La Forma En Que Me Miras [+18]

Capítulo 20

Emma

Había ganado.

Probablemente, todas las personas que estaban en el aforo se preguntaban qué me pasaba, aquí les va la respuesta.

Madison había apostado conmigo doscientos dólares a que Luka y Liam no me irían a poner ni una pizca de atención en todo el partido. Al principio me asusté un poco, ya que las miradas que me daban eran mínimas y yo necesitaba ese dinero. Así que al final del partido decidí hacer una jugada maestra y pues ya saben la locura que ocurrió.

No tenía pensado en ese momento besar al alemán y mucho menos que quedará grabado y se volviera viral, no era algo malo pero sí un pequeño tropiezo para mi plan.

Pero bueno, a quién le importa mi vida. Total ya había ganado doscientos dólares muy fácilmente.

Todo pasó en cámara lenta, que ni me fije cuando el alemán y mi tío me habían sacado de la pista de patinaje y me tenían sentada en una de las bancas del equipo.

—¿Estás borracha Emma Giselle Russo Weber?—me reprendió mi tío.

Acababa de revelar mi segundo nombre, ahg. Yo lo odiaba y solo lo utilizaba para cosas privadas, no necesitaba que todo el equipo tuviera esa información mía.

Solamente Luka sabía mi segundo nombre y no porque yo se lo hubiera dicho, solamente lo averiguo.

El rubio me miró expectante de una respuesta para saber el porqué de mis acciones, pero no quería que pensara que necesitaba estar drogada o borracha para poder estar junto a él. Aunque en parte era cierto porque era más llevadero soportarlo, pero si llegaba a suponer esto se arruinaría mi plan un poco más, así que no sabía qué respuesta dar.

Por otro lado, mi tío estaba muy molesto.

No sería la primera vez que me viera borracha y creería que había vuelto a recaer en mis adicciones del pasado. No quería que eso pasará, ya que lo más probable es que me mandaran de nuevo a desintoxicarme.

Así como había tenido problemas con el tabaco en Chile, otra forma de escapar de mi realidad era el alcohol y las drogas. Por eso mi tío debía impedir que recayera en estas y yo no lo estaba haciendo, sabía controlarme.

—No, tío. Perdón solo ... —Si decía lo de la apuesta con Mad lo arruinaría más, así que mejor me quede callada y mire con ojos suplicantes a mi tío Luis.

—Hablaremos en casa, pero no puedes ir a la fiesta de celebración. Estás castigada— bueno igual y si se había estropeado mucho mi plan, esa fiesta era esencial para todo y debía asistir.

—Pero todos van. Déjame ir, regresaré temprano, lo juro. Aparte, están aquí todos tus chicos viendo como me regañas, estoy segura de que no me dejaran hacer nada en la fiesta y cuidaran de mí— en parte era cierto, los muchachos del equipo cada que salía de fiesta había uno o dos pegados a mí como guardaespaldas y aunque creían que no los veía siempre tenían órdenes de mi tío de estar pendientes de mí por mis antecedentes, igual eso ellos no lo sabían solo lo hacían para estar contentos con su entrenador.