T R E I N T A Y C I N C O

400 26 4
                                    

Hoy es el día...

El día en el cual volveré a ver a Stephen...

Y ando nerviosa, pero no del buen nerviosismo, sino del malo...

Ahora mismo me encuentro poniéndome buen la corbata negra que llevo puesta con mi traje azul marino. Ando peinada sin ningún tipo de moño o coleta a mi cabello; con el cabello suelto.

Cuando veo que mi corbata quedo presentable y complacida dando por terminado mi arreglo. Agarro el estuche de lentes y me coloco lo que tiene su contenido.

Me veo y digo "soy el éxito", pero me arrepiento al ver en dónde esto: un baño público de la fiscalía. Sí, lo sé, no muy bonito pero es lo que hay. Encima de que estoy en el baño público de una fiscalía, pues desde aquí por mis tacones, veo mi cagada; Sí, y lo peor es que huele y ya no sé cómo hacerle para que ninguna oficial o trabajadora entre al baño y evitar que huela mi increíble mier...

No puedo seguir narrando cuando una mujer cabello negro, ojos negros, muy hermosa, tez morena y con curvas más prominentes que las que tienen mis sábanas al levantarme de la cama; se acerca hasta a mí y se empieza a retocar el cabello y marcar sus amigas de arriba (parece que alguien tendrá su final feliz el día de hoy, mientras yo voy a terminar como una edionda a cagada de camionero).

Entonces, llega el momento... empieza a oler.

Creo que no es estúpida y olió tu asquerosa mierda del camionero más cochino de la humanidad.

Yo miro al frente cuando veo que tiene el afán de mirarme y empiezo a verme el cuerpo para disimular.

- Disculpa, ¿tu hueles lo mismo que yo? - dice con una voz aterciopelada.

Me pongo nerviosa y empiezo a pensar rápido para que no piense que tengo alguna deficiencia mental que hace que no pueda pensar bien en mis respuestas al ser alguien más quién las pregunte.

Rápido.

Rápido.

Rápido.

Ra...

¡Cállate! Al parecer tengo que hacer todo yo. Dile que alguien más entró y salió de prisa.

- Salió prisa de alguien entro más - dije nerviosa y sonrojada de la vergüenza.

Que pena me das.

- Mmm, ¿fue Prisa la que se fue de aquí? - dijo confundida y lento. Seguramente piensa que tengo problemas.¡Genial!

- Sí, perdón por mi mal hablar, ando nerviosa - dije riéndome como si me picara el culo e intentará hacerlo notar.

- Oh, entiendo, jajaja, tranquila. Sabía que Prisa era la que hacía estás cochinadas - dijo riéndose y girando sobre sus talones. Entonces ve lo que yo quería que no viera nunca - ¡Oh, Dios Santo! ¿Eso lo hizo ella o una bestia? Ahora tengo ganas de vomitar, perdón, me voy de aquí. Sal de aquí - dijo sorprendida y asqueada.

Ella no espera mi respuesta y se va corriendo.

¡Menos mal que alguien se llama Prisa! Pobre Prisa: por su nombre y por esto.

Niego con la cabeza quitándome de encima la mucha pena ajena que me da mi existencia y me voy de ese lugar. Voy tan sumida en las imágenes pasadas de como perdí la mayoría de mi dignidad que me tropiezo con Louis, el cual me agarró e impidió que me cayera haciendo que mi poca dignidad se vaya al suelo; dónde iba a acabar yo sino fuera por Louis.

-¡Gracias! - dije aliviada colocándome bien.

-No agradezcas, ¿estás bien? - dijo viéndome de pies a cabeza.

Cuidado con el JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora