Draco & Ron porte 1
Cuando Draco era muy pequeño escucho con atención como su padre le explicaba que los sangres sucias eran lo peor que había en el mundo mágico, que eran como una infección, no debía permitir que se acercaran a él y la segunda peor cosa que podría hacer era mezclarse con los traidores a la sangre «son peores que los sangres sucias» dijo su padre. Al escuchar eso miro a su madre, ella dio un asentimiento de cabeza, confirmando las palabras de su esposo, entonces Draco supo con que personas que jamás se juntaría.
Tenia ocho años cuando acompaño a su padre al callejón Diagon, era la primera vez que iban solos ellos dos. Su padre lo sentó en una de las mesas interiores del local de Florean Fortescue, le compro un helado y le dio una generosa propina al dueño para que lo cuidara durante cinco minutos.
-no hables con desconocidos y no te muevas de aquí, no tardare en volver -fueron las indicaciones que le dio antes de salir del lugar
«Que aburrido» pensó el pequeño Draco, aunque claro eso era mejor que quedarse en casa con sus primas gemelas, quienes estaban de visita con su tía Bellatrix. Su mesa daba hacia la ventana y mientras comía su helado observaba a las personas pasar de un lado a otro. Fue en ese momento que lo vio, un niño pelirrojo, pecoso y con una gran sonrisa sujetando la mano de una niña más pequeña que él, solo se quedaron parados enfrente de la heladería.
-¿son tus amigos? -le pregunto el señor Fortescue, Draco dudo por unos segundos y finalmente asintió, le dio pena reconocer que estaba viendo fijamente a un desconocido -¿quieres hablar con ellos? -volvió a sentir en respuesta -espera un momento -el dueño se fue unos segundos y cuando regreso le entrego dos helados, uno de chocolate y otro de vainilla, para que los compartiera con sus amigos
Con un poco de ayuda salió del local y se dirigió a los dos niños -hola -los saludo tímidamente
Ambos se giraron para verlo, fue el niño el primero en regresar el saludo -hola -
-yo... -no sabía que decir -son para ustedes -estiro sus manos y los helados quedaron enfrente de ellos, ninguno de los dos los tomaba, Draco comenzaba a sentirse incomodo, hasta que la niña tomo el de chocolate
-Ginny, no, mamá dijo que no aceptáramos cosas de un desconocido -la regaño
-también les dijo a Fred y George que no nos dejaran solos -contesto la niña al tiempo que disfrutaba el helado
-soy Draco -se presento -ya no somos desconocidos, ahora puedes tomar el helado -
El pequeño dudo unos segundos más pero finalmente lo tomo -soy Ronald, dime Ron -
Antes de que pudieran seguir hablando una mujer llego corriendo -¡Ginny, Ronald! -los llamo, reviso sus rostros y beso sus frentes -Fred y George estarán castigados lo que resta de las vacaciones -sentencio
-mamá mira, nos los regalo Draco -le conto alegremente Ron, señalando los helados y luego al nombrado
La señora Weasley no habla reparado en que había alguien más con ellos hasta ese instante -¡oh! -fue lo único que dijo, Draco se dio cuenta de que lo reconoció o al menos a su familia y no parecía algo bueno, aun así la señora Weasley sonrió -¿estas solo cariño? -
-no, mi padre pronto vendrá por mí -
-podemos acompañarte hasta que llegue -ofreció
Draco negó con la cabeza -gracias, debo esperar adentro -
-esta bien, entonces entra nosotros ya nos vamos -
El pequeño Draco se dio la vuelta para entrar a la heladería. Se detuvo cuando escucho que le hablaban de nuevo, Ron se acerco a él y le dio un beso en la mejilla -gracias -le agradeció antes de irse con su mamá

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Nuestro mundo ideal
FanfictionUn mes después de la guerra Ron Weasley despierta en un mundo que no conoce y no solo eso, se entera que esta en una relación con Draco Malfoy. ¿Es un sueño, una alucinación o otra cosa? Sin importar lo que es, debe buscar la forma de volver a su mu...