El Poder De Los Pecados

XXIII

¡Iida, No Estas Solo!

Con Alink

El rubio, después de un largo entrenamiento y un gratificante baño, se encaminaba hacia su habitación mientras chateaba con Rose sobre su día. Mientras esto ocurría y Alink se acababa de secar el pelo, se escuchó una pequeña carcajada en el pasillo. Le resulta muy familiar. Una expresión de profundo desprecio se formó en el rostro del joven, que rápidamente se peinó el flequillo dividiéndolo por la mitad y se hizo una cola dejando que las patillas, bastante largas, quedasen libres de la cola, todo usando a su stand para no dejar de mirar a quien provocó aquel sonido y quedando así en su peinado habitual. Envío un último mensaje a Rose, que además la preocupó bastante, y se decidió a hablar con la persona que tenía enfrente.

Alink: ¿Qué mierda haces aquí, zorra impertinente? —La chica empezó a reír de nuevo, irritando más al rubio.

Saiko: Vamos, sabes perfectamente que esto se hace en todas las escuelas, Alink Tenki.

Alink: ¿Y no había más agencias? Ni siquiera te va a beneficiar estar aquí.

Saiko: Si te digo la verdad, tenía peticiones mucho más prometedoras, tales al nivel de Best Jeanist o Kamui Woods, pero necesito tener un pensamiento rápido y Rock Lock es uno de los que más desarrollada tiene esa habilidad. Además Izuku me ha avisado de que estabas aquí y verte la cara de ira me es más que suficiente. ¿Cómo van esas heridas? Se ve que te dejaron marca, ¿eh? —El rubio se sorprendió al saber que Izuku se había despertado, pero toda su sorpresa desapareció al ver como la chica se ponía la mano en su boca, empezando a reír, irritando al rubio, quien agarró la cara de la albina por las mejillas, acercandola a su cara.

Alink: Tuviste mucha suerte de que el torneo se emitiese en todo Japón. ¿Alguna vez te ha atropellado un coche? No sé ni para qué pregunto, si te llega a tocar un coche a dos por hora ya estarías hecha polvo con lo enclenque que eres —Alink apretó el agarre, pudiendo sentir las muelas de la chica a través de sus cachetes— Como no cierres la puta boca te atropello la cara a máxima potencia tantas veces que ni el médico forense va a poder descubrir quién eres —Dio un golpe al aire con su stand realmente cerca de la cara de Saiko, creando una fuerte corriente de viento— ¿Estamos? —Finalmente, soltó a la chica con un pequeño empujón, haciéndola chocar con la puerta de su habitación.

Saiko: Maldito niñato... —La chica se sobó las mejillas por el dolor mientras que Alink se dirigía a su habitación, sacándole el dedo corazón a Saiko junto con una sonrisa, sintiéndose así satisfecho y entrando a su habitación. La albina dio un suspiro mientras se levantaba del suelo y se encaminaba hacía su habitación mientras sacaba su teléfono, abriendo el chat de Izuku y mandando un mensaje— "Me debes mucho, MUCHO, dinero" —Con algo de enfado entró a su habitación, cerrando la puerta tras ella.

En el hospital

Izuku: ¡Ja! Que idiota —Comenzó a reír mientras dejaba su teléfono en la cama, mirando al chico de pelo morado, que estaba en la habitación

Hitoshi: ¿Comenzamos? —Nada más decir "SÍ" sus ojos se volvieron blancos. Hitoshi se cruzó de brazos, apoyándose en el respaldo de la silla y cerrando sus ojos para descansar.