Ese día, los maestros se encontraban de mal humor, ya que estaban construyendo mejoras en la piscina del patio trasero, y el ruido no permitía que dieran sus clases con normalidad; así que fueron clases cortas, otras llenas de quejas y en otras simplemente el maestro en turno se rendía.
En cierto punto fue bueno, ya que nos permitió platicar al grupito de amigos.
Tomioka ya se hablaba bastante con Tanjiro. Eso me hacía feliz, que su grupo de amistades se viera en aumento.
—Me alegra que ambos entraran; felicidades —le decía Tomioka.
—¡No solo ellos! —gritó Inosuke—. Chuitsu y yo entraremos con el cara de búho también.
—Es Zenitsu, tonto —reclamaba el chico rubio.
—¿Entrarán también? ¿Es en serio? ¡Estaremos juntos! —se emocionó Tanjiro, observando a sus amigos.
—Me alegro también, pero ¿por qué el cambio de parecer? —pregunté, con honesta duda.
—Siempre tuve razón: Chunitsu es pésimo con cualquier cosa de arte. No había visto al profesor de pacotilla tan desquiciado —explicó entre risotadas Inosuke.
—Y este tonto no sabía qué taller elegir, así que prefirió nuestra compañía; le da miedo estar solo —continuó Zenitsu, riendo entre dientes.
—¿Qué insinúas, tonto?
—Antes de que comiencen a pelear: me alegro, nos divertiremos mucho en esgrima; Rengoku es muy bueno con la espada —dije de corazón. Siempre es mejor compartir momentos con los amigos.
Tomioka me observaba, recargado en una de sus palmas. Esperó a que Zenitsu e Inosuke pelearan y luego que Tanjiro se distrajera con su hermana, para susurrarme:
—Dai, oye, ¿cómo te sentiste en presencia de Kyojuro?
La realidad era que me había alterado un poco su pregunta, pero traté de controlarme, para que nadie se diera cuenta:
—Es demasiado hábil; su manejo de la espada es impresionante...
—No me refiero a eso —interrumpió, sin dejar de verme; yo le sostuve la mirada, nerviosa—. Me refiero a tus sentimientos. La última vez estabas empeñada en verlo, y si creo conocerte, es porque te generó algo, te dio curiosidad y querías averiguar qué es lo que sentías...
Estuve a punto de reclamar o gritarle, pero me contuve, ya que estaba diciendo la verdad: me había leído como un libro abierto, mostrando, como siempre, su actitud calculadora y serena.
Dejé escapar un suspiro, mientras analizaba la situación, pensando en Rengoku. Sí, su habilidad me había sorprendido, su cabello era extravagante, pero se le veía muy bien; tenía unas cejas espesas y masculinas con una linda forma; su rostro sonriente demostraba mucha seguridad y su amabilidad constante; sus ojos brillaban y su...
Tomioka me observaba, esperando, aunque dejó escapar un suspiro, imaginándose la situación:
—Ya veo, te diste cuenta de que te gusta. Primero te llamó la atención y ahora te altera más.
—¡No! No es eso... enamorarse lleva tiempo... apenas lo conozco...
—Te gusta.
—¡Cállate ya! ¿Quieres? No es eso... —contesté, aunque me quedé pensativa. Tomioka esperó—. No es eso. No te puedo mentir a ti: me llama mucho la atención y me pone nerviosa, pero me pasó algo similar con Shinobu; debe ser porque son Pilares. Antes de asegurarnos debo seguir viéndolo, conocerlo como mi maestro. Cuando sepa lo que es este sentimiento, prometo decírtelo primero a ti, ¿hecho?
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Encontrándome entre las llamas
Fanfiction¿Cómo sería el mundo de Demon Slayer en otros tiempos? ¿Qué pasaría si...? Quizá exista otro lugar, otro tiempo distinto, donde las cosas se desarrollen diferente. ¿Quién sabe? Podemos imaginar esa posibilidad, donde la muerte no sea constante y la...