CAPITULO 30

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Maratòn 2/5.

Mis padres dejaron que Ronald se quedara esa noche. Por supuesto tuvimos que dejar la puerta abierta toda la noche para que pudieran escuchar si algo pasaba, y Ronald tuvo que dormir en el piso de mi dormitorio, pero confiaban en nosotros, así el estar en la misma habitación era agradable.

Ellos sabían que éramos sólo amigos y y que yo todavía estaba colada por Bruno así que lo dejaron pasar por su madre.

Por la mañana nos llevó en coche a la escuela y yo ignoré el hecho de que entramos en el estacionamiento al mismo tiempo que la sexy pareja de profesores. Contuve el aliento cuando caminaron hacia el instituto charlando felizmente; obviamente les estaba yendo bien.

Los ojos de Bruno se posaron en mi por una fracción de segundo así que sonreí y fingí que no me importaba. Él me devolvió la sonrisa y sujeto la puerta para que su nueva pequeña compañera de cama entrara en el instituto. Mientras caminaba tras ellos, él se apartó a un lado, sujetando la puerta para mi también.

-Tras usted, Señorita Wright.- sonrió haciendo que mis entrañas se derritieran.

¡Estúpidas entrañas, ya va siendo hora de que lo superes! Quería abofetearme y llamarme nombres por todavía estar bajo su hechizo cuando él obviamente había seguido adelante hacia algo más grande y mejor que yo, bueno, quizás no más grande pero indudablemente mayor y sexy.

-Gracias.- murmuré incomoda.

-¿Cree que podría tener unas palabras con usted antes de clase?.- preguntó, ladeando la cabeza hacia un lado viéndose tan bonito.

Tragué con fuerza y asentí preguntándome de que iba esto.

-Bien. Ven a mi despacho conmigo.- Él asintió hacia el pasillo con la cabeza así que me despedí con la mano de Ronald, prometiendo verle a la hora del almuerzo, y seguí a Bruno por el pasillo.

Intenté no mirar su culo mientras caminábamos, pero falle en mi tarea miserablemente. Cuando llegamos abrió la puerta e inmediatamente se fue a su escritorio, hurgando en su pequeña bolsa que llevaba con él.

Solo le observé con curiosidad preguntándome si me iba a preguntar sobre mi cita del Sábado. No podía pensar en otra razón para que quisiera hablar conmigo. Había ido bien durante toda la semana sacando en mi proyecto una "A" por primera vez en matemáticas por la presentación que Tricia hizo el Viernes, así que no podía querer sermonearme sobre eso.

Se giró y me sonrió. Intente desesperadamente no devolverle la sonrisa, pero era tan difícil no sonreírle al estúpido.

-¿Has oído que Imagine Dragons va a dar un concierto el mes que viene?.- preguntó, mirándome con curiosidad mientras se sentaba en el borde de la mesa.

Asentí.

-Si, lo escuché en la radio el Domingo.- Suspiré con tristeza pensando en ello de nuevo.

-¿No conseguiste entradas?.- dijo con una sonrisa en su cara cuando preguntó.

Negué con la cabeza tristemente y deje que mis hombros cayeran derrotados.

-No, agotadas. Intentamos ganar algunas de la radio porque es un concierto exclusivo, pero no lo conseguimos.

Él asintió, mordiéndose el labio inferior, mirando divertido por algo.

-¿Qué pasa contigo? Quiero decir, su música no es tan buena.

Puse los ojos en blanco.

-Si, Bruno, recuerdo que no es tu banda favorita. Hay alguna razón para haberme arrastrado aquí lejos de mis amigos o...- deje la frase en el aire, cruzando mis brazos sobre mi pecho. Ya estaba molesta por lo que él necesitaba parar de ser sinuoso.

A mí no me importa la edad [BM] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora