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Adelaide se encontraba con su hermano en la Sala Común, ambos conversaban de manera muy animada sobre su día, pero fueron interrumpidos por las risas de cierto platinado.
—¿A dónde vas? —preguntó la chica.
Draco se detuvo en seco para luego mirar a su amiga y saludar con un gesto a Eros.
—El estúpido gigante perdió el juicio —rió.
—Y eso significa... —lo invitó a proseguir su amiga.
—Ejecutaran al pollo —se deleitó en sus palabras—. ¿Quieres venir?
Adelaide miró a su hermanito, el cual la observó con duda, pues no le gustaba para nada la situación de la que hablaban, pero finalmente asintió hacia la mayor.
—Si, no tengo nada que hacer —aceptó.
El grupo de adolescentes caminó hacia la parte trasera del castillo, ya que desde allí se podía ver claramente la cabaña de Hagrid.
Esperaron al rededor de diez minutos, y la única chica del grupo comenzaba a perder la paciencia.
—¿Cuánto falta? —preguntó irritada.
—Deja de preguntar eso —se quejó Malfoy.
—No es mi culpa que tu tonto padre sea un maldito impuntual —atacó.
—A veces eres tan insoportable —masculló Draco.
—Callate, tonto.
Esperaron apenas unos minutos más, cuando Draco Malfoy divisó al trio de oro, por lo que comenzó a burlarse del gigante.
—¿Habían visto alguna vez algo tan patético? —dijo Malfoy—. ¡Y pensar que es profesor nuestro!
—¡Eres una despreciable y maldita cucaracha! —Hermione Granger apareció en escena, posicionando su varita directamente en el cuello del rubio.
Avery rápidamente imitó el acto de la chica, sacando así su varita y apuntando a la castaña.
—¡Hermione, no! —la detuvo Ron—. Él no lo vale.
—Mejor escucha a tu amigo, Granger —comenzó Adelaide—. No tengo ningún inconveniente para convertirte en gusano.
Hermione miró a su compañera y se dio la vuelta, aunque al instante se arrepintió y decidió proporcionarle un buen golpe a Malfoy, pero, lo que la chica no tuvo en cuenta, fue de que Avery vio venir el golpe, por lo cual quitó rápidamente a su amigo de donde estaba, haciendo que Granger estrelle su mano justo contra la dura roca.
El grito de la joven se escuchó por todo el lugar, el impacto había hecho que se rompiera dos dedos. Todos quedaron estupefactos ante el hecho, fue así hasta que Malfoy soltó una sonora carcajada, y Ron reaccionó.
