➡️ My Happy Ending ⬅️

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Los días pasan y no he hablado una sola palabra, mi madre y Freddy me han hecho tantas preguntas y mi silencio es lo único que aparece en el momento

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Los días pasan y no he hablado una sola palabra, mi madre y Freddy me han hecho tantas preguntas y mi silencio es lo único que aparece en el momento. Inclusive mi madre ha contratado un terapeuta con tal de que me encuentre bien, pero ni siquiera él me ha podido hacer hablar.

-Te van a dar de alta mañana -comenta mi madre.

Asiento sin siquiera mirarla a los ojos.

-Tu padre ha estado asistiendo a un grupo de apoyo con hijos de la comunidad.

La miro. No creo que haya asistido por voluntad propia sino porque mi madre lo ha obligado, de igual manera puede que entienda la situación y me acepte tal como soy, de otra manera no hubiera aceptado asistir.

-¿Quieres estar solo? -pregunta mamá.

Vuelvo a asentir. Cuando mi madre sale de la habitación, me levanto de la cama, me siento bien ya, no tengo ningún síntoma, en realidad estoy muy cansado de solo estar recostado, creo que inclusive ya me han salido moretes en la espada. Me acerco a la ventana y miro a las personas que se encuentran afuera. Hay un parque cerca y para mi mala suerte, hay muchas parejas tomadas de la mano, obviamente los ojos se me cristalizan, tanto que ni siquiera puedo mantener las lágrimas, salen como una cascada.

En ese momento recibo un mensaje, tal parece que Freddy y Caleb han regresado aquel objeto con el pretexto de que lo han encontrado en la calle, obviamente no les creyeron porque las cámaras los registraron el día en que se perdió. Tuvieron una audiencia pero como el objeto no se vendió ni se perdió los perdonaron, con la condición de que jamás volvieran a entrar al museo.

-Todo bien, somos libres -dice aquel mensaje.

Lo único que le puedo enviar es un pulgar hacia arriba. Me tomo la libertad de ver los mensajes con Caleb y comienzo a llorar aún más. Lo extraño, de hablar todos los días, a ser completamente desconocidos, no puedo con tanto dolor. Bien lo dijo Wanda: Ya no te puedo sentir.

Comienzo a escribirle: Tú eras todo, todo lo que quería, estábamos hechos el uno para el otro. Pero evidentemente no lo envío, solo lo dejo en la cajita de los mensajes. Quisiera un milagro, que Caleb apareciera por la puerta y me dijera que aún me ama, que siente algo grande por mí.

Vuelvo a la cama, soñaba estos últimos días en que todo volviera a ser como antes pero se acabó, simplemente todo murió.

Al día siguiente, salgo caminando como si nunca hubiera estado enfermo.

-Es un milagro -dice el doctor -creímos que no saldrías de aquí muchacho.

Yo no quería salir de aquí.

Mientras mamá conduce, me concentro en mirar por la ventanilla del copiloto, apoyo mi cabeza sobre mi mano con la mente en blanco.

-Hablé con la coordinadora de la universidad, podrás volver el próximo semestre sin problemas, ya que te fue bien en los otros parciales, no reprobaste. Alcanzaste a pasar por poco una materia y eso es bueno.

Mi Único DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora