Mason tiene un deseo muy grande el cuál se va a cumplir, emocionado vive al día lo que ha pedido solo que no se ha dado cuenta de que hasta los deseos vienen con un precio el cuál tomará la difícil decisión de si seguir con lo que tiene o dejarlo y...
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No se cuanto tiempo pasa exactamente pero en cuanto abro los ojos todos me miran con mucha preocupación, continúo en casa de Caleb porque todos sus familiares me rodean. El dolor ya ha desaparecido así que me levanto, al parecer estaba recostado en el sillón, que gesto tan bonito de no dejarme en el piso.
-¿Qué sucedió? -pregunto.
-Te desmayaste, la ambulancia viene en camino -dice Caleb -¿cómo te sientes? estaba a punto de llevarte en mi auto.
-Ah lo siento, quizá, no sé que haya sido pero estoy mejor.
-¿Seguro?
-Ya están aqui los médicos -entra la madre de Caleb con dos chicos.
-¿Qué te sucedió? -me pregunta una de los paramédicos.
-Me desmayé, es que -tengo que decirles lo del dolor, ya ha pasado, no creo que haya sido algo grave -no lo sé me sentí mareado.
-¿Has comido algo?
-Demasiado pastel diría yo.
-Quizá se le subió la presión -menciona el otro paramédico.
-Bueno, te haremos un chequeo rápido y nos iremos.
Nuevamente como el doctor, me toman la presión, revisan mi garganta, mis ojos con luces, al parecer estoy muy sano. No entiendo qué es lo que sucede, es como si, el universo quisiera decirme algo. ¿Tendrá que ver con el deseo? Ya le di muchas vueltas al asunto y estoy más que cansado, no es el deseo, no, soy yo, le gusto a Caleb y punto.
Los paramédicos me liberan y vuelvo a casa junto a Caleb, que me da un fuerte abrazo.
-Me preocupé bastante, que bueno que estás bien.
Esto si es amor, no un estúpido deseo.
-Gracias por estar conmigo -lo oprimo entre mis brazos, al menos si muero, sé que no será en vano, tengo a alguien que realmente me hace muy feliz.
-¿Entramos? Ya le dije a la familia que estás bien.
-Oye -lo detengo un momento -te amo -me atrevo a mencionar.
Caleb sonríe y toma mi mejilla.
-Yo te amo más.
Ahora si volvemos a la fiesta, lo mejor de estar con esta familia, es que puedo ser yo mismo sin tener que preocuparme del qué dirán. Quisiera que la mía fuera así de tolerante, ¿qué es lo que sigue? Tener el valor de decirle a mis padres, porque de lo contrario, esto jamás funcionará.
En cuanto mamá llega por mí, me despido de toda la familia. Después Caleb me acompaña hasta el auto y en cuanto entro al asiento de copiloto, se asoma por la ventana para saludar a mi madre.
