ｯ Hollywood 2: OUTCOME ━ 𝗔𝗹𝗶𝗰𝗲 𝗜𝗻 𝗕𝗼𝗿𝗱𝗲𝗿𝗹𝗮𝗻𝗱

special level

SPECIAL LEVEL; I LOVE YOU SO

Michiko dio un saltito en su sitio, notando a Samura apartarse ligeramente al ver peligro de que ella la pisara sus pies en sandalias como otras veces había ocurrido. Al principio pensó en que se había acostumbrado a ser pisado por los arrebatos energéticos o descuidos de la morena, pero pronto comenzó a desarrollar la habilidad de prever sus movimientos y apartarse a tiempo.

— ¿Tú crees que el juego será sobre quemar dinero o algo así? — bromeó, aún sin cruzar la línea de juego. Samura miraba la urbanización cerrada donde se iba a desarrollar el juego, sin emitir palabra. Michiko a veces bromeaba que los vampiros como él podían ver el futuro, y a veces tenía viajes astrales—. Yo digo que será de tréboles.

— Corazones.

— ¡Nunca te pones de acuerdo conmigo, Samura!

Michiko puchereó, entrando al terreno de juego y esperando a su compañero para pasar juntos.

— Idiota — insultó. Parecía molesto por algo—. ¿Por qué querías jugar?

Era una buena pregunta. Aún les quedaban días de relajación, pero había vuelto a discutir con Niragi y la apetecía buscar a gente nueva o simplemente jugar para liberar la tensión que tenía siempre que Niragi y ella chocaban por decisiones dentro de los Paramilitares. Por supuesto, ella no pidió a nadie ir a morir, pero Samura parecía haberla puesto un detector de riesgo, por lo que la había seguido y amenazado de cortarla el pelo si se quejaba o se ponía intensa.

— No puedo salir a acariciarte la calva, ¿quieres entrar? — metió las manos en los bolsillos de sus pantalones militares, cortesía del infinito armario de Saiko (al parecer, fue con Hideki a saquear tiendas de ropa). Samura miró de nuevo al fondo con mala cara, pero igualmente pasó la línea—. En el fondo me quieres.

— Chorradas.

La morena soltó una carcajada por su tono rabioso, y se acomodó la bandana haciendo un nudo más resistente. Era como una parte más de su cuerpo, antes perdía una mano que su bandana.

Al adentrarse entre las casas, vieron en el centro un grupo de personas esperando. No eran demasiadas, pero tanto ella como Samura las analizaron por si pudieran resultar potenciales oponentes. Tomó un teléfono, y le guardó en su bolsillo sin prestar demasiada atención.

— ¿Y si te digo que ahora me arrepiento de venir aquí solo porque he discutido con el fuckboy? — preguntó en un susurro, soltando una risita nerviosa. Samura la miró, como si supiera que se iba a arrepentir a mitad de camino—. Pero es que Niragi...