-¡Linda, lo único que tienes que hacer es solicitar tu admisión para la universidad de tus sueños!.- ordeno Bruno, mirándome con severidad, usando esa voz de maestro que tenia.
Suspiré y puse la cabeza entre mis manos. Estábamos en este momento tendidos en su cama, con mis papeles para la universidad esparcidas por todas partes. Nos encontrábamos justo en medio de una dolorosa conversación sobre cual universidad debería escoger. No era una conversación fácil.
Bruno estaba seriamente cabreado conmigo. Negué con la cabeza, sin mirarlo y enterrando mi cara entre sus sabanas.
-No.- murmuré.
Él gimió frustrado.
-¡__(tn), por el amor de dios, no hagas esto, Has tenido en tu corazón esa escuela desde siempre, tú misma lo dijiste, así que sólo rellena papel! ¿Qué daño puede hacer?.- Preguntó, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura y jalándome hacia el.
Suspiré dramáticamente, él simplemente no me estaba escuchando. ¿Cuál era el punto de rellenar ese papel si yo no tenía ninguna intención de aceptar incluso si conseguía el puesto? No había una maldita manera de que lo dejara para irme a estudiar a Nueva York, estaba a horas de distancia, y no podía estar lejos de él durante tanto tiempo. Casi nunca podría verlo; los fines de semana no eran suficientes para mí.
-¿Cuál es el punto? Ya no quiero ir ahí, me quiero quedar aquí así voy a estar más cerca de ti!.- gemí, enterrando mi cara en su pecho.
No quería mirarlo, sabía la cara que tenía en estos momentos, la de cachorrito lindo con ojos suplicantes y no podía verlo porque tenía que mantenerme fuerte. Claro que esa universidad había sido importante para mí antes, pero ahora que lo tenía a él, todo lo demás parecía menos importante. ¿Por qué debería ir allí y hacerme infeliz a mi misma? Pero él no estaba viendo mi punto.
-__(tn), sólo rellena el papel para pedir tu admisión, si es lo que quieres, después...- comenzó, pero lo interrumpí antes de que pudiera terminar.
-No.- dije confiadamente.
Él me acarició suavemente la parte posterior de mi cabeza, su cuerpo tenso. Era evidente que no le gustaba esta conversación tampoco.
-¿Preciosa, puedes mirarme?.- preguntó en voz baja.
-No.
Él se echó a reír.
-¿Y eso por qué?.
Suspiré.
-Porque sé que vas a hacer esa cosa con los ojos y me convencerás de hacer algo que no quiero.- me queje, con voz ahogada porque aun tenía mi cara apretada contra su camiseta.
-¡Preciosa, sólo mírame! no quiero tener esta conversación con la parte superior de tu cabeza!.- dijo exasperado, tirando de mis brazos para que me moviera.
Gemí de frustración y me senté a su lado, de mala gana arrastre mis ojos hasta su rostro, viendo la expresión que sabía que estaría ahí.
-Ves, ahí está la cara. ¡Lo sabía!.- dije, agitando mi mano en su rostro a manera de ejemplo.
Me sonrió y ambos nos echamos a reír.
-A veces eres una tonta, señorita Wright.- bromeó, agarrando mi cintura y tirando de mí hacia abajo, así que ahora estaba tumbada sobre él.
Puse mis brazos a ambos lados de su cabeza y sonreí. Era tan increíble, y lo amaba tanto, un pequeño sacrificio en el destino de mi educación no era nada cuando consideraba lo que podía conseguir con él. En cambio Había estado pensando en ello durante los últimos dos meses, y estaba totalmente segura de que eso era lo que quería. Iría a la universidad local, pero aún haría el mismo curso.
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A mí no me importa la edad [BM] |Terminada|
FanficAlgunas veces por ponerle mucha importancia a la edad, puedes perder al amor de tu vida.. ¡ESTA HISTORIA NO ES MIA! ES 100% ADAPTADA TODOS LOS CREDITOS SON PARA SU AUTORA ORIGINAL.