III

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Presentación


Izuku: ... —Los rayos de sol golpearon en la cara del niño de cabello verde haciendo que sus ojos se empezasen a abrirse, viendo un techo de madera— ¿Eh? —Sin que se esperase un cerdo apareció en su cara mirándolo fijamente y al no saber cómo reaccionar también se lo quedó viendo.— ...

Hawk: Parece ya has despertado. —Los ojos de Izuku se abrieron de par en par al escuchar hablar al cerdo y en menos de un segundo se encontraba en la otra punta del cuarto.— Wow, es rápido.

Izuku: ¡U-u-un c-cerdo q-q-que h-habla! —Estiró su brazo izquierdo mientras apuntaba al animal.— ...Al fiarse mejor en su brazo se llevó el susto y el terror de no verlo.¡AHHHHHHHHH! ¡Mi brazo!Todo lo que estaba viviendo Izuku en tan poco tiempo era imposible de procesar, primero se encuentra a un cerdo parlante y ahora no tiene su brazo, ¿qué más podría pasar?

???: ¿Todo bien ahí dentro? Una gran voz se escuchó proveniente de fuera, pero al mirar Izuku a la ventana se asustó mucho al encontrarse un ojo gigantesco de color púrpura.

Izuku: Hay madre...Por tanta sorpresa provocaron que el pobre chico caiga desmayado nuevamente.

Hawk: Pues se ha desmayado.Con curiosidad se acercó a Izuku dándole unas pequeñas pataditas con su pata.Sip, se desmayó.

10 Minutos después

Izuku: ...Nuevamente el chico abrió los ojos, viendo aquel techo de madera.¿Eh?Ahora lo que interpuso en su mirada fue, lo que parecía ser, un perro de color verde y amarillo.

Aquel perro lamió un poco la cara del chico haciendo que reaccionara de manera más tranquila que la vez anterior

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Aquel perro lamió un poco la cara del chico haciendo que reaccionara de manera más tranquila que la vez anterior.

Izuku: Me haces cosquillas. Habló entre risas provocadas por las lamidas de aquel perro. Estuvieron así unos segundos más hasta que la puerta de la habitación en donde se encontraba el niño se abrió.

???: Vaya, parece que te has despertado.Una mujer entró en la habitación.Vamos Oslo, deja al chico en paz. —El ahora conocido como Oslo dejo de lamer a Izuku, bajándose de la cama y yéndose de la habitación.— ¿Te encuentras bien? Antes me diste un susto de muerte. —La mujer se acercó al chico esperando alguna respuesta, pero este simplemente estaba callado, con miedo de hablar con una desconocida.— A lo mejor debería presentarme. —Se preguntó a sí misma mientras sonreía y miraba al chico.— Mi nombre es Diane, un gusto pequeño. —El pequeño peliverde miró un poco nervioso a la mujer conocida como Diane.

El Poder De Los PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora