ｯ Hollywood 2: OUTCOME ━ 𝗔𝗹𝗶𝗰𝗲 𝗜𝗻 𝗕𝗼𝗿𝗱𝗲𝗿𝗹𝗮𝗻𝗱

level ten

LEVEN TEN; REVEAL

Haciendo sonar la suela de sus impecables zapatos de marca, entró al baño como si fuera su casa, encontrando en él a Banda Sunato, del cual acababa de estar hablando con Michiko antes de que cada uno tomara un rumbo distinto.

No fue complicado advertir su presencia cuando este había hecho ese ruido, por lo que mientras se colocaba a un puesto de él se giró a mirarle.

— ¡Hola! — saludó—. Gusto en conocerte.

— Hace un momento estaba discutiendo que tan peligroso podrías ser —admitió sin tapujos, deslizando una sonrisa mientras comenzaba a orinar.

— Que coincidencia, yo también.

— ¿En serio? — sentía la mirada de Banda sobre él, pero tampoco le importaba demasiado. No podía matarle, porque según las reglas él moriría también. Además, sería algo demasiado bajo para su nivel—. Honestamente, ¿eres el J♥️?

— En respuesta a esa pregunta — su tono se mantuvo en la misma línea todo el rato—. Podría serlo, pero tú también podrías serlo.

Yaba sonrió, un tono oscuro en él.

— Cómo esperaba, no siento como si pudiera estar contigo.

Una vez sacadas sus propias conclusiones, subió sus pantalones de nuevo listo para volver a la celda a esperar a los últimos cinco minutos. Michiko era tan silenciosa como una especialista, además de que desaparecía para ir al baño o a la cocina a cada hora y volvía con aire sospechoso. Aún así, tenía bien claro sus ideales sobre el juego.

— Oh, una última cosa... — se detuvo para escucharle—. ¿Por qué participas en estos juegos?

— ¿Has escuchado cierto rumor que está circulando entre los jugadores? Los residentes de Borderland eran jugadores. Si ganas todos los juegos te puedes convertir en uno de los residentes y participar en juegos por siempre...

— Ah — pronunció Banda, indiferente—. No hay esperanza de volver... Hay muchas personas que se aflijen por eso.

Yaba giró apenas su mirada, con un gesto sombrío implantado en su rostro mientras comenzaba a reír.

— ¿Aflijirse? — rio—. No importa dónde vaya, siempre hay personas estúpidas — negó, con las manos en los bolsillos—. Yo tenía todo en el otro mundo. Fama, poder, dinero... Tenía todo lo que hacía que los demás me envidiaran. Fui un dictador de reglas... Pero eso tú lo sabes— miró a Banda, el cual mantenía una pequeña sonrisa—. Cosas como esas no son suficientes. Borderland es el verdadero lugar para mí, eliminaré la incompetencia de los residentes y me convertiré en un dios que decida sobre la vida de los jugadores — sonrió con socarronería—. Ese es mi ideal.

Banda se mantuvo en silencio durante unos segundos, aunque su tenso gesto de falsa sonrisa se mantenía impasible tras lo que acababa de escuchar.

— Jamás había visto algo como esto— pronunció—. Lavar sangre con sangre, asesinos siendo plebeyos, miedo, corrupción, desesperación y caos a simple vista — se veía conmovido, con los ojos brillando—. Jamás había visto un mundo tan hermoso como este, y es la primera vez que me encuentro a alguien que tiene el mismo ideal de convertirse en residente.