PRÓLOGO

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Alguna vez se han preguntado ¿Cuánto podría llegar a soportar un ser humano? , ¿cuánto dolor es posible acumular en nuestro interior?, ¿Qué es lo que pasa por la mente de una persona deprimida?. Y si alguna vez te lo has preguntado, ¿haz encontrado la respuesta?, quizá si , o quizá la respuesta vaya a depender de la persona a quien se lo preguntes.

Pero si me lo preguntas a mi, bueno, hace ya un tiempo que he perdido la cuenta de cuanto llegue a soportar, y no se exactamente la cantidad de dolor, que he ido almacenando en mi interior con el paso de los años, y lo que pasa por mi mente, bueno eso es otra historia, una muy larga para ser precisos, solo te digo , que si pudieras entrar en ella, no habría forma de salir vivo, probablemente podrías morir de tres formas distintas ahí dentro. Ya sea de asfixia, suicidio, y probablemente de tristeza.

Siempre me hacía preguntas acerca de vivir, ¿Qué es?, ¿Cuál es su significado? , ¿Hay algún propósito por el cual seguir viviendo, después de sufrir?. Y mis respuestas siempre fueron las mismas.

- Para mi vivir, era una forma de pagar por mis actos.

- Era una obligación.

- Y el propósito, por el cual seguía respirando, después de sufrir, era por buscar la felicidad de los demás, antes que la mía.

Cometí errores, pecados, crímenes o como quieras llamarlo, por lo cual mi familia me trato como si fuese la persona mas malvada del mundo. ( y quizá lo era).

No tuve una niñez normal, mi adolescencia tampoco lo fue, vivía rodeada de personas que constantemente se limitaban a señalarme con el dedo, a decir cosas de mi, a criticar de mi , sin detenerse a pensar , o preguntarme el ¿ por qué? , de mis actos.

Me sentía culpable por cosas que quizás no hice, pero que los demás se empeñaron en hacerme creer, y como resultado mi subconsciente termino por creerse.

Mis sueños fueron frustrados, me zabotearon cada uno de ellos, me pusieron el pie por donde quiera que yo pasase, para poder verme caer. Me condenaron a una vida de insultos y agresiones.

No puedo verme al espejo sin ver reflejado a un monstruo, porque eso se empeñaron en hacerme creer que era, un monstruo, no puedo verme al espejo , porque solo veo las cicatrices que me marcan la mayor parte del cuerpo, no puedo verme al espejo , porque me veo a mi yo del pasado con las manos ensangrentadas y las rodillas rasgadas.

Morir

Hubiera sido mas fácil que sobrevivir.

¿Algo cambio?

Claro, todo cambio .

Yo no era la misma desde julio 18, desde esa fría noche. Porque desde ese día algo en mi murió, o más bien yo ya me encontraba muerta en vida, no volví a sentir ni la mas mínima chispa de felicidad, mi cerebro se había desconectado de aquella emoción que todos llamamos alegría, mi rostro ya no sabia de emanar sonrisas si no de soltar lagrimas, por que mi corazón prácticamente dejo de sentir y reconocer mas emociones que no fuesen dolor y tristeza, por que yo ya solo era un cuerpo vacío sin alma y espíritu de vida.

Claro, hasta que llegó él, de nuevo a mi vida, y la cambio.

Cambio mi vida, pero no a mi, no a la persona en la que me había convertido con el paso y peso de los años.

- Esta es mi canción favorita. - susurre. Vi como el chico bajo la mirada, sabía de lo que hablaba.

Prácticamente el estaba ansioso desde hace mucho, por que le mostrase, aquellos versos que explicaban a fondo, lo que sentía.

Mire el techo, simulando que miraba el cielo, y pedí perdón, no era una canción de amor, y tampoco tenía las letras mas alegres.

<< Perdóname mi amor, he salvado a todos, pero termine dejando en el olvido a mi persona. >>

Tome un largo suspiro, me senté en el pequeño banquillo , frente al enorme piano, frote con gran suavidad mis nudillos y las yemas de mis dedos, pues seguían un poco adoloridos, debido a lo que había pasado los días anteriores.

- Forget the wrong that I've done - tarareé por lo bajo, no quería que esto fuese escuchado por él, más que sólo las melodías que entonaba en el piano.

- Keep me in your memory. - susurre, casi inaudible para él , fue entonces que deje salir mis últimas lágrimas, al menos las de hoy.

Mis cargas pesaban tanto, me estaba consumiendo de dolor, un dolor que sobrepasaba el amor ,que aquel chico de piel canela me ofrecía . Estaba en total desánimo , y aún más, cansada de sufrir.

- Moriría por ti. - afirme mientras me levantaba y lo abrazaba con gran euforia , y entonces recordé mis propias palabras, las que le dije la primera vez que me dio un abrazo.

<< Abrázame tan fuerte, como si fuese la última vez, que lo harás, o me verás. >>

- Y yo, mataría por ti. - susurro en mi odio, sentí como mi piel se erizaba con el aliento que de sus labios emanaba.

No se si alguna vez, realmente llegue a sentir amor, pues fue una emoción que no me enseñaron en casa, vivía a base de golpes, insultos y culpas, no de cariño y mucho menos amor. Pero si el hecho de querer estar con él , me hacía querer ser una mejor persona, significaba amor. Entonces si lo amaba.

- Te amaré hasta que la muerte nos separe. - dije sabiendo el porque de mis palabras.

- Te amaré aunque la muerte nos separe.- murmuró tragando en seco, sabíamos que era lo que pasaría el día de mañana. O bueno, al menos yo lo sabia.

No había sido fácil sobrellevar, todo lo que pase, pero intentaba vivir el día a día. Tenia apenas 20 años cuando el volvió a mi vida.

No estaba muy segura, de muchas cosas en mi vida, pero, de algo si estaba segura, era que, debía proteger a los que me rodeaban, salvarlos.

Y creo que ese fue, mi peor, y mi más grande error, debía salvar a la única persona, a la que realmente importaba.

Yo.

Pero lejos de hacer eso, hice totalmente lo contrario, todo este tiempo, mate lentamente a esa persona.

No vivía, porque la vida no trata sólo de sufrimiento y dolor, implica más que eso, implicaba sonreír , ser feliz, cumplir tus metas, y quizá tus sueños.

Yo no viví.

Pero si hay una palabra, que puede definirme en su totalidad.

SOBREVIVIENTE.

SobrevivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora