—Esto es invadir su privacidad.
—Tanjiro, si fuera ese el caso, estaríamos espiando el dojo, tal como sugirió Inosuke —respondía Zenitsu fuera de la escuela, asomándose de vez en cuando, esperando.
—¡Eres un aburrido! ¡Yo quería ver qué hacía el cara de búho con Tan! —reclamaba Inosuke.
—Tú le pusiste el apodo y ni eso puedes decirlo bien. Eres un tonto, Inosuke —reclamaba Zenitsu.
—¿Qué has dicho?
Entonces, Nezuko comenzó a dar brinquitos, señalando a una persona que se acercaba corriendo a la salida.
Tanjiro se asomó, siguiendo la dirección que indicaba su hermana:
—Chicos, creo que es Dai... esperen, ¿está llorando?
Todo el grupo se juntó a Tanjiro. En efecto, me vieron llorando; pero yo no los noté, solo quería desaparecer.
Cuando pasé junto a ellos todos gritaron mi nombre, siguiéndome con rostros preocupados. Fue hasta ahí cuando los noté.
Me detuve y giré mi rostro, observándolos mientras me rodeaban y abrazaban, preguntando qué había pasado, el motivo de mi llanto.
Yo no pude aguantar más y dejé salir las lágrimas, mientras abrazaba a Tanjiro con fuerza. El correspondió al abrazo, preocupado, mientras me daba palmaditas en la cabeza.
—Chicos, sugiero que la llevemos a su casa y estemos un rato con ella, hasta que se sienta tranquila.
Todos asintieron, sin dudarlo.
***
En mi hogar, Nezuko se dedicó a preparar té, junto con Zenitsu, mientras Tanjiro seguía consolándome, dejando que llorara en su regazo; Inosuke no decía nada, no sabía cómo reaccionar ante estas situaciones.
—Tranquila, Dai —calmaba Tanjiro—. Saca todo y respira. ¿Quieres contarnos qué sucedió?
Yo me soné la nariz, con el décimo pañuelo que me ofrecía Inosuke, antes de hablar, por fin:
—Rengoku me rechazó...
—¿¡Que qué!? —se alteró Inosuke.
—¿Te rechazó? Pero... no tiene sentido. ¿Estás segura? —preguntó Tanjiro.
Zenitsu y Nezuko llegaron en ese momento, cargando una charola con té y galletas. La pequeña Nezuko me ofreció una taza.
—Gracias, Nezuko —dije, tratando de sonreír.
—Ponjiro tiene razón. El cara de búho se te queda viendo con cara de idiota todas las clases, se nota la preferencia que te tiene —comentó Inosuke con furia.
—Bueno, yo pensé que todo saldría bien; como dice Inosuke, debo aceptar que pensé que le gustabas al maestro Rengoku —dijo con nerviosismo Tanjiro—. Me cuesta creer que te rechazara. ¿Qué sucedió en el dojo?
Yo tomé del té, antes de contarles todo lo que había pasado.
Al terminar, Inosuke se dedicó a criticar a Rengoku, mientras Zenitsu me daba palabras de ánimo. Tanjiro, sin embargo, no estaba del todo convencido. No es que no me creyera, pero algo no encajaba, aunque no sabía muy bien el qué.
***
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Encontrándome entre las llamas
Fanfic¿Cómo sería el mundo de Demon Slayer en otros tiempos? ¿Qué pasaría si...? Quizá exista otro lugar, otro tiempo distinto, donde las cosas se desarrollen diferente. ¿Quién sabe? Podemos imaginar esa posibilidad, donde la muerte no sea constante y la...