CAPITULO 20

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[Capitulo 1/2]

Estuve aquí por una eternidad sin saber qué hacer. ¿Podría fingir que no pasó nada, como dijo? Claro, probablemente era mucho más fácil para él que no sentía nada por mí, pero yo estoy totalmente loca por él.

¿Cómo se supone que voy a sentarme en su clase todos los días sabiendo eso? Respire hondo y salpique un poco de agua en mi cara. Mi piel se sentía tensa de tanto llanto, mis ojos estaban irritados, y estaba empezando a tener un terrible dolor de cabeza por tanta tensión.

Cuando estuve tranquila de nuevo, salí del cuarto de baño, manteniendo mis ojos firmemente en el suelo, no quería que la gente me viera y supieran que había estado llorando. No podía decírselo a nadie. No podía hablar de ello en absoluto.

No tenía a nadie con quien desahogarme y ayudarme a reparar mi corazón roto, porque no puedo permitir que Bruno este en problemas. En silencio, di las gracias a mi buena estrella de que él no haya conocido a ninguno de mis amigos, ya que habrían sabido quién era hoy.

El pasillo estaba anormalmente tranquilo para el final de la escuela. Levanté la cabeza y me arriesgue a mirar para ver la sala vacía de gente. ¿Dónde diablos están todos? Seguramente la gente debe estar por ahí en el pasillo metiendo sus cosas en sus casilleros antes de regresar a casa.

-_____(tn).- me di la vuelta para ver caminando hacia mí, a Ronald sonriendo.

-Hey.- -murmuré, girando mi cuerpo para que no tuviera una clara visión de mi cara que estaba segura, estaba hinchada y roja.

-¿Qué estás haciendo aquí todavía? Ginny estaba buscándote antes, ella se ha ido a casa ahora.- dijo, deteniéndose a mi lado.

Miré hacia abajo, a sus pies, dejando que mi cabello caiga por encima de mi cara.

-¿Ella se fue? ¿Qué hora es?.- pregunté, confundida.

-Son casi las cuatro.

¿Casi las cuatro? ¿Estuve en el baño durante todo ese tiempo?

-¿Dónde estabas de todos modos? Ginny dijo que te levantaste de un salto y saliste corriendo de la clase como si una bomba hubiese explotado y luego ella no pudo encontrarte.

Él puso su mano en mi hombro, apretándome suavemente. El calor de su mano se filtraba a través de mi camisa a mi piel. Giré la cabeza y puse mi mejilla en la palma de su mano necesitaba tanto el consuelo que mis ojos comenzaron a llenarse de nuevo.

-¿Estás bien?.- preguntó en voz baja.

Negué con la cabeza en respuesta. Él me tomó en un abrazo, acariciando mi espalda con sus manos mientras lloraba en su hombro. Cuando mis lágrimas finalmente se secaron él se retiró y tomó mi cara entre sus manos.

-¿Qué pasó?.

Aspiré con fuerza, limpiando mi nariz.

-No quiero hablar de ello. Gracias por el abrazo, seriamente necesitaba eso.

Forcé una sonrisa falsa y di un paso hacia atrás. Él sonrió cálidamente.

-En cualquier momento, siempre voy a estar aquí para ti.

Ronald realmente era una persona muy dulce. Éramos amigos antes de que saliéramos, no mejores amigos o algo así, pero somos bastante cercanos. Siempre fue alguien con quien podía hablar. Cuando nos separamos me prometió que volveríamos a eso y seriamos todavía amigos. Realmente esperaba que fuera así.

-Vamos, te llevare a casa.- afirmó, poniendo su brazo alrededor de mi hombro y tomando mi bolsa en la otra mano mientras me llevaba hacia su coche.

A mí no me importa la edad [BM] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora