XXI

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¿Quién eres?


Hace un año

Alink se encontraba tumbado en la cama, pues no se había encontrado bien los últimos días. Miró por la ventana el día soleado con el que había amanecido. Aunque él más bien lo había visto amanecer al día, pues no había dormido. Se giró para salir de la cama en busca de un buen desayuno, y ahí lo vio. El mismo hombre tenebroso que llevaba viendo desde que se enfermó, por primera vez en su vida, además. Lo llamaba hombre por llamarlo algo, porque lo único que tenía de humano era la forma. Era amarillo, y se encontraba ante él, flotando, siendo apenas visible para él. Soltó un grito al verlo, arrimándose a la pared, suspirando instantáneamente. Se sentía estúpido por asustarse ante aquello, pero aparecía tan de sopetón que hasta le daba miedo. Rose entró a la habitación del rubio con su portátil en las manos, entendiendo lo que pasaba al verlo.

Rose: Lo has visto otra vez, ¿verdad?El rubio asintió, sintiéndose aún peor— Sabes que te quiero creer, pero no veo nada, ni tenemos pruebas. —La chica miró la flecha en la mesa de noche de Alink, girándose a verlo a él después.

Alink: Ya sé que no lo puedes ver... Pero... Agh —El joven miró a Rose algo sonrojado, no por nada en especial, sino por la fiebre... al menos eso es lo que se llevaba diciendo Rose la semana que llevaba enfermo. Rose se dio cuenta del sonrojo de Alink. No quiso pensar mucho en ello, tratando de ignorar la mirada del rubio mientras recordaba a lo que había venido.

Rose: Ah, por cierto, he encontrado información sobre las pruebas de acceso de la U.A. Sé que no puedes entrenar, pero al menos te debes informar. —La joven pudo observar la mirada de Alink perder algo de brillo mientras le enseñaba la pantalla de su ordenador— ¿Estás bien?

Alink: ¿Eh? Sí, sí, solo me duele un poco la cabeza. —El chico agarró el portátil para poder leer mejor, mirando de reojo a Rose una última vez, encontrándose que ella también le estaba mirando fijamente de reojo. Ambos giraron la mirada, procediendo a hablar un largo rato sobre las inscripciones de la U.A. Después de aquella conversación, Alink se levantó, tambaleándose un poco, y siendo ayudado por Rose para mantenerse en pie— Estoy bien, estoy bien... Voy a comprar algo dulce, me apetece. ...¿Quieres venir?

Rose: No puedo, tengo que entrenar. —El rubio rodó los ojos al escuchar eso— Además, ya tenemos galletas en casa...

Alink: Tú también las odias, no te hagas la loca —Se puso unas pantuflas y una chaqueta fina, pues tenía frío, y se decidió a salir, no sin antes pasar un riguroso examen por parte de los padres de Rose.

P. Rose: Este niño es muy irresponsable —El hombre dio un suspiro de pesadez, caminando hacía la cocina, donde su mujer e hija desayunaban tranquilamente. Rose se encontraba con el portátil en la mesa— ¿Qué estás mirando, Rose? —La chica de pelo rosa tragó el trozo de tostada que tenía en la boca para girar su portátil, dejando que su padre pudiese observar un archivo con diversos apuntes relacionados con U.A

Rose: He estado buscando información sobre el curso de héroes de U.A, parece ser que tienen asignaturas muy diferentes a las de estudios generales, apoyo o gerencia —El hombre de la casa puso una sonrisa, su hija siempre había sido muy propensa a buscar información de todo lo que se le presentaba, pero se puso algo serio.

P. Rose: ¿A que hora te fuiste a dormir? —Una pequeña sonrisa se formó en Rose, desviando la mirada. Su madre escuchaba todo con una sonrisa tranquila.

El Poder De Los PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora