí a tragos el vaso del jugo tan rápido como fue posible, impaciente por ir a ducharme así yo tendría el tiempo para hacerme algo agradable en mi pelo.

Me apresuré en la ducha y sequé rápidamente mi pelo, levantándolo en un moño elegante y alacié los mechones sueltos alrededor de mi cara y mi flequillo.

Una vez que me embellecí, me puse el vestido y me miré en el espejo. Sonreí, contenta con el resultado.

Mi pelo se veía mejor de lo que yo creí que podría, y mis ojos centelleaban con entusiasmo. El poco maquillaje que me había puesto complementaba mi aspecto
perfectamente.

El vestido era hermoso, y se adhería a
mí en todos los sitios correctos, mostrando la cantidad justa de escote.

Suspiré felizmente y agarré mis zapatos y monedero, dirigiéndome abajo mientras me los ponía. Mis padres se habían marchado ya; ellos iban a visitar a algunos viejos amigos y no estarían de vuelta hasta tarde.

A mí no me importa la edad [BM] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora