La segunda prueba fue sin dudas un éxito para Harry Potter.
El torneo de los tres magos estaba cada vez más próximo a finalizar, y eso mantenía a todos expectantes de los siguientes hechos.
Las semanas siguientes a la segunda prueba no fueron del todo favorecedoras para la familia Avery, la madre de los niños había empeorado, y se encontraba grave, en cama, siendo atendida y cuidada por una experta medimaga. El señor Avery se había asegurado de que su esposa tuviera las mejores atenciones posibles, porque, después de todo, ella era el amor de su vida.
Los hermanos por otra parte se vieron envueltos en una situación de estrés y preocupación, Eros había sufrido de varios episodios de ansiedad, a los cuales Adelaide acudió rápidamente, reprimiendo todo lo que ella sentía, e intentando ser el mayor soporte emocional posible para su hermano.
La joven estaba cansada y desgastada psicológicamente, lloraba por las noches y mordía sus brazos hasta sangrar, sin contar la gran carga académica que tenía en Hogwarts.
Contrario a lo que Adelaide esperaba, Draco no se había siquiera percatado del malestar que ella sentía, claro que el platinado conocía su situación, pues se había acercado varias veces a hablar con ella, pero sin embargo, no fue nada más que solo preguntar como estaba y si necesitaba algo. Aunque ella lo entendía, después de todo, su amigo también tenía sus propios problemas.
Respecto a Luke; ella y el rubio se habían vuelto muy cercanos, confiaban plenamente el uno en el otro, y este había sido una gran ayuda para Adelaide en toda la situación por la que era rodeada.
—¿Qué estás leyendo? —preguntó Luke, mientras se sentaba en el pasto, justo a un lado de Adelaide.
—Una carta de mi padre —respondió ella sin siquiera mirarlo, su vista estaba en el pedazo de papel con tinta—. Los Malfoy organizaron una cena luego del ciclo escolar.
—Eso es bueno, ¿no es Draco tu amigo?
—¿Lo es? —lo miró— No se nota.
—¿Tan mal están?
—Theodore dice que para él es como tener padres divorciados.
-—Mierda.
—Sip —asintió—. Sabes, creí que Draco sería algo positivo en mi vida, lo dejé entrar, y últimamente lo único que hizo fue hacerme sentir jodidamente triste.
—¿Crees que fue un error?
—No lo se. Ha estado para mi en muchas ocasiones, pero ahora no pasa de un "hey, ¿estás bien?" —un suspiro de frustración salió de los labios de la chica— Parece que ni siquiera le importa, y créeme, se que tiene sus propios problemas, y no le pido que sea mi terapeuta, solo... que esté ahí para mi. Así como lo estás tú.
—Es un placer —sonrió—. Ahora debo irme.
—¿Qué? ¿A dónde vas?
—Tengo un pequeño asunto que arreglar, nada que no te vayas a enterar.
Luke emprendió paso rápido y firme hacia el interior del castillo, su vista y mente estaban fijas en un solo objetivo; Draco Lucius Malfoy.
Buscó al joven de ojos grises de manera insistente, preguntando por el paradero del adolescente a cualquier persona que se pusiera en su camino, hasta que por fin dio con el único que podría saber, la única persona con información sobre todos y todo; Eros Avery.
—¿Y Malfoy?
—Hola a ti también, dime ¿ya terminaste de besuquear a mi hermana?
—Solo responde, esto es serio —ignoró la pregunta del joven Avery.
—Lo mio también. ¿Crees que aceptaré que cualquier persona deje sus restos de baba en la boca de Ade? —dijo Eros— ¿Qué clase de hermano crees que soy?
—¡Eros! —lo interrumpió Luke— Solo dime si sabes donde está el imbécil.
—Yo se muchas cosas, sobre muchas cosas. ¿Para que quieres saber donde está el llorón ese?
—Necesito arreglar un asunto.
—¿Puedo ver? —preguntó el menor, a lo que Luke lo miró confundido— No me mires así, solo quiero ver como le dan la paliza que yo no puedo darle.
—Si no fueras hermano de Adelaide, juro que ya hubiera perdido mi paciencia.
—¡Que humor! —exclamó— Como sea, el tonto está en el vestíbulo.
Minutos después el francés logró visualizar a Draco, este estaba de espaldas, hablando con Theodore Nott, quien al ver al ojiazul levantó su mano en forma de saludo, provocando que Malfoy volteara irritado hacia la dirección en donde venia Luke.
—¡Eh, amigo, ¿qué tal tu... —Theo no pudo terminar la frase, puesto a que presenció como el puño de Luke impactaba rapidamente justo a un lado de la cara de Draco.
—PERO MIREN ESE MADRAZO —Fred y George Weasley se habían acercado velozmente.
—¡Apuesto por el novio de Adelaide! —exclamó Lee Jordan, apareciendo en escena.
Una bola de estudiantes se amontonó al rededor de ambos rubios, los cuales ni siquiera se percataron de la multitud que habían atraído con su pelea, bueno, si es que a eso se le podía llamar pelea, pues más bien era Luke golpeando a Draco Malfoy, mientras este último se defendía cada que podía.
—¡Ya déjame en paz! —el platinado impacto su puño en la cara de su oponente, haciéndolo retroceder, lo que proporcionó una oportunidad para defenderse.
Ahora era Draco quien golpeaba a Luke de forma intensiva.
-—¡¿Acaso necesitas golpearme para quedar como un hombre frente a Adelaide?! ¡Solo acepta que eres muy poco para ella! —se burló Draco.
—¡Hijo de... —y de nuevo era Luke quien estaba sobre Malfoy, golpeando su rostro.
El comentario de Draco había colmado la paciencia del rubio, a lo cual respondió con más fuerza e ira. Para la suerte de Draco, Blaise Zabini se apareció junto a dos chicos más, quienes se encargaron de separar a Luke, mientras que el moreno ayudaba a su amigo a recomponer la postura.
—Ya, dejenme —pidió el muchacho de ojos azules, mientras se soltaba del agarre de ambos estudiantes.
Luke se acercó a Malfoy, quedando cara a cara, y si bien Draco temía del rubio, intentaba disimular.
La ronda de estudiantes comenzó a disolverse apresuradamente.
—Vuelve a hacerla sentir mal, y juro que despertarás bajo el agua.
—Ni siquiera hice nada —aseguró el ojigris.
—¿Te seguirás ocultando tras tus daddy issues?
—No se de que hablas, y no se porqué la metes a ella en esto.
—¿Realmente fingiras no haber visto nada? ¿Ni siquiera las marcas de sus brazos?
También la palidez y las ojeras.—¿Qué quieres que haga? Soy su amigo, no su psiquiatra.
—¡Nadie te está pidiendo que lo seas! Y no me vengas con esa mierda de que eres su amigo —recalcó Luke.
—¿Y tú que te metes? ¿Acaso te importa al menos?
—¡Si! —exclamó el muchacho— Por supuesto que me importa, porque fui yo quien estuvo con ella todo este maldito tiempo sosteniendo su mano.
—Yo...
—¿Tú qué? —lo interrumpió— Tú no estuviste ahí, ni siquiera te dignaste a cumplir tu rol de "amigo" —recalcó—. Ella jamas te pidió que seas su terapeuta, porque lo único que tenias que hacer era sentarte a su lado.
Draco, definitivamente había arruinado mucho.
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𝗧𝗵𝗲 𝗮𝗺𝗲𝘁𝗵𝘆𝘀𝘁 𝘄𝗮𝘁𝗰𝗵 (Draco Malfoy)
Fanfiction"Eras ese pequeño rayo de luz y esperanza entre toda la oscuridad"