capitulo 6

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Sin duda pasar tiempo con Katia mejoraba mis días, ella siempre me escucha, y me aconseja sinceramente no me juzga, y cuando hago algo mal siempre esta para decirme que hacer, eso es lo que me agrada de ella, no la cambiaría por nada del mundo.

-Entonces , haz quedado con Fabi, es decir la rata - me pellizco una mejilla , mientras caminábamos sin sentido alguno.

O al menos para mi, no le hallaba sentido ni siquiera a el caminar.

-Bueno, yo no he quedado, el fue quien me dijo que nos viéramos, aun no le he respondido . -

-Deberías ir, ya sabes , no pierdes nada intentándolo. - dijo, mientras pasaba una mano por sobre mis hombros.

-De acuerdo , lo are. - dije soltando un suspiro.

-Espero que todo sea para bien, y cambiando de tema, podrías ayudarme este fin a terminar de organizar mi exposición, por fi , por fi. -suplico mientras juntaba las manos, y hacia un intento de puchero.

-Sabes que no necesitas pedirlo, lo are con gusto, por cierto , acerca de lo que llevare puesto ese día, déjame elegir a mi, ya sabes que nuestros estilos son muy diferentes.

Vi como Katia rodaba los ojos , llegamos a la acera de su casa, nos despedimos, y salí rumbo a mi tormento, solo esperaba y no hubiera llegado Albert.

Iba tranquila, así que decidí poner un poco de música, conecte los auriculares al móvil, y coloque una canción al azar.

Escapar, esa era la canción que se había reproducido, sin duda una de mis favoritas, recuerdo que fue una de las primeras canciones de pop-rock que escuche, ese día me encontraba explorando en YouTube por música nueva, cuando de repente en la página inicial, me había salido, Escapar-Kudai, me causo curiosidad así que había decidido escucharla.

Al escuchar cada verso de la canción, una lagrima rodaba, seria muy fácil escapar y olvidarme de todo, pero no tenía el valor para hacerlo, quizá no tenia la culpa de todo lo que mi padre decía, pero yo no podía evitar sentirme así, culpable, por eso seguía en casa, porque creía que los golpes de papá eran como una forma de hacerme pagar lo que hice, por eso no me iba de casa.

Y mil sueños que se fueron
Mil historias que se hundieron
Como barcos que se pierden en
el mar.

No tenía ningún sueño, ninguna meta , solo vivía, porque si, una vez quise ser poeta, escribir en un par de hojas unas cuantas letras , que por un momento llegue a pensar sería poesía, pero ese sueño fue frustrado, Albert término por quemar todo rastro de ellos, intente bailar, Becca término por darme un empujón, y estuve meses sin poder mover bien la pierna, quise cantar, mi padre solía decir que me callara, que por más que lo intentase no sería buena, así que deje de intentar hacer cualquier cosa.

Cuanto hubiera deseado que me apoyarán, siempre trate de dar lo mejor de mi, nunca les pedí nada, solo compasión, me esforzaba día a día por tal de tener la aprobación de mis padres, no me quejaba casi nunca, estudiaba mucho, intentaba sacar las mejores notas, y no lo hacía con interés, no quería un auto, no quería dinero, tampoco la colección de Barbies, ni si quiera hubiera pedido ir a un concierto de mis bandas favoritas, lo único que pedía eran palabras. Quería oír tan solo una vez , "estoy orgulloso de ti", no se si eso era mucho pedir, o si quizá no las merecía.

Llegue a casa, por primera vez en meses o quizá años, no se escuchaba ni un solo grito, entre viendo a todos lados, con el fin de encontrar a alguien, que sorpresa me lleve, hasta di un brinco del susto, Albert había llegado.

Se encontraba sentado en uno de los sillones de mi padre,el sillón era enorme y de color negro, con pequeños toques dorados en cada esquina, estaba recargado en el , se le veía de una manera tan tranquila, estaba vestido como siempre, un traje negro, más bien todo lo que había en esta casa era negro, lo cual lo hacía un poco más deprimente.

SobrevivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora