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EXTRA 3: "EL IDILIO DE DIANA"

Contemplaba asombrada el paisaje que se abría ante mí, dos lunas coronaban el firmamento y las estrellas alumbraban orgullosas, escuchaba el caer el agua y el cantar de los animales nocturnos

- mi reina...- volteé de inmediato, en el umbral de la puerta había una silueta completamente negra, dio un par de pasos hacia mí, y pude verla en todo su esplendor, sentí que mis ojos se llenaron de lágrimas - ¿te encuentras bien? – esa sonrisa traviesa me derrumbó por completo

- Iri... - ella terminó de cerrar la distancia entre nosotras, estaba vestida con una sencilla armadura blanca, y sobre su cabeza reposaba una corona, acerqué mis manos temblorosas a su hermoso rostro, ella cerró sus ojos y suspiró ante mi contacto – Iri... -

- ¿sí? – aquellos hermosos ojos que me enloquecieron me contemplaron

- esto... -

- no digas nada cariño – sentí sus manos en mi cintura y me atrajo hasta su cuerpo, acercó su rostro al mío y sentí sus labios envolver mi boca en un beso tan tierno que pudo hacer que me derritiera

- Iri... - dije en un suspiro tembloroso mientras reposaba mi cabeza sobre su hombro

- ¿dime? –

- ¿por qué? ¿por qué no me dejaste salvarte? ¿por qué me arrebataste nuestra unión? –

- no podía permitir que te condenaras a mi destino –

- me has destrozado... yo... no sé que hacer... -

- sé feliz –

- no puedo... no quiero... - sollocé – no te imaginas cuanto te extraño... me siento tan vacía... -

- yo también te extraño – su abrazo se hizo más constrictivo – pero no me arrepiento... -

- te amo... te amo Iri... - confesé

- yo también te amo, y te amaré siempre... -

- ¿estoy soñando? – pregunté

- ¿Qué crees tú? –

- que no me importaría quedarme en este mundo idílico... -

- tienes que volver... debes hacer de nuestra hija una chica ejemplar –

- ¿lo sabes? – me reincorporé para mirarla, ella sonreía

- por supuesto, yo lo sé todo... -

- pero... -

- no preguntes nada mi amada... - sentí su toque en mi rostro – hay muchas cosas que no puedo responderte, yo solo quiero disfrutar de este momento a tu lado... -

- te sientes tan real – las ornamentaciones de su sencilla armadura eran rasposas ante mi contacto

- no pienses en si soy real o no... disfrutemos este momento – la opresión en mi pecho era tanta que debía luchar para no desplomarme y llorar, quería aferrarme a su ser y no salir jamás de este estado onírico.

Escuché tres leves toques en la puerta

- ¿si? – fue Iri quien preguntó

- ¿mamá? ¿está todo bien? – era una voz que no conocía

- bajamos en un momento –

- ¡está bien! –

- al parecer nos esperan abajo... ¿vamos? –

- ¿tengo opción? –

- bueno, podemos quedarnos aquí, pero seremos interrumpidas constantemente... mejor bajemos y despidámonos adecuadamente... ¿te parece? –